ECONOMÍA
A través del Fondo Mundial del Medio Ambiente de las Naciones Unidas, la Autoridad Plurinacional de la Madre Tierra logró “recuperar” en favor de 2.515 familias indígenas de la Amazonia 300 hectáreas de bosques para generar una economía autosustentable.
Se trata de la “recuperación” de territorios degradados en Beni, en las naciones “Tacana Cavineño, Cavineño de la Amazonia y Chaco Pacahuara; además del Territorio Indígena II, en Pando”.
“El propósito es también generar beneficios ecológicos y económicos. En toda la zona trabajamos en 83 comunidades con 2.515 familias aproximadamente”, explicó a LA RAZÓN Nicolayeb Brun, responsable del proyecto.
Se pretende “conservar estas áreas de recolección y recuperar áreas de barbechos a través de la implementación de sistemas agroforestales con especies no maderables, con cacao y asaí, lo que permitirá generar una opción de ingreso económico a las familias que viven en el bosque y no depender solo de la recolección”, resaltó también Angélica Ponce, directora ejecutiva de la Autoridad de la Madre Tierra.
PRODUCCIÓN. El citado proyecto se lo viene ejecutando desde 2018 en la región amazónica de Beni, como resultado, en Riberalta, ya se producen 120.000 plantines agroforestales para beneficio de la región y de las familias habitantes.
Al respecto, Brun explicó que de forma paralela se pretende generar “conciencia ecológica” en la población para la conservación y protección de los bosques en territorios indígenas.
Asimismo, mencionó que se encuentran en fase de implementación en la región plantas productoras de harina de yuca, que en la zona se la conoce como “chivé”. Además, se busca la transformación de la caña de azúcar para la fabricación de miel, chancaca, aceite virgen de majo y goma laminada. También se trabaja en la comercialización de carne de paiche (pescado), castaña y asaí.
“De esta manera es que la Autoridad Plurinacional de la Madre Tierra, a través del proyecto GEF Amazonia, viene generando una reactivación económica en toda la población indígena de la zona”, dijo el responsable del proyecto en esa región, para cuya aplicación se gestiona un financiamiento del Fondo Mundial del Medio Ambiente de $us 6,2 millones, de los cuales ya se ejecutaron $us 1,3 millones en 2021.
“Estamos reactivando la economía de las familias instalando estas plantas de transformación o de generación de valor agregado a los productos del bosque y a los productos agrícolas que los indígenas tienen en sus medios económicos de vida”, insistió.
En tanto, Ponce indicó que el área que comprende esos territorios indígenas llega a 1.147.643 hectáreas, las cuales se encuentran bajo un manejo integral y sustentable, sujeto a distintos niveles y tipos de aprovechamiento, principalmente la castaña.
La funcionaria reiteró que el objetivo es establecer “áreas de recolección y recuperar 150 hectáreas de áreas de barbechos a través de la implementación de sistemas agroforestales con especies no maderables, que permitirá generar una opción de ingreso económico a las familias que viven en el bosque y no depender solo de la recolección”.
De igual forma, se quiere ampliar la cobertura vegetal, protegiendo los suelos de erosiones hídricas causadas por las lluvias, y restaurar un ecosistema de vida en áreas boscosas de Bolivia, reduciendo la emisión de dióxido de carbono a través de procesos de fotosíntesis y sistemas agroforestales, para otorgar ingresos económicos a los pobladores.
En ese marco, Ponce indicó que el proyecto ingresó en su última fase de implementación, después de iniciarse en 2018 con un tiempo de ejecución hasta 2023. “A través de la Autoridad de la Madre Tierra, buscamos generar múltiples beneficios sociales y ambientales a los pobladores de las comunidades indígenas, locales y del mundo”, concluyó.
Finalmente, Brun anotó que familias de esa región de la Amazonia que se dedican a la recolección de castaña y almendra entre diciembre y marzo de cada año también se benefician del proyecto a través de la gestión de mercados para los citados productos.