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Importación: solo sube la compra de alimentos

La importación de alimentos y bebidas, entre enero y agosto de 2020, creció en 14% en volumen. La insuficiente producción de alimentos es una causa. Mientras que los demás indicadores cayeron 35% en comparación al mismo periodo de 2019. Al octavo mes, las importaciones sumaron $us 4.247 millones, es decir, un 35% menos de lo registrado entre enero y agosto de la pasada gestión. En cuanto al volumen, también se registra una baja de 35% en el mismo periodo de análisis (revisar la infografía), según información del Instituto Nacional de Estadística (INE), procesada por el Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE).

“Con relación a las importaciones realizadas, los alimentos y bebidas tuvieron un incremento de 14% en volumen, aunque una ligera caída de 3% en valor.  Bolivia compra anualmente 460 productos entre alimentos y bebidas. Sin embargo, entre enero y agosto de este año compró 420 productos”, explicó María Esther Peña, gerente técnico de esta institución.

Entre las principales compras internacionales de alimentos se destacan las de harina y grano de trigo. “No podemos olvidarnos de que no somos autosuficientes en este tema. Es un capítulo pendiente la producción en el país”. Otros productos clave que se internan son manzanas frescas, malta, leche maternizada, sorgo en grano, chocolates o bombones y pastas.

“Llama la atención el incremento de la importación de harina de trigo en comparación con el año pasado. Un 128% en lo que es el trigo y  22% en cuanto a las manzanas frescas”, añadió la especialista. Bolivia compra estos productos de 68 países, siendo Argentina, Brasil, Perú, Estados Unidos y Chile los cinco principales mercados que abastecen el consumo interno nacional.

SOBERANÍA

“En Santa Cruz tenemos una zona triguera por excelencia que es Okinawa y se espera mejoras tecnológicas para producir más con las mismas tierras y cambios climáticos observados. Si solo hablamos de trigo y harina de trigo, en estos productos se ha importado más de $us 100 millones, de los $us 427 millones en el periodo ya señalado. Son solo dos productos y es importante fortalecer el sector productivo para bajar esta importación y que sea harina boliviana”, añadió.

Además, la ejecutiva enfatizó que la harina que se adquiere de Argentina y Estados Unidos es utilizada para elaborar el pan de batalla, producto importante de la canasta familiar boliviana.

Al respecto, el analista económico Jimmy Osorio precisó que “desde la Reforma Agraria en el país (1952) se ha parcelado la producción, no es extensiva, y adicionalmente no se ha tecnificado, por eso somos dependientes de la importación. Hay que dejar en claro que solo hay tecnificación en el agro para las exportaciones”.

El experto señaló también que un reto pendiente para los gobiernos de turno es garantizar la seguridad alimentaria. “Esta dependencia a la importación es porque no tenemos una producción para el consumo masivo. La papa, el tomate, legumbres y frutas llegan de las naciones vecinas y más si se trata de alimentos ya elaborados como conservas, entre otros”.

Citó que solamente en el oriente boliviano se cuenta con producción extensiva; sin embargo, no son alimentos de consumo diario de la población. “Durante los meses de la pandemia del coronavirus y a la fecha hubo un incremento leve en los precios de los alimentos que se importan”. El economista concluyó que la baja en las compras de otros ítems ha permitido que la balanza comercial boliviana se nivele en esta gestión. “Me atrevería a decir que en este periodo de pandemia y los próximos años tendremos