Icono del sitio La Razón

John Larrea: ICCO captó $us 6,6 MM para la sostenibilidad en el Chaco

Entrevista

Desde su llegada a América Latina en la década de los 70, la agencia de cooperación holandesa ICCO trabaja con especial atención en el área rural, desarrollando proyectos en beneficio de pueblos indígenas, campesinos, mujeres y cooperativas. John Larrea, destaca que en el Gran Chaco su atención se concentra en el desarrollo de un proyecto que incentiva la producción de miel y maní, logrando en 2020 21.600 kg del primer producto y 1.400 toneladas del segundo. Se trata de una oportunidad para generar ingresos a la región.

—¿Cuáles son las principales problemáticas en esta región?

—El cambio climático, la deforestación, el derecho a la tierra, la seguridad alimentaria, el desarrollo económico, la representatividad, el acceso al agua y la violencia sexual comercial, entre otras. Es una región donde la extrema variabilidad del clima afecta a la producción agrícola familiar, el riego, la cría de animales menores e incluso la recolección de frutos silvestres. La afectación económica debido al cambio climático limita el ejercicio de derechos, provocando una cadena de conflictos acumulados por décadas. La acelerada deforestación debido en gran medida a la producción ganadera y al modelo económico vigente, no solo limita el espacio físico de las comunidades indígenas, sino que afecta a las formas de convivencia, el uso de sus tierras, la forma de recolección y caza de sus alimentos. Todo esto repercute también en conflictos históricos alrededor de la tierra, donde los pueblos indígenas y campesinos deben iniciar demandas para defender sus recursos y territorios. Otro de los mayores problemas es el acceso insuficiente a fuentes de agua.

—¿Qué pasa con el agua?

—En cercanías del río Pilcomayo se encuentra agua dulce entre los 80 y 120 metros de profundidad, pero a medida que uno se aleja, en el suelo se ha encontrado una elevada cantidad de agua salada, la cual no es posible utilizarla para el consumo humano o animal, lo que afecta a la seguridad alimentaria y a las dinámicas económicas de los territorios (…). En el caso especial de las familias indígenas, además de la necesidad de agua, se hace prioritario el acceso a semillas y herramientas para ampliar los cultivos y diversificarlos. Así como el acceso a nuevas tecnologías que fomenten la producción, fortalezcan las cadenas de valor priorizadas por las comunidades y faciliten la comercialización de sus productos.

—¿A cuántas personas beneficia este proyecto?

—El programa Chaco Sustentable trabaja en Argentina, Paraguay y especialmente en el Chaco de Bolivia. Desde que se inició el programa en 2010, a través de nuestros socios locales en cada país, hemos beneficiado a alrededor de 25.018 familias de comunidades indígenas, criollas y campesinas en el Chaco trinacional. Con el propósito de mejorar la calidad de vida de las familias y las comunidades, el programa ha fijado prioridades locales y regionales que son coordinadas y atendidas con distintos actores en las comunidades, gobiernos locales, sociedad civil y plataformas regionales del Chaco. Desde un enfoque de complementariedad entre los actores, se generó un contexto solidario y de responsabilidad ambiental, respecto a la producción de alimentos, bienes de consumo sin incrementar la degradación ambiental y con mejores condiciones de inclusión económica.

—¿Qué experiencias productivas exitosas hay en el Chaco?

—Una experiencia importante del programa es la desarrollada con mujeres y jóvenes indígenas que lograron escalar sus capacidades productivas, alcanzando a conformar empresas indígenas constituidas, como es el caso de la Empresa de Mujeres Guaranís “Munduvi”, que produce derivados del maní y la empresa productora de miel “El Ikavi”.

—¿Desde qué año se desarrolla el programa Chaco Sustentable y cuál es la inversión?

—El programa Chaco Sustentable se conformó en 2010 con varias instituciones socias de Argentina, Bolivia y Paraguay. Hoy son más de 10 aliados a nivel regional que conforman el programa impulsado desde ICCO Cooperación. En el transcurso de estos últimos años, el programa trabajó principalmente con fondos provenientes de Holanda, del Ministerio de Relaciones Exteriores a través de su programa “Alianza por el Compromiso Civil” y de las Iglesias Protestantes Holandesas – Kerk In Actie.También hemos logrado articular y coordinar con otros importantes donantes como la Unión Europea en Bolivia a través del proyecto “Por Nuestro Gran Chaco” (Zicosur), el Fondo de Innovación (DANESA) y FIDA, entre otros. Los fondos han estado orientados a mejorar las capacidades productivas de los pueblos indígenas, fortalecer cadenas de valor de la miel, el maní y el algarrobo. Potenciar procesos de incidencia comunitaria, política y civil, con especial énfasis en la participación de jóvenes y mujeres en espacios de toma de decisión, así como fortalecimiento de modelos de gestión territorial, defensa de derechos y acceso a tecnología. En los últimos cinco años el programa movilizó recursos por un monto aproximado de 5.500.000 euros ($us 6,6 millones al cambio de hoy). En lobby & advocacy se invirtieron 300.000 y en inversiones productivas, 5.200.000 euros.

Perfil

Nombre: John Larrea

Profesión: Ingeniero agrónomo y economista

Coordinador

Especialista en finanzas para el desarrollo y proyectos. Trabaja más de 20 años con comunidades indígenas y campesinas. Es Coordinador de Programas en ICCO Cooperación, articulando y coordinando con gobiernos locales, departamentales y regionales del Gran Chaco Sudamericano.