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Inflación: Poder adquisitivo versus pérdida de ingresos

Bolivia cerró 2020 con una tasa de inflación de 0,67%. Pese a la crisis económica ocasionada por la primera ola del COVID-19, el poder adquisitivo de los salarios de los trabajadores no fue afectado, pero sí los ingresos de los independientes, coinciden dos expertas.

De acuerdo con el Índice de Precios al Consumidor (IPC), que elabora el Instituto Nacional de Estadística (INE), el país registró una variación positiva acumulada de 0,67% la pasada gestión, destacándose que a diciembre la tasa de inflación solo aumentó un 0,22% con respecto a noviembre.

En ese marco, la relación entre el precio que se paga por determinados productos y el nivel de recursos que percibe un asalariado o independiente es conocida como poder adquisitivo.

Para la directora ejecutiva del Instituto de Estudios Avanzados en Desarrollo (Inesad), Beatriz Muriel, la citada tasa inflacionaria fue “muy baja”, lo cual muestra que “los ingresos laborales en general y los salarios en particular no han perdido su poder adquisitivo”. Sin embargo, aclara que muchos trabajadores perdieron su fuente laboral y otros vieron reducidos al mínimo sus ingresos como consecuencia de la pandemia y las cuarentenas aplicadas durante la pasada gestión.

LA PAZ. La pandemia afectó a todos los sectores de la población boliviana. Foto: Álvaro Valero

CONSUMO

De igual manera para la analista y cientista social Lourdes Montero, 2020 fue un año atípico en el comportamiento del consumo. “La gente no hizo gastos por la variable de la pérdida de los ingresos”, sostiene.

Argumenta que “las familias tienen al menos una persona que está desempleada y quienes más han perdido ingresos, no solo por pérdida de empleo sino porque ganaron menos, son los sectores informales” de la población.

En tanto, la economista Beatriz Muriel afirma que por la emergencia del COVID-19 o nuevo coronavirus durante el pasado año “se ha generado una disminución en las actividades de las personas —a partir de la cuarentena rígida y la falta de acceso a una serie de otras actividades— lo cual ha hecho que la población se focalice más en el consumo de bienes necesarios para el hogar”.

Montero agrega que la “sensación de angustia que las familias del país están viviendo, se debe más a la pérdida de los ingresos familiares que a la pérdida del poder adquisitivo”.

Por ello, dijo que debido a la pérdida de ingresos por la crisis económica las familias se comportaron más conservadoras en el gasto en 2020, concentrándose sobre todo en la provisión y consumo de alimentos.

“El poder adquisitivo es un índice que se mide a partir del consumo de los hogares y ahí el peso está dado por los alimentos, transporte y alquiler, siendo que estos dos últimos no han tenido variaciones significativas por las políticas de congelamiento. Mientras que en los alimentos hubo un incremento mínimo por la demanda”, destaca la analista.

Conforme al Programa Financiero 2020-Segunda Revisión, suscrito el 7 de diciembre entre el Ministerio de Economía y el Banco Central de Bolivia (BCB), se estableció una contracción del Producto Interno Bruto (PIB) de 8,4% y un déficit fiscal de aproximadamente 12,3% del PIB, adicionalmente se calculó una inflación de fin de periodo en torno al 1,1%.

Los objetivos del Programa Financiero también están dirigidos a retomar el Modelo Económico Social Comunitario Productivo para reconstruir la economía boliviana y consolidar nuevamente la estabilidad económica.