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Los 4 problemas que limitan a las emprendedoras

He tenido la gran fortuna de conversar con miles de mujeres acerca de sus sueños y ambiciones y me di cuenta, a lo largo del tiempo, que muchas de ellas sueñan con ser emprendedoras… aunque  nunca llegan a crear su visión, porque el resto de sus responsabilidades diarias pasa a ser una prioridad y su sueño acaba en un segundo plano. Por ello, optan por no emprender.

Lamentablemente, el brillo del éxito que vemos tan nítidamente en nuestros sueños se contrasta con el camino que la mujer emprendedora debe iniciar, pues —aunque veamos la cima de nuestra montaña con toda claridad— los desvíos son largos, generalmente inesperados y a veces parecen durar una eternidad.

No solo vemos los obstáculos y desvíos que son parte del camino emprendedor, sino que también nos toca lidiar con el cargo de conciencia que tenemos cuando optamos por cuidar nuestros sueños propios, pues nos pesa dejar de lado a todos aquellos que dependen del apoyo (ya sea económico o emocional) que les brindamos.

Por eso, y para ser honesta, he logrado entender que las mujeres, en nuestra mayoría, enfrentamos cuatro problemas principales que nos limitan para llegar a la cima de nuestra codiciada montaña.

Primero, el mal del perfeccionismo. Estamos tan acostumbradas a llevar la casa y la familia con tal precisión que soñamos con aplicar esto a todos nuestros entornos, pero en el espacio laboral la perfección antagoniza con alcanzar las metas que nos hemos trazado. Ir a un ritmo más lento y cometer errores para aprender de ellos será clave, ya que alguien que nunca se equivoca difícilmente aprenderá. La perfección muchas veces puede convertirse en un gran escollo en el camino; no permitas que esto te detenga.

Segundo, el temor al fracaso. Este punto está directamente conectado con el anterior. No temas equivocarte. Una equivocación no significa un fracaso, al contrario, representa una oportunidad para aprender y empezar de nuevo. Recuerda que no puedes ser juez y jurado de tu vida. Caer y levantarse forman parte importante de tu evolución personal y profesional. Todos los grandes empresarios han tenido momentos débiles, pero no por ello han abandonado su cruzada. Para ponerte un ejemplo claro, Coca-Cola, ese monstruo del mercado de bebidas, solo vendió 25 botellas el primer año. ¿Te imaginas si (sus creadores) hubieran abandonado su sueño? No renuncies por un mal día… o incluso un mal año, al contrario, que eso te levante y te dé más esperanzas y puedas utilizar esa descarga energética para cimentar tu visión y enfocarte aún más en cómo lograr el éxito.

Tercero, el temor al dinero. Entender que el dinero es la recompensa que recibes por tu trabajo es el paso principal para vencer este miedo. La mayoría de las mujeres lidiamos con no cobrar lo que valemos… o con que no cobramos lo suficiente. Pero cuando logras asumir que toda labor tiene un precio y que, además, tu mereces ser remunerada en función a tu contribución, podrás entender que el dinero es la vía que te llevará a alcanzar tus metas y te ayudará a llegar más rápido. Esta será una excelente manera de eliminar esa figura malvada que en ocasiones se le quiere dar al hecho de que el fin último de un empleo o servicio sea el dinero, porque —seamos honestas— a todas nos gusta disfrutar de lo que hemos ganado.

Cuarto, el no saber cuánto valemos ni cómo pedirlo. Este quizás, es el mayor problema a la hora de integrarse al mundo del emprendedurismo: no saber cuánto puede valer lo que haces. Mi recomendación en este caso es averiguar en el mercado las tarifas de lo que planeas iniciar y, en función de esa investigación, establecer un precio. No temas estar por encima o por debajo, pero jamás te establezcas limitantes. Tienes que entender que tienes un valor, no solo monetario, sino para quienes requieren tus servicios.

Reconocer estos problemas y descubrir la estrategia para lidiar con cada una de estas limitaciones te ayudará igual que a mí. Mi emprendimiento pasó de ser un hobby a ser una compañía internacional, y yo pasé de ser una novata a ser una experta a nivel mundial. Hace seis años no me habría imaginado que tendría mi equipo de Salary Coaching for Women ni que ya ayudaríamos a miles de mujeres a negociar millones de dólares en subidas de sueldo.

Tú también puedes lograrlo, tú también mereces lograrlo. Todas nacemos con un don, un regalo para manifestar en este mundo. Mi sospecha es que, si estás leyendo este artículo, ya tienes bastante claro que la forma de manifestar tu don es a través del emprendimiento. Si este es el caso, la única forma de que llegues a la cima y tengas el éxito que tú y yo sabemos mereces es eliminando la palabra perfección de tu vocabulario y trabajando duro en vencer estos cuatro obstáculos en tu camino.

Olivia Jaras,

directora ejecutiva y fundadora de Salary Coaching for Women