¿Cómo reactivar la minería con visión a 20 años?
Desarrollo. Una cumbre definirá el futuro del sector; surgen recomendaciones
ECONOMÍA
El Gobierno busca elaborar una política minera para los próximos 20 años. Exploración, proyectos nuevos, inversiones e industrialización son temas que se analizará en una cumbre sectorial. Tres analistas hacen recomendaciones para reactivar el sector.
Cuando las exportaciones bolivianas totales de minerales cayeron un 27,3% el pasado año, con relación a 2019, el Gobierno se trazó el desafío de reactivar el sector minero metalúrgico del país y como paso inicial organiza una Cumbre Minera Nacional.
Los temas a tratar se relacionan con la prospección y exploración, proyectos nuevos, dotación de áreas mineras, asesoramiento técnico, financiamiento, medio ambiente, así como el fortalecimiento del proceso de industrialización con la creación de nuevas fundidoras y la reingeniería de las empresas estatales.
Además, se tiene previsto analizar una propuesta para conformar una comercializadora de oro que capte el 100% de la producción de este mineral.
Al respecto, el economista Horst Grebe señaló a LA RAZÓN que el cambio de la política minera debe ser “integral”, tomando en cuenta que los mercados internacionales de minerales están en competencia, debido a la existencia de producción más ventajosa y con mayores niveles de productividad e inversiones, a diferencia del caso boliviano.
“Se debe llevar adelante un análisis de las perspectivas de largo plazo, es decir, cuáles son los horizontes, qué se vislumbra en términos de la demanda internacional de los diferentes minerales y en qué medida Bolivia puede entrar a abastecer algunos mercados donde tenga mejores perspectivas que otros”, apuntó.
Además, —dijo— que cualquier cambio en el sector pasa por una modificación a la Ley 535 de Minería y Metalurgia (2014) que establece un tratamiento tributario “muy complicado” para las empresas mineras privadas.
“Hay que pensar en el cambio del orden minero como tal, donde existen diversos agentes, empresas estatales y privadas, cooperativistas y se favorece a los cooperativistas con una serie de medidas, siendo el sector que emplea mucha gente con muy baja productividad”, argumentó Grebe.
En tanto, el economista Jaime Dunn consideró importante que para trazar un plan para los próximos 20 años no solo se debe involucrar la reactivación de ciertas industrias como la minera.
“En este momento se deben reactivar todas las áreas posibles de la economía. La minería y la construcción fueron los sectores más golpeados durante la pandemia. Entonces, es correcta cualquier intención que nos lleve a la reactivación de esos sectores”, dijo.
En el caso específico de la minería es importante generar normativas, brindar seguridad jurídica, facilitar la exportación de los minerales e incentivar la atracción de inversión extranjera.
Un panorama que requiere “un cambio profundo del modelo económico, que abarca temas como el sistema legal, seguridad jurídica, normas laborales, el sistema tributario, definir en el mediano y largo plazo que el Estado cada vez pueda dar mayor participación y compartir el riesgo con los privados”, sostuvo.
Este último criterio de Dunn es compartido por el analista económico Jimmy Osorio, quien señaló a este medio que “se debe apostar a las alianzas públicoprivadas, a la inversión extranjera directa, además el país debe volverse otra vez atractivo para que lleguen capitales para desarrollar tecnología e implantarla, lo cual va a permitir que Bolivia reciba tecnología y capitales importantes, que generen empleo y dinamicen la economía”.
También coincide en que es un “buen momento” para reactivar sectores como el minero, pero que es necesario generar condiciones tanto jurídicas, políticas, así como sociales.
Asimismo, indicó que no se debe descuidar impulsar la minería del litio debido a que “estamos en un momento clave del desarrollo tecnológico mundial y Bolivia está en la mira porque tiene una de las mayores reservas a nivel mundial y todavía no se ha industrializado ese sector”.
No obstante, Grebe sostiene que “el litio es una ilusión que estamos persiguiendo desde hace mucho tiempo y cuyo mercado no está muy claro, sobre todo en qué medida va a crecer significativamente, hay mucha información que no está comprobada”.
Según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), procesados por el Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE), el pasado año las exportaciones totales de minerales sumaron $us 3.089 millones. Un 27,3% menos que en 2019 cuando alcanzaron $us 4.250 millones. Y a febrero de este año llegaron a $us 773,9 millones.
El zinc es el principal mineral exportado en 2020, destacándose ventas por $us 820,4 millones.
Cualquier plan depende de la demanda externa
Según evaluación del economista Horst Grebe, cualquier plan o política en materia de minería y metalurgia depende de la demanda internacional, de los precios de las materias primas y las inversiones.
Citó como ejemplo que a la fecha el zinc tiene mejores mercados que el estaño, pero que esa situación es temporal porque está sujeto al requerimiento externo.
Por ello, “el país necesita hacer, por una parte, mayor prospección minera y esas son inversiones de largo plazo. No es como la agricultura que uno siembra este año y la próxima gestión ya tiene la cosecha, incluso en el mismo año”, sostuvo.
En el sector de la minería, las inversiones se proyectan de 5 a 10 años, lo cual implica mejorar “significativamente” el conocimiento de los yacimientos mineralógicos en el país y su rentabilidad económica.
También es importante hacer un seguimiento de las tendencias tecnológicas en el mundo y crear instituciones “con mucho valor agregado intelectual” en el país, dijo. En tanto, el economista Jimmy Osorio reconoció que el sector de la minería tradicional tiene su mercado pero éste tiene fluctuaciones “muy fuertes” en las cotizaciones a nivel internacional.
Una muestra de ello es el oro; cuando su cotización internacional sube o baja, hace “tambalear” las Reservas Internacionales Netas (RIN) del país, justificó.
Para el analista económico Jaime Dunn, dada la coyuntura externa, en este momento es “urgente” la obtención de recursos y que sectores como la minería junto con el agrícola se “vuelven fundamentales para incrementar las exportaciones y atraer divisas del país”.
OPORTUNIDAD
El Fondo Monetario Internacional (FMI), en su informe “Perspectivas de la Economía Mundial”, publicado el miércoles pasado, advierte que las perspectivas para Latinoamérica a largo plazo siguen dependiendo del rumbo que tome la pandemia. “La perspectiva dependen no solo del resultado de la batalla entre el virus y las vacunas, sino también de la eficacia con la que las políticas económicas implementadas en condiciones de alta incertidumbre pueden limitar el daño duradero de esta crisis sin precedentes”.
Según Dunn, se trata de una oportunidad, para países como Bolivia, para hacer cambios profundos en sus modelos económicos “en los que tomen en cuenta la economía sostenible, digitalizada con mayor flexibilidad y orientadas al comercio internacional”.
En ese marco, el analista reiteró que cualquier plan o política “debe contemplar todos los sectores económicos, de lo contrario se ratificaría la condición extractivista que tiene el país”.
LA RAZÓN intentó conversar sobre este tema con alguna autoridad del Ministerio de Minería y Metalurgia; sin embargo, pese al compromiso, su Unidad de Comunicación no atendió el requerimiento.
En todo caso, hasta el cierre de la presente edición no se confirmó la fecha de realización de la Cumbre Minera, solo que la pasada semana concluyeron las mesas de trabajo preparatorias de este evento, en las cuales participaron autoridades del sector, entidades descentralizadas, así como cooperativistas, empresas estatales y mineros privados.