Con 66 think tanks, Bolivia se encuentra en el quinto lugar entre los países de Sudamérica con mayor cantidad de centros de estudios. El Instituto de Estudios Avanzados en Desarrollo (Inesad) lidera el grupo.
Así lo indica el Global Go To Think Tank Index Report 2019 de la Universidad de Pensilvania, el cual identifica 8.248 laboratorios de ideas en el mundo: 2.219 en Europa, 2.058 en América del Norte, 1.829 en Asia, 1.119 en África y 1.023 en Centro y Sudamérica.
Entre todos los países, Estados Unidos es el que más think tanks tiene, 1.871 (el 22,6% del total), entre ellas la primera del ranking: Carnegie Endowment for International Peace.
En América del Sur, la lista está liderada por Argentina (227), nación a la que le siguen Brasil (103), Bolivia (66), Chile (64), Colombia (64), Perú (43), Paraguay (33), Ecuador (29), Uruguay (25) y Venezuela (22).
Entre los gabinetes de investigación que son parte del índice para Centro y Sudamérica figuran los bolivianos Inesad, en el puesto 38, Fundación Milenio en el 45 y Fundación Aru en el 47.
“Este reconocimiento no habría sido posible sin el trabajo coordinado de todo el equipo, el cual nos permite crecer y contribuir más a Bolivia”, resaltó en su página de internet el instituto, que también destacó el apoyo de todas las instituciones de investigación, de las entidades públicas y de las agencias internacionales de cooperación.
El Inesad ocupa asimismo el puesto 63 entre 99 instituciones contempladas en la categoría “políticas ambientales”, y el 110 entre 112 con excelente investigación y avances innovadores.
Fundación Aru, por su lado, figura en el puesto 82 entre 108 listados en el nivel “política social” y en el 125 entre 144 del grupo “mejor independiente”.
Otros centros de estudio bolivianos contemplados en el ranking son el Water Center, ubicado en el puesto 27 entre 78 incluidos en el estrato “seguridad de agua”; la Fundación Jubileo, emplazada en el puesto 32 entre 67 de “transparencia y buena gobernanza”; y el Centro de Promoción de Tecnologías Sostenibles, situado en el puesto 53 entre 72 del grupo de “políticas de ciencia y tecnología”.
Entre los principales aspectos, de un total de 30, que evalúa la universidad estadounidense para elaborar el ranking están: el liderazgo del cuerpo directivo del “tanque de pensamientos”, la calidad y reputación de sus investigadores e investigaciones, el número de publicaciones, el impacto de sus análisis en la política pública y en la sociedad, su prestigio frente a los hacedores de política, su compromiso por producir análisis independientes y su reputación frente a los medios de comunicación.