La falta de empleo afecta más a mujeres y jóvenes
Indicador. La tasa de desocupación urbana en estos sectores todavía es alta; revertirla requiere políticas laborales.
ECONOMÍA
En los últimos 11 meses, 660.000 personas encontraron un empleo, según el Gobierno. Pese a ese dato positivo, a septiembre, la tasa de desocupación urbana de jóvenes fue 9,8% y de mujeres 7,4%; revertir las cifras requiere políticas a largo plazo.
Según evaluación del presidente Luis Arce, la tasa de desocupación urbana en el país se incrementó de 4,3% registrado en octubre de 2019 a 11,6% a julio de 2020, lo que implica que “aproximadamente 253.000 bolivianos y bolivianas” perdieron su fuente laboral durante ese periodo.
“Antes de octubre se estaba cerrando la brecha de la tasa de desocupación entre hombres y mujeres, pero desde el año 2020 el nivel de desocupación de las mujeres ha ido aumentando más que los hombres. Asimismo, los jóvenes tienen los mayores niveles de desocupación, los cuales fueron agudizados en la gestión 2020”, afirmó el mandatario del país.
No obstante, el Jefe de Estado consideró que a septiembre de este año la situación cambió, es decir, el desempleo bajó 5,4 puntos porcentuales.
“Con la recuperación de la democracia en noviembre de 2020, se adoptaron medidas que permitieron a la población boliviana acceder a un empleo; por tanto, la tasa de desocupación urbana se vio disminuida al orden del 6,2% a septiembre de 2021”, dijo Arce.
En ese contexto, arengó que desde octubre de 2020 a septiembre de 2021, “se estima que 660.000 personas pudieron encontrar un empleo en todo el territorio nacional”.
REBOTE. Pese a ese dato positivo y el optimismo del presidente Arce, las cifras del Instituto Nacional de Estadística (INE), a septiembre, muestran también que los jóvenes y las mujeres de las áreas urbanas son los grupos poblacionales más afectados por el desempleo. En el primer caso, la desocupación al décimo mes de esta gestión asciende a 9,8% y en el segundo llegó a 7,4%.
Para el analista económico Jaime Dunn, así como hubo un “rebote estadístico” en la reactivación natural de la economía, tras la crisis generada por la pandemia del COVID-19, de igual manera este fenómeno se refleja en las cifras del empleo.
“El incremento del empleo es atribuible a una inercia natural resultado del rebote estadístico de la economía que empieza a normalizarse. En esto ha contribuido mayormente el sector privado, el generador de empleo más importante de Bolivia”, dijo a LA RAZÓN.
De acuerdo a su análisis, la tasa de desocupación en jóvenes “bajó de 14% en diciembre (2020) a 10,3% en julio (2021). En el caso de las mujeres de 16 a 28 años, cayó de 16,2% a 10,7% y en varones, de 13,1% a 9,9%”.
Agregó que los niveles de desocupación en jóvenes y mujeres se deben a la falta de experiencia de los primeros y los costos laborales que lamentablemente significa emplear a una mujer. “Todas las obligaciones laborales, la inflexibilidad laboral y un salario mínimo de los más altos de Latinoamérica, hacen que el sector de jóvenes y mujeres tenga un alto nivel de desempleo formal”.
Al respecto, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) en un estudio presentado el pasado mes bajo el título “Dinámica laboral y políticas de empleo para una recuperación sostenible e inclusiva más allá de la crisis del COVID-19”, afirmó que la crisis provocada por la pandemia tuvo un fuerte impacto “multidimensional” en los jóvenes, que se resume en la interrupción de la educación y la formación para el trabajo formal.
De acuerdo con la información disponible de nueve países de la región, incluido Bolivia, la tasa de participación se redujo, en promedio, 5 puntos porcentuales y la tasa de ocupación, casi 6 puntos porcentuales, con lo cual llegó al 32,7% en 2020. Además, la tasa de desocupación alcanzó un 23% en promedio, cifra que representa aproximadamente a 7 millones de jóvenes, según el documento.
En el caso de las mujeres, la CEPAL indicó que la crisis ha exacerbado muchas de las desigualdades de género preexistentes, no solo debido al aumento de la precariedad, sino también por la necesidad de servicios de cuidado que trajo aparejada. “Las trabajadoras más afectadas han sido aquellas con bajos niveles educativos, con hijos pequeños y en ocupaciones más precarias, asociadas al trabajo informal o a sectores en los que el impacto de la crisis ha sido más fuerte”.
POLÍTICAS. En ese contexto, para el presidente del Colegio Nacional de Economistas de Bolivia (Coneb), Jorge Akamine, el diagnóstico es sencillo: la pandemia afectó de forma drástica al empleo y en el caso del país observó un retraso en la recuperación económica, que se refleja en la desocupación y la informalidad.
Por ello, consideró que el país debe “recuperar” al menos 400.000 empleos perdidos durante la pandemia. “Hay un retraso en la recuperación económica y en la activación del empleo, lo cual se da por una visión sesgada del Gobierno porque está dejando de lado al sector privado en la reactivación económica, un sector que puede apoyar y generar empleo”, justificó el colegiado.
Para la generación de nuevos empleos, en particular para sectores vulnerables como jóvenes y mujeres del país, la administración de Luis Arce debe elaborar “políticas claras de incentivo a nivel público y privado para crear y mejorar la calidad del empleo”, apuntó. Por su parte, el secretario de conflictos de la Central Obrera Boliviana (COB), Lucio Parrado, observó que las medidas del Gobierno buscan reactivar la economía y bajar el desempleo pero que es necesario continuar con el proceso de industrialización para generar empleos productivos.
“Ya se están generando más empleos, están empezando a reactivarse las empresas, el Ministerio de Trabajo está conminando a las empresas para que los trabajadores despedidos vuelvan a sus fuentes laborales. Esperamos que el próximo año vaya creciendo mucho más y que baje el desempleo así como la informalidad”.
Empresarios reclaman ‘articulación’ públicoprivada
Los empresarios del país piden al Gobierno trabajar de forma “articulada” con el sector privado para la generación y promoción de empleo formal a través de normativa. Además, exigen la generación de condiciones para mejorar el clima de inversiones en el país.
“Hemos sugerido trabajar de forma articulada con el sector público en una normativa, en una ley de promoción del empleo formal, la cual daría el marco general para poder generar las condiciones a las inversiones para que puedan tender a crear mayor empleo formal en el país”, comentó a LA RAZÓN el gerente general de la Cámara Nacional de Comercio (CNC), Gustavo Jáuregui.
También sugirió la elaboración de una “agenda de trabajo” entre el sector público y privado con el objetivo de “generar sostenibilidad y credibilidad en las familias para que pueda haber paz social”.
El ejecutivo de los empresarios indicó que como consecuencia de la pandemia, en Latinoamérica cerca de 26 millones de personas se quedaron sin trabajo en 2020, y que frente a ello los gobiernos han trabajado de forma articulada con el sector privado para recuperar los indicadores negativos.
“Hoy en Bolivia hemos pasado de una tasa de cerca al 12% que se registró en el momento más crítico en 2020, a una tasa al tercer trimestre de esta gestión que alcanza al 6,3%, que sigue siendo una tasa complicada porque, además, estamos hablando de más de 280.000 personas desocupadas que aún no tienen una actividad que les genere ingresos”, dijo Jáuregui.
Por tanto, insistió que es necesario pensar en cómo brindar empleo formal a esas 280.000 personas. “Estamos hablando que se tiene que trabajar para fortalecer el clima de inversiones en el país con garantías para seguir invirtiendo y atraer nuevos capitales, porque eso genera empleo”.
INCENTIVOS. El economista Jaime Dunn coincidió con los empresarios en la importancia de las políticas, pero también en incentivos para la generación de empleo.
Como ejemplo, señaló que debería considerarse que “el salario mínimo sea cero”, lo cual no significa que la gente trabajará gratis, sino que obligaría a los empleadores y empleados a “negociar los salarios libremente, y se formalizaría automáticamente a todos los que hoy en día están trabajando debajo del salario mínimo, además recibirían todas las prestaciones y beneficios laborales de ley”.