Icono del sitio La Razón

El negocio de la vida nocturna es incierto

Como en varias capitales del mundo, la industria del entretenimiento nocturno en Bolivia y en particular en La Paz fue afectada drásticamente por la crisis económica y su recuperación aún es incierta por la amenaza de un rebrote del coronavirus o COVID-19.

Hasta el pasado año, las actividades relacionadas con este sector generaron un movimiento económico que supera los $us 258 millones, tan solo en La Paz y El Alto, y además se logró generar más de 72.000 empleos directos e indirectos, según datos proporcionados a LA RAZÓN por el vicepresidente de la Federación de Propietarios de Restaurantes, Bares, Peñas, Discotecas, Licorerías y Ramas Afines (Fedepro), Luis Alarcón.

Sin embargo, en lo que va del año ese desempeño experimentó una caída del 80%. “Es un balance negativo con una afectación total, una quiebra para los negocios en cuestión de lo que son peñas, discotecas, karaokes, restaurantes, bares, porque prácticamente nuestro sector ha sido totalmente restringido”, comentó.

Por la pandemia del coronavirus, Bolivia ingresó en cuarentena rígida el 21 de marzo pasado, una medida que paralizó actividades en la mayor parte de los sectores productivos, así como los servicios de entretenimiento y diversión, sobre todo los nocturnos.

Tras una evaluación del control del virus, el 19 de septiembre, el Gobierno Municipal de La Paz autorizó la apertura de cines, licorerías, patios de comidas, restaurantes, espacios culturales, cafés internet, gimnasios y espacios culturales, restringiendo la apertura de los citados centros de entretenimiento y diversión nocturna.

En un recorrido efectuado por este medio por varios negocios en La Paz, se observó que la mayoría mantiene cerradas sus puertas y en algunos casos optaron por abrirlas para ofertar servicios gastronómicos. Tal es el caso del bar restaurante Malegría que, según su administrador y socio Daniel Ocampo, “el gremio fue el más afectado junto al turismo”.

Relató que de la facturación lograda en 2019, este año se ha reducido a un 5%, y que de emplear a 30 personas, a la fecha, no efectuó ninguna contratación.

A esa situación se suma compromisos económicos que debe honrar por beneficios sociales a sus exempleados que asciende a Bs 100.000 y por impuestos otros Bs 300.000, dijo Ocampo.

Otro rubro afectado por la cuarentena es el de servicios de alimentación nocturna, que a partir de la madrugada saciaba el hambre de los parroquianos.

CIERRE. Locales de música y diversión se encuentran cerrados. Foto: Archivo

“Hemos cerrado nuestra casa matriz después de 29 años y nos hemos quedado en la sucursal que tiene dos años de vigencia”, manifestó la gerente propietaria de Café Ciudad, Rosa Román.

La crisis económica y la reducción de los ingresos para cubrir el alquiler de $us 8.000, obligó a esta tradicional cafetería a dejar su principal sucursal ubicada en la Plaza del Estudiante para refugiarse en la Plaza Bicentenario.

Este negocio empleó el año pasado entre 50 y 55 personas, mientras que ahora solo cuenta con 20. Además, sus ingresos económicos se han reducido en un 70% con respecto a 2019.

El servicio nocturno de transporte urbano de personas también fue duramente impactado por la crisis económica.

Al respecto, el presidente de la Asociación de Radiotaxis de La Paz, Alberto Vargas, afirmó que de las 100 empresas afiliadas, con 5.000 coches registrados en el municipio paceño, un 95% atraviesa una situación de crisis.

De los servicios registrados, un porcentaje importante abandonó la actividad del transporte a consecuencia de la pandemia. “La merma debe estar por un 40% o 50%”, según un cálculo del dirigente de Fedepro, quien también lamentó que la decisión tomada por varios conductores se debe a la paralización de las actividades nocturnas y las deudas con el sistema bancario nacional.

Pese a ese panorama, la reactivación de la industria del entretenimiento nocturno en La Paz tendrá que esperar pues depende de varios factores como el relajamiento de medidas preventivas como el distanciamiento social. Un anunciado rebrote del COVID-19 demorará ese proceso.