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Colección sienta bases para cuidar la castaña del país

El Gobierno, la FAO y la AICS presentaron la primera colección de abejas polinizadoras de la castaña en Bolivia, un aporte pionero a la producción agrícola del país y a la protección de animales sin los que la mayoría de los cultivos de alimentos no existirían.

“A pesar de ser un producto tan importante para la Amazonía y para el país, nadie había hecho un estudio para saber quiénes son los polinizadores de la castaña, cuántos son y dónde están. Ahora se tiene esta colección nacional de referencia”, indicó a La Razón Jaime Rodríguez, coordinador del estudio y presidente de la Sociedad de Entomólogos de Bolivia.

Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), más del 75 % de los cultivos alimentarios del mundo dependen en cierta medida de la polinización de abejas, mariposas, pájaros, polillas, escarabajos, murciélagos y otros animales que ayudan a que las plantas se reproduzcan.

En Bolivia, de las 32 especies de plantas cultivadas que son importantes para la agricultura de pequeña, mediana y gran escala, el 62% tiene una relación directa con algún agente polinizador y cuatro de ellas dependen exclusivamente de estos animales para completar su ciclo reproductivo.

Es el caso de la castaña (Bertholettia excelsa), un árbol cuyo fruto depende por completo de la interacción con polinizadores y, particularmente, de distintas especies de abejas nativas.

En este marco, la colección representa la primera línea de investigación de los polinizadores de la castaña en la Amazonía de Bolivia y contiene datos de alta calidad de 16 especies de abejas nativas de esa región, las cuales fueron clasificadas a partir de la recolección de 1.316 insectos.

APORTE. El trabajo brinda información sobre la distribución y abundancia de los polinizadores en época húmeda, su caracterización mediante el polen y la relación de otras plantas relevantes a la persistencia de las abejas de la castaña, además de una primera propuesta de un índice de calidad biológica del suelo.

El estudio “es  un punto de inicio para que se pueda empezar un monitoreo y ver si esas proporciones se están manteniendo en el tiempo, porque un descenso en la cantidad de abejas puede repercutir en una menor producción de castaña”, alertó Rodríguez.

El negocio de la nuez amazónica es uno de los principales motores de la economía del norte boliviano, ya que para la zafra, el pelado y el beneficiado emplea a decenas de miles de familias de Beni y Pando. El año pasado, el fruto representó el 42,8% de las exportaciones bolivianas del sector de agricultura, ganadería, silvicultura y pesca.

La UAP puede coordinar seguimiento

La Universidad Amazónica de Pando (UAP) es la llamada a coordinar estudios y acciones que den continuidad a la primera colección de abejas polinizadoras de la castaña en Bolivia, afirmó Jaime Rodríguez, coordinador de la investigación.

Esta casa de estudios, “como brazo técnico de la Amazonía”, debería concentrar los esfuerzos en esta materia de ministerios, gobernaciones, municipios, exportadores y asociaciones de productores, indicó el biólogo, quien considera que “muchos de estos actores” desconocen el “aporte real de las abejas a la cadena productiva de la castaña”.

Para que continúe con sus tareas de investigación, el proyecto entregó a los laboratorios de la UAP equipos, insumos, material biológico y mobiliario. La colección fue impulsada  por el Ministerio de Medio Ambiente y Agua, la Agencia Italiana para la Cooperación al Desarrollo (AICS) y la FAO.