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El sector constructor se recupera lentamente

ECONOMÍA

El principal sector generador de actividad económica en el país se recupera “lentamente”, una situación que también afecta a la industria del cemento. Dos analistas coinciden en que la inversión pública aún es insuficiente y se requiere la participación privada.

Según el Índice Global de Actividad Económica (IGAE), elaborado por el Instituto Nacional de Estadística (INE), entre enero y abril de este año, la construcción registró un crecimiento acumulado de 17,9% en relación a similar periodo de 2020, ubicándose como el segundo sector con mayor progresión por debajo de la minería (34,2%).

Asimismo, el viceministro de Planificación y Coordinación, Carlos Guachalla, anunció que la inversión pública ejecutada entre noviembre de 2020 y abril de 2021 sumó $us 1.300 millones. Recursos que se inyectaron a la economía boliviana para su reactivación, destacó el funcionario.

Pese a estos datos optimistas del Gobierno, el presidente de la Cámara Boliviana de la Construcción (Caboco), Luis Bustillo, precisó a LA RAZÓN que ese sector continúa pasando un “mal momento” a consecuencia de la crisis económica ocasionada por la pandemia del COVID-19.

“Nosotros estamos pasando un mal momento y todavía no estamos haciendo ningún comentario sobre estas cifras”, dijo el ejecutivo al anticipar que un equipo técnico de esa entidad que preside lleva adelante una evaluación de los datos de crecimiento sectorial que anunció la administración de Luis Arce.

EMPLEO. El sector constructor genera más de 400.000 fuentes de trabajo en el país. FOTO. ARCHIVO LA RAZÓN

CRISIS. “Nosotros queremos saber de dónde sale eso (datos de crecimiento), porque nosotros seguimos en una situación totalmente crítica”, reiteró sin dar mayores detalles, Bustillo.

Para el economista Horts Grebe las expresiones del líder del gremio de las empresas constructoras confirma que este sector “siente mucho menos la reanimación de lo que dicen las cifras estadísticas y lo que afirma el Gobierno”.

O sea es un caso típico de “visiones diferentes e interpretaciones sobre una situación sectorial y esto se debe a que cada una (Gobierno y constructores) maneja diferentes percepciones”, dijo.

Agregó que todavía falta mucho camino que recorrer para alcanzar la reactivación de la economía; en particular del sector de la construcción; y que la inversión pública efectuada por el Ejecutivo, todavía es insuficiente.

“Lo cierto es que el Gobierno ha tratado de meter dinero a la economía a través de la inversión pública pero eso ni de lejos sirve para generar una tracción necesaria para que la economía entre en un ritmo de expansión”, apuntó.

En tanto, el presidente del Colegio Nacional de Economistas de Bolivia, Jorge Akamine, reconoció que pese a que el Gobierno hace esfuerzos para destinar financiamiento del erario nacional para la reactivación, esa tarea debe ser reforzada por el sector privado.

“Se hacen esfuerzos, se está trabajando en el tema de la reactivación, pero el tema está vinculado a contar con los recursos (económicos) y pensar solo en la inversión pública es una decisión incorrecta, no es de las más adecuadas”, sostuvo.

En seis meses de gestión, el Gobierno ha desembolsado aproximadamente $us 1.000 millones como inversión pública, cuando lo planificado para todo el año es de $us 4.011 millones, dijo.

OBRAS. El sector requiere más obras para trabajar. Foto. ARCHIVO LA RAZÓN

Frente a la necesidad de mayores recursos, observó que la administración del presidente Arce “no está viendo al sector privado”, que también fue golpeado por la crisis pero que tiene condiciones para invertir y multiplicar el circulante.

“Los privados tienen una capacidad de inversión promedio en los últimos años de $us 2.000 millones (anual), que no es cualquier cosa”, sostuvo.

Por ello, para los constructores no hay reactivación en ese sector sino también en otros donde el aporte privado es significativo para superar la crisis, aseguró el economista.

Insistió en que “en el oficialismo ven al sector privado como un enemigo; sin embargo, en este momento de crisis se debe agarrar toda la ayuda que se pueda dar. Es necesario pensar en el bienestar de la población antes de ideologías o primicias políticas”.

FONDOS. Tras anunciarse que la inversión pública ejecutada entre noviembre de 2020 y abril de 2021 sumó $us 1.300 millones, el Gobierno presentó el jueves pasado a la Asamblea Legislativa Plurinacional (ALP) un anteproyecto de ley para financiar proyectos de inversión pública de las entidades territoriales autónomas del país.

El anuncio fue realizado por el presidente Luis Arce a través de su cuenta de Twitter, donde escribió: “Enviamos a la ALP un anteproyecto de ley para autorizar la constitución del Fideicomiso de Apoyo a la Reactivación de la Inversión Pública (FARIP) de Bs 2.000 millones, destinados a financiar proyectos de inversión pública de las entidades territoriales autónomas”.

Además, completó que con esa propuesta las entidades territoriales autónomas —gobernaciones y alcaldías— podrán acceder a créditos del FARIP para financiar las contrapartes locales de proyectos de inversión pública.

“Avanzamos hacia una reactivación económica segura y sostenible”, destacó Arce.

Se trata de una nueva iniciativa del Gobierno para impulsar la reactivación de la economía del país que desde el año pasado afronta una crisis a consecuencia de la pandemia del COVID-19.

CAPACIDAD. Las cementera produce 8 millones de toneladas. Foto. ARCHIVO LA RAZÓN

La industria cementera también está afectada

 La industria del cemento, que está íntimamente ligada a la construcción, también experimenta una “lenta recuperación”, que no implica un crecimiento. El sector tiene una capacidad de más de 8 millones de toneladas para un mercado que demanda 3 millones.

Según evaluación del gerente general del Instituto Boliviano del Cemento y Hormigón (IBCH), Marcelo Alfaro, después de un 2020 “muy difícil”, cuando se levantan las restricciones por la pandemia empieza una “lenta recuperación”; sin embargo, no se puede “hablar de crecimiento” en el sector.

Esto se debe —dijo— a que “todavía no se han iniciado proyectos grandes, se mantiene una importante deuda con varias empresas constructoras, las alcaldías y gobernaciones seguramente iniciarán algunos proyectos en breve, pero la pandemia continúa consumiendo muchos recursos que son necesarios para salvar las vidas de las personas, pero estos esfuerzos reducen de manera significativa la capacidad de varios entes gubernamentales para invertir en proyectos de infraestructura que son tan necesarios”.

A la fecha, el sector cementero tiene una capacidad instalada de algo más de 8 millones de toneladas para un mercado de 3 millones, una situación que implica que las fábricas trabajen a menos de la mitad de su capacidad dificultando así sus operaciones normales y bajando significativamente su eficiencia.

“Equipos parados en cualquier industria significan una pérdida importante, más aún en una industria como la cementera que requiere equipos e inversiones muy grandes”, dijo.

Recordó que todos los niveles del Estado son los que generan la mayor parte de los proyectos de construcción, no obstante la reactivación es “todavía muy lenta”.

Frente a esa situación, el ejecutivo del Instituto Boliviano del Cemento y el Hormigón recomienda que para la reactivación del sector, la inversión es fundamental.

La industra cementera que está íntimamente ligada al sector de la construcción en general, genera al menos 5.000 empleos directos y 50.000 empleos indirectos.

INVERSIÓN. Es clave para la reactivación de la construcción a escala nacional. ARCHIVO LA RAZÓN

Mientras que el sector constructor genera cerca de 400.000 empleos, “por consiguiente, para lograr la reactivación económica es fundamental la inversión en infraestructura, pero además en obras que realmente sean de utilidad para el país”.

“La inversión en vías con pavimento rígido nos dará una mayor durabilidad para nuestros caminos, reduciendo los costos de mantenimiento. Las vías de asfalto duran muy poco, como se ve en muchas carreteras y requieren de constantes inversiones; Bolivia ha avanzado mucho en el conocimiento de los pavimentos rígidos, tanto a nivel de diseño así como en personal y maquinaria de construcción que por el momento se encuentra con muy pocas obras y la vertebración caminera es fundamental para el desarrollo pero con materiales y empresas nacionales realmente se podrá generar empleos y mejores condiciones de vida”, detalló Alfaro.

También es importante observar qué hacen otros países del mundo, porque hay un “boom” de construcción en China y en Estados Unidos.

Citó como ejemplo que el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, anunció una inversión de $us 2 billones en infraestructura como la mejor forma de salir de la crisis originada por la pandemia del COVID-19.

“Obviamente se requiere un alto nivel de vacunación para que todo esto se desarrolle en un marco más favorable, pero los proyectos ya podrían empezar a ponerse en marcha puesto que requieren de un buen tiempo administrativo para que puedan iniciarse”, dijo.

Finalmente, consideró que “aparentemente los indicadores de materias primas se recuperarán y la economía podrá tener más recursos en un futuro próximo, las inversiones que generen desarrollo y a la vez mano de obra, a nuestro entender son la clave para la recuperación económica”.