Empleo, un desafío para la inversión pública y privada
Trabajo. Dos economistas y la CNI critican al Gobierno por no incluir a los privados en la generación de empleo formal.
La tasa de desocupación crece en el país, mientras el Gobierno de transición ofrece un plan temporal de empleos sin visión de desarrollo y sin la participación del sector privado, coinciden dos economistas y la Cámara Nacional de Industrias (CNI).
El desempleo en Bolivia alcanzó un 4,83% el último trimestre de 2019, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE). Esto quiere decir que 5 de cada 100 habitantes de las ciudades estaba sin trabajo hasta ese período, como consecuencia de una reducción de las actividades económicas por la crisis social y política vivida en el país entre octubre y noviembre de 2019 tras la renuncia de Evo Morales Ayma a la presidencia.
Considerando los efectos de la emergencia sanitaria y la cuarentena por la pandemia del COVID-19 o nuevo coronavirus, el Fondo Monetario Internacional (FMI) proyecta que la tasa de desocupación en el país llegará al 8% en esta gestión, de acuerdo a su informe Perspectivas de la Economía Mundial, publicado en abril.
En ese mismo mes, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), en sus proyecciones sobre el impacto de la pandemia en el empleo en América Latina y el Caribe, calcula que un millón de empleos formales y 4,2 millones de trabajos informales en Bolivia están en riesgo debido a la crisis causada por el coronavirus.
En ese escenario de proyecciones, la presidenta Jeanine Áñez, durante la celebración del Día Internacional del Trabajo, el 1 de mayo, ha anunciado la implementación de un plan amplio para crear empleo masivo a partir de junio, con el cual espera beneficiar a 600.000 personas a través de la construcción de obras públicas en áreas como la salud, mejoramiento barrial y campo.
Considerando la situación económica que vive el país por la emergencia sanitaria, el presidente del Colegio de Economistas de Bolivia, Jorge Akamine, observa “improvisación” en el plan de empleo gubernamental porque no presenta una visión de desarrollo y no involucra al empresariado privado para la creación de al menos 100.000 fuentes laborales estables o de calidad del total ofrecido.
CAMPAÑA. “El desafío debe ser que el sector privado participe en ese plan, generando por lo menos 100.000 empleos hasta diciembre. Si eso sucede, el 2021 será de ganancia”, dice y agrega que es necesario involucrar a los empresarios y dejar de lado los cálculos políticos porque le pasarán factura a la administración de Áñez.
En sintonía con Akamine, el presidente de Cámara Nacional de Industrias (CNI), Ibo Blazicevic, considera urgente establecer una mesa de diálogo con el Órgano Ejecutivo donde el empresariado exponga sus proyectos y experiencias para la creación de nuevas fuentes de trabajo.
“Hemos decidido hacer una convocatoria al Gobierno para hacer un diálogo y podamos discutir nuestras ideas y la experiencia de crear nuevos empleos o apoyar los que están a punto de morir”, advierte el ejecutivo.
El sector siente que sus demandas para salvar los empleos que generan, no son escuchadas por las autoridades gubernamentales y que en respuesta solo hablan de crear nuevas fuentes de trabajo.
“Entonces se está poniendo en riesgo a una población muy grande que depende de la industria manufacturera y no encontramos apoyo”, afirma Blazicevic.
FÓRMULA. En tanto, el presidente de los economistas bolivianos cuestiona cómo se hizo la fórmula para ofertar 600.000 empleos, al recordar que el último en ofrecer 500.000 trabajos —y no cumplió— fue Gonzalo Sánchez de Lozada (como candidato presidencial para las elecciones de 1993), con la diferencia que esas fuentes laborales tenían que ser generadas por el sector privado.
La propuesta gubernamental busca construir aceras en ciudades, empedrado de calles, sistemas de alcantarillado y parques, para lo cual se contratará mano de obra de los vecinos y en el área rural de las comunidades para la construcción de caminos, muros de contención para prevenir derrumbes y canalización de ríos para evitar inundaciones.
“No es construir por construir y gastar”, se debe contar con una visión de desarrollo del país, dice Akamine, afirmando que también es importante incluir a los municipios con vocación productiva con tres actores: el gobierno municipal que cuenta con recursos, las universidades con la investigación y los emprendedores para la generación de nuevos modelos de negocios.
INVERSIÓN. En ese contexto y tomando en cuenta las condiciones económicas por las que atraviesa el país, “el camino más expedito es el fortalecimiento a la inversión pública productiva y generadora de empleo, a través del endeudamiento interno y externo”, afirma por su lado el economista Jimmy Osorio, quien considera que el plan gubernamental solo generará empleo de emergencia.
“Estos planes, han funcionado en economías que sufrieron desastres de diferentes índoles, incluso guerras. Y lo que hacen es reponer la fuente de ingresos de aquellas personas del sector informal que han quedado sin ingresos.
Estos planes no generan empleo formal, es decir, son temporales y tienen un objetivo específico, por ejemplo, el empedrado de una calle, que podría tomar 60 días a una cuadrilla de 30 empleados”, asegura y añade que por ello no pueden ser considerados formales, pues los beneficiarios no llegan a tener un seguro social o beneficios como el aguinaldo, pero para dinamizar la economía y fomentar la inversión pública local cumple tal objetivo.
Osorio argumenta que en los últimos años el Estado apostó todos sus esfuerzos a la captación de sus ingresos por vía de la extracción de materias primas y la venta de éstas, pero al ir cayendo las cotizaciones de minerales y petróleo en el mercado internacional, el crecimiento económico nacional se fue desacelerando de 6,83% en 2013 a 2,22% en 2019, es decir, se registró una contracción del 68% en este periodo.
PARALIZACIÓN. A esta situación se suma la crisis política y social de octubre de 2020, que ocasionó que la economía boliviana sufra el primer embate interno, pues el gran aparato económico-productivo fue parado por al menos 2 a 3 semanas, provocando la pérdida de la fuente de ingresos primaria de un gran porcentaje de familias así como de micro y pequeñas empresas.
A esto se suma la cuarentena por el riesgo sanitario que aceleró el cierre de una gran cantidad de emprendimientos y la pérdida de fuentes generadoras de recursos, señala Osorio y recuerda que en Bolivia el 83% de la población económicamente activa (PEA) pertenece al sector informal, por lo que más allá de perder un empleo, muchas personas de este sector perdieron o están perdiendo sus fuentes de ingresos.
“El 17% de trabajadores que pertenece al sector formal (de la economía), en la mayoría de los casos mantendrá sus fuentes laborales, por lo que ese sector no debería tener mayores inconvenientes, sino que a través del esfuerzo de sus empleadores podrán salir casi ilesos de esta crisis” sanitaria, analiza el economista.
Al respecto, el presidente del Colegio de Economistas de Bolivia complementa que en este tiempo el país necesita generar un escenario poscuarentena, con un ambiente de confianza y certidumbre para que “las personas vuelvan a creer y las empresas vuelvan a invertir, y se produzca el efecto multiplicador del empleo y el consumo” interno.
Akamine considera que ésa es la receta que en el mediano plazo debe ser aplicada por el Estado porque “continuar viviendo de los recursos naturales es retroceder en el tiempo, se requiere estimular al sector privado que durante el gobierno del MAS (Movimiento Al Socialismo) fue asfixiado. No era negocio tener empresa y todo el mundo se movía en la informalidad a tal punto que se llegó a un 75% de informalidad en el país”, concluye el economista.
Blazicevic y el plan de empleo
Programa
‘En vez de que el Gobierno nos apoye y nos ayude a salvar los empleos que generamos, que son de calidad con todas las prestaciones de ley y son permanentes, nos está diciendo que van a tratar de crear nuevos empleos y no salvar los que existen y eso nos induce a tener más preocupación todavía. Parecería que no es de su interés o el Gobierno no estaría oyéndonos y no se esté dando cuenta de que estamos por perder una gran cantidad de empleos’, afirma.