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Rebrote: Superarlo requiere estrategia combinada

Colapso del aparato productivo, paralización del comercio exterior, mayor endeudamiento interno y externo, quiebra de empresas y desempleo, son los posibles efectos en la economía del inminente rebrote del COVID-19 si no se toman medidas adecuadas.

Mientras Bolivia avanza hacia la reactivación económica, el horizonte del contexto mundial parece ensombrecerse por la amenaza de una segunda ola del coronavirus. Economistas y sectores identifican efectos por las medidas.

“El tema del rebrote está grave. Las autoridades de salud están muy preocupadas, se cree que este rebrote puede ser peor que la primera oleada porque el ciudadano pensó que ya había pasado la pandemia pero ésta continúa, nunca dejo de pasar y no va a pasar hasta que llegue la vacuna”, advirtió el presidente del Colegio Nacional de Economistas de Bolivia, Jorge Akamine.

El incremento de casos en el país puede obligar al Gobierno a determinar medidas como una nueva cuarentena, que para la economía sería “catastrófico”, dijo.

Según el colegiado, la mayor incidencia la experimentaría la población “porque entre un 50 y 60 por ciento tiene ingresos diarios, semanales o quincenales, y muchas personas quedaron desempleadas. Entonces un rebrote y su efecto en la economía puede ser doblemente desastroso a lo que vivimos recientemente”, y si las autoridades no “imponen” mano dura, el riesgo es inminente.

Este criterio es compartido por el presidente de la Cámara Boliviana de la Construcción (Caboco), Luis Bustillo, al señalar que el incremento de casos sería tremendo para ese sector sobre todo si se retoman las medidas aplicadas en marzo de este año.

“Ya estamos pasando momento terribles, estamos sin trabajos, ahora el acero de la construcción no hay en Bolivia porque las industrias han parado sus hornos. Entonces estamos pasando una crisis tremenda y si volvemos a parar sería lapidario. Ya estamos en una situación terrible”, comentó a LA RAZÓN el ejecutivo.

El transporte fue otro de los sectores afectados por el cierre de fronteras

IMPACTO

En sintonía con los constructores, los exportadores observan con preocupación las medidas que asumen los países del mundo ante la segunda ola de la pandemia del COVID-19.

“El sector está con muchas dificultades desde octubre del pasado año y ahora estamos con un inminente rebrote, es preocupante para los exportadores porque la economía global se ralentiza, y son los clientes en el exterior los que dejan de operar. Habrá efectos complicados para varios sectores como manufactura y sobre todo minería”, alertó a este medio el presidente de la Cámara Nacional de Exportadores de Bolivia (Caneb), Gonzalo  Molina.

El empresario exportador identifico entre los efectos del rebrote y las medidas que se asuman, el cierre de fronteras, retrasos en la entrega de productos a las navieras y reducción del ingreso de divisas al país por una posible “raletización” del comercio en el mundo.

El temor de los citados sectores productivos es compartido por el economista Jaime Dunn, quien consideró que al igual que otras naciones del mundo el Gobierno nacional seguramente analiza tomar medidas para restringir actividades en algunos sectores, como turismo, restaurantes e industria del ocio.

“Esas industrias van a quedar todavía postergadas y es preocupante porque son una parte importante de la actividad económica boliviana, sobre todo el turismo”, apuntó el profesional.

Por ello, dijo que con esta nueva amenaza se ha llegado a un punto que hablar de confinamiento total o cuarentena rígida es “poco viable” y se debe apelar a la conciencia de las personas.

Tras el diagnóstico efectuado por este medio, la analista Lourdes Montero recomendó al presidente Luis Arce Catacora efectuar una combinación estratégica entre campañas de salud, para evitar que el rebrote llegue a las consecuencias mortales registradas en la primera ola, con una estrategia económica. De lo contrario, sostuvo, el país no podría resistir una nueva cuarentena rígida.

“Es fundamental que el Gobierno vaya midiendo estas consecuencias económicas y produzca estrategias que vayan más allá de un bono (contra el hambre)”, dijo y aclaró que ese beneficio es importante y ha permitido que en esta nueva realidad la economía continúe en movimiento “pero que no vamos a poder seguir manteniendo los conflictos económicos solamente a través de los bonos”, sostuvo.

SECTORES. Temen nuevas medidas como un confinamiento y otras restricciones. Foto: APG

La segunda ola complica el panorama para 2021

Para el economista Jaime Dunn el Gobierno tiene que extremar esfuerzos para “concientizar” a la población en materia de prevención y cuidado sanitario, porque un confinamiento total en Bolivia para enfrentar el rebrote del COVID-19  sería “catastrófico” para la economía del país.

“Ahora depende de las personas como lo que el Gobierno pueda hacer”, manifestó.

Por su parte, el presidente de los economistas bolivianos, Jorge Akamine, indicó que en función al incremento de casos por la pandemia, el escenario para 2021 “es complejo si es que el Gobierno comienza a aplicar las restricciones nuevamente. La Policía y las Fuerzas Armadas deben coadyuvar y por más que lloren y chillen, actividades económicas como boliches, restaurantes, no pueden estar abiertos, no se pueden hacer fiestas. El efecto  multiplicador con estas actividades es impresionante”, dijo.

Y reiteró que se debe evitar que el país ingrese en una cuarentena rígida, “pese a que es inminente así como el efecto en la economía boliviana”.

En tanto, la analista Loudes Montero expresó su confianza en la capacidad técnica del equipo económico que acompaña al presidente Luis Arce y las medidas que pueden ser aplicadas para enfrentar el rebrote del virus.

“Yo creo que las medidas tienen que combinar temas de generación de circulante en la economía interna y para ello el presidente Arce, siempre ha sido muy auspicioso en mantener el circulante interno como una de las formas de enfrentar los debacles económicos internacionales. Siempre sostiene que mantener la economía interna funcionando es lo que ha permitido a Bolivia ser menos vulnerable a los cambios internacionales”, argumentó. Agregó que las autoridades de Gobierno están atentas al comportamiento del mercado interno pero también a la necesidad de medidas sociales.

“Ahora el problema es el desempleo que lo está viviendo la gente más vulnerable, la que no tiene seguro de salud, la que vive en una vivienda alquilada. Entonces, creo que se debe tener distintas estrategias muy focalizadas para los distintos sectores de la economía”, concluyó.

MANUFACTURA. La crisis sanitaria paralizó este sector en la primera ola del COVID-19. Foto: Archivo