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Gas natural enfrenta el desafío de la baja en la producción

Frente a una inminente “declinación” de la producción de gas natural, el país debe ingresar en una “carrera contrarreloj” para contar con una estrategia hidrocarburífera, coinciden un experto y un economista. Las reservas se agotan, advierten.

La baja en el potencial energético del país volvió a salir a la luz, tras conocerse la pasada semana que los gobiernos de Argentina y Bolivia acordaron una quinta adenda al convenio de compraventa de gas natural, a través de la cual el mercado vecino recibirá este 2021 hasta 14 millones de metros cúbicos diarios (MMm3d), un 30% menos de lo que el país logró enviar la pasada gestión.

Desde la nación vecina, vía Télam, se informó el pasado 1 de enero que este acuerdo incluye una baja del precio del gas que Argentina le compra a Bolivia como consecuencia de la imposibilidad boliviana no solo de poder cumplir con los volúmenes del contrato original firmado por los expresidentes Néstor Kirchner y Evo Morales, sino los acordados en la cuarta adenda que venció el 31 de diciembre de 2020.

En el país, el presidente de Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB), Wilson Zelaya,  se limitó a aclarar que “el precio acordado tiene una composición de indicadores internacionales de canasta de fuels oils asociada al precio del WTI y Henry Hub; más un premio de  $us 2,25 adicional; (…) y con la quinta  adenda el precio para enero de 2021 es $us 4,5152 por millón de BTU”.

Un pozo gasífero en el sur del país. Foto: ABI

YPFB requiere cambiar de visión

Impulsar una estrategia y una nueva agenda para el sector hidrocarburífero del país implicará que la estatal Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) cambie su visión y acciones para impulsar efectivos proyectos de exploración de nuevas reservas.

El criterio corresponde al economista Jimmy Osorio, quien consideró que la compañía estatal ha cumplido un ciclo y ahora requiere enfrentar nuevos desafíos para responder a las necesidades de producción, exploración, comercialización y sobre todo industrialización, así como la oferta internacional de servicios.

“YPFB es muy grande, consume muchos recursos, se ha desarrollado solo a nivel local, que pese a tener condiciones recién está desarrollando el área de exploración”, cuestionó.

Es tiempo de aprovechar su infraestructura, en función de una planificación, para que aporte en los proyectos de exploración de nuevos pozos de forma efectiva y sin crear falsas expectativas.

“Existe mucha incertidumbre sobre los frutos de las exploraciones (pasadas), porque los estudios tecnológicos pueden mostrar algo y al final se encuentra sorpresas que no se esperaban”, dijo al señalar que en esa área la experiencia centenaria de YPFB es clave en materia de hidrocarburos.

TARIJA. De la Planta de Procesamiento de Gas San Alberto, en Tarija, sale el combustible con destino al mercado brasileño. El megacampo se encuentra en declinación. Foto: Archivo AFKA

Recordó que en 2019, frente a una caída en la oferta y demanda del gas natural, el exministro de Hidrocarburos Luis Sánchez aseguró que se descubrió “un mar de gas, pero que no se visualiza o no se quiere visualizar” y que el país produce 59 millones de metros cúbicos día (MMmcd) y que hay una falta de entendimiento entre producción y nominación.

“Desde entonces, no se han descubierto pozos generosos, estamos con pozos pequeños que ayudan pero no garantizan reservas que permitan el desarrollo del sector más allá de la exportación”, finalizó el economista.

No obstante, en una evaluación realizada para La Razón, el experto en temas gasíferos y exministro de Hidrocarburos Álvaro Ríos confirmó la “declinación” de la capacidad de generación de gas natural, debido a que el país ha pasado de producir 61 MMm3d en 2014 a 49 MMm3d para este 2021 y que “el nivel seguirá cayendo porque para 2023 se prevé tener 43 MMm3d”, lo cual alerta que “va a llegar el momento en que el país no tendrá para exportar y deberá importar gas natural” de otros mercados.

YACIMIENTO. Un trabajador opera una de las válvulas de un pozo en producción. Foto: Vicepresidencia

RETO

Ante esa inminente realidad y a fin de evitar la compra internacional de  gasolina, diésel, jet fuel y otros derivados, “se tiene que incentivar un nuevo ciclo de exploración petrolera” y “repensar” la agenda hidrocarburífera junto a una estrategia sectorial.

“Este 2021 se debe repensar la agenda hidrocarburífera del país sin dejar de mirar los vehículos eléctricos o el hidrógeno, como lo hacen todos los países, pero a corto y mediano plazo se debe desarrollar nuevos campos y nueva exploración”, dijo Ríos.

A su vez, el economista Jimmy Osorio consideró que en función a esa baja, el sector hidrocarburífero requiere una estrategia, que incluya acciones inmediatas, proyectos y responsables.

“Más allá que el Gobierno sea de izquierda o derecha, de arriba o abajo, es importante que se desarrolle el sector de exploración no solo para cubrir la demanda externa sino también la interna”, afirmó a este medio el analista. Según el exministro, la exploración debe llevarse adelante en el norte de La Paz, en todo lo que es la zona norte de Santa Cruz, el Chapare de Cochabamba, el norte de Beni y Pando, donde se identificó potencial petrolero.

“Esta exploración no puede ser con dos pozos al año, tienen que perforarse 20 o 30 pozos de forma anual en el país, porque muchos de éstos salen secos, por ello es necesario una reforma para que sigamos produciendo hidrocarburos, dejemos de importar, y podamos exportar gas natural”, insistió Ríos al referirse a los recientes descubrimientos de gas y petróleo que hizo YPFB en los pozos Yarará X1 (Santa Cruz) y Boicobo Sur X1 (Chuquisaca), este último con una estimación de 1 trillón de pies cúbicos (TCF) del energético.

EXPLORACIÓN. El pozo exploratorio Sararenda, ubicado en la provincia Cordillera de Santa Cruz. Foto: ABI

En tanto, Osorio dijo que en el país debemos dejar de actuar como los “gambusinos”, confiando que en algún momento “se encontrará la pepita de oro, cuando la realidad es otra”.

Se trata de una carrera a “contrarreloj” que se debe asumir en el menor tiempo posible y antes que la situación se complique con un déficit energético, que afecte a la balanza comercial del país.

“Estamos a contrarreloj. Creo que este 2021, oposición y Gobierno, Parlamento y ciudadanía, en su conjunto debemos pensar que necesitamos un nuevo marco jurídico, un nuevo modelo petrolífero y gasífero que nos dé un nuevo horizonte para los próximos 20 años”, expresó el exministro. 

Según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), a noviembre de 2020 los volúmenes de exportaciones de gas natural boliviano alcanzaron a 1.041 millones de metros cúbicos, mostrando una menor demanda de Argentina y Brasil en comparación con el mes de octubre; sin embargo, se mantiene un comportamiento regular en las ventas externas de este producto a partir del mes de junio.