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INCLUSIÓN FINANCIERA en Bolivia, los avances no convencen

ECONOMÍA

El acceso de la población a productos y servicios financieros de calidad es bajo. Bolivia reprobó con 38,3 puntos sobre 100 en inclusión financiera, esta baja puntuación se debe a la falta de acceso a tecnología, educación e incluso “exclusión” de género.

El grupo Credicorp, matriz del Banco BCP, encomendó una encuesta sobre el uso de los servicios bancarios a nivel de transacciones, pagos online, ahorros y utilización de tarjetas de débito o aplicaciones, entre otros, llegando a la constatación de que en el país falta mucho por hacer en el tema de la inclusión financiera.

Ese diagnóstico se llevó adelante en Bolivia, Colombia, Chile, Ecuador, Panamá, Perú y México.

Ipsos, empresa internacional de estudios de mercado, fue la encargada de realizar esta encuesta, cuyos resultados y recomendaciones fueron expuestos y debatidos en el conversatorio denominado “Inclusión financiera: Avances y desafíos en Latinoamérica y Bolivia”, desarrollado en días pasados.

ESTUDIO. En esta oportunidad, la directora de Asuntos Públicos de Ipsos Perú, Patricia Rojas, explicó que en cada país se aplicaron 1.200 encuestas con un margen de error de más o menos el 2%.

Acceso, uso y calidad de los servicios financieros fueron las áreas que abarcó este estudio, cuyos resultados revelan que los siete países de América Latina reprobaron en inclusión financiera, con 38,3 puntos sobre 100.

Los datos obtenidos también revelan que la población femenina es la que menos acceso tiene a servicios financieros en la región.

“Las mujeres están menos incluidas que los hombres a los sistemas financieros, al igual que las personas con mayor edad, son las que están menos incluidas financieramente. De igual manera las personas que viven en áreas rurales, y cuanto es menor el nivel educativo, es menor la inclusión financiera”, precisó Rojas.

Entre los países evaluados se destaca que solo Panamá y Chile lograron alcanzar una tasa aprobatoria, con más de 50 puntos.

Por ejemplo, Panamá tiene 52,2 puntos de aprobación, en tanto que Chile califica con 51,6, Ecuador con 46,9, Bolivia tiene 38,3, Perú llega a 37,9 y México alcanza a apenas 35,0 puntos sobre 100.

En el caso específico de Bolivia, el 45% de su población tiene un nivel bajo de inclusión financiera, 41% en progreso y apenas el 13% un nivel logrado.

Los productos de ahorro y seguro que tienen las personas en promedio en Latinoamérica son de 1,8% y 28%, es decir que no tienen ningún producto de ahorro seguro. Respecto al país, se tiene que el 2,1% de personas tiene un producto de seguro financiero y quienes destacan en esta dimensión son Chile y Panamá, con un promedio del 3,0%.

Los productos más populares en el acceso al sistema financiero son las tarjetas de débito y las cuentas corrientes y de ahorro.

BARRERAS. Según los resultados del estudio, las principales barreras que dificultan una mayor inclusión financiera son: la lejanía hacia el sistema, el desinterés y la percepción que el público tiene en sentido de que sus ingresos no son suficientes para ser parte del sistema financiero. “Hay una especie de autoexclusión”, dijo Rojas.

DINERO. La población usa efectivo para sus operaciones. Foto. Rodwy Cazón

Una de cada 10 personas (1,2) usa productos o medios bancarizados en Latinoamérica, mientras que en Bolivia apenas llega a 0,8 junto con Perú y México, o sea, la gente prefiere pagar sus operaciones en efectivo, y el aplicativo celular todavía no es utilizado.

En calidad percibida, el estudio de Ipsos diagnosticó que en una escala de 1 a 5, los bancos privados tienen una buena calificación, de 3,2 puntos, en los países latinoamericanos, y en términos generales, Bolivia está un poco por encima de ese promedio.

En utilidad de los medios digitales, en promedio, tienen una calificación de 3,5, en la que 5 es muy bueno. Bolivia tiene una calificación de 3,5. En este acápite se evaluaron la billetera móvil y aplicativos celulares.

“La inclusión financiera está en progreso en Latinoamérica y solo un 16% tiene un nivel logrado, y tenemos un gran número de personas que está en un nivel muy bajo de inclusión (…) Hay que prestar más atención en poblaciones excluidas, donde las mujeres y las personas de la tercera edad en zonas rurales y de menor nivel educativo (están excluidas)”, concluyó la ejecutiva.

BANCA. Para Nelson Villalobos, secretario ejecutivo de la Asociación de Bancos Privados de Bolivia (Asoban), el estudio de Ipsos muestra que el 64% de la población nacional no usa ningún producto financiero y que solo el 36% utiliza algún medio bancarizado de pago. “Por lo que se ha señalado, el pago en efectivo es el rey, la gente prefiere usar efectivo, nace en la propia informalidad, en la confianza, y más del 90% de la población prefiere pagar sus compras y servicios, y, lo increíble, prefiere pagar los créditos en la propia banca en efectivo”, dijo.

Señaló que la explicación de ese hecho pasa —primero— por el acceso limitado en cuanto a la infraestructura de comunicaciones en el país. “Creo que el acceso a internet hoy, en estos tiempos, es fundamental”.

“La explicación pasa por el acceso limitado en cuanto a la infraestructura de comunicaciones de nuestro medio, creo que el acceso al internet en estos tiempos es fundamental y todos los servicios, no solo el financiero, se están orientando hacia el uso de nuevas tecnologías y de la banca digital, y es importante tomar en cuenta este aspecto”, recomendó.

Villalobos agregó que por la plataforma de pagos electrónicos se realizan 5.000.000 de transacciones por mes en la banca, cifra que creció enormemente a raíz de la pandemia, que fue algo positivo desde ese punto de vista y de esa cifra. Además, un total de 700.000 transacciones, es decir 14%, son menores a Bs 500.

El ejecutivo también identificó que en la inclusión financiera en Bolivia existen barreras que deben ser superadas y una de ellas es facilitando el acceso de la población a los sistemas de pago, no necesariamente abriendo una cuenta de ahorro o un depósito a plazo fijo (DPF), sino ayudando a la gente que no cuenta con esa capacidad de ahorro, pero que es potencial para realizar actividades comerciales y financieras, y ahí la banca debe asistir en ello, dijo.

Dinero en efectivo o medios de pago electrónicos

Lograr que la gente deje de usar dinero en efectivo es uno de los principales retos que tiene la banca, y para ello debe brindar mayor educación y concientizar a las personas sobre las ventajas del uso de la tecnología en sus operaciones financieras.

Al respecto, Miguel Solís, ejecutivo de Credicorp, consideró que queda mucho por hacer para facilitar el uso de la banca electrónica, especialmente entre la población femenina, que por diversos motivos desconfía de la tecnología, así como entre las personas mayores de 60 años, en el ámbito rural de niveles socioeconómicos y educativos bajos, que son los grupos más excluidos financieramente.

“Una de las barreras que tenemos que enfrentar en la región es el uso del dinero en efectivo, impulsando canales del sistema para desincentivar los pagos en efectivo y hoy más que nunca se hace evidente que las herramientas digitales han llegado para quedarse, para incluir financieramente a las personas”, dijo.

Solís consideró que el desafío primordial es la construcción de herramientas digitales, amigables, estables e intuitivas para evitar esa fricción y confusión en los usuarios que implique erradicar la burocracia, la confusión, la inestabilidad de plataformas y ser un banco muy cercano, amigable y muy intuitivo con el público.

De acuerdo con Nelson Villalobos, ejecutivo de Asoban, urge la implementación de una estrategia nacional de inclusión financiera que coordine los esfuerzos realizados hasta ahora por todos los actores que tienen el objetivo de avanzar en el país en el tema de la inclusión financiera.

En ese marco, recomendó que las entidades financieras deben incidir en el tema de la educación financiera, pues es con conocimiento y comprensión de los servicios que se puede desarrollar habilidades para tomar decisiones asertivas.

Finalmente, el Estado debe generar políticas públicas orientadas a los incentivos, a la innovación, a la formalización, además de coadyuvar en mejorar el acceso a las comunicaciones, hacer algo más accesible el uso de internet y evitar algunas asimetrías en materia regulatoria.

BANCA. La población acude físicamente a realizar sus transacciones.