Solo el 36% de las mujeres confía en la banca
Estudio. Un análisis de Credicorp revela brechas de género en inclusión financiera.
ECONOMÍA
Solo el 36% de las mujeres bolivianas confía en el sistema financiero, es decir, 7 puntos porcentuales menos que los varones. Es uno de los resultados del último índice de inclusión financiera (IIF), que revela brechas de género en Bolivia y América Latina.
En los últimos años se han realizado diversos esfuerzos a nivel regional orientados a promover la inclusión financiera en la población general; sin embargo, existen aún brechas y compromisos por cumplir, sobre todo en grupos minoritarios e históricamente vulnerables, como las mujeres.
A pesar de que la inclusión financiera tiene un impacto positivo en el empoderamiento y en la autonomía económica de las mujeres, el acceso, uso de productos y servicios financieros todavía es bajo en países como Bolivia.
Por ello, el último índice de inclusión financiera (IIF) de Credicorp, titulado “Brechas de género: un enfoque interseccional”, saca a la luz la complejidad de las diversas realidades de las mujeres de Bolivia, Chile, Colombia, Ecuador, México, Panamá y Perú.
RESULTADOS. Los resultados de este estudio evidencian la brecha de género que existe en inclusión financiera en América Latina, a través de las diferencias registradas en los niveles del IIF para hombres y mujeres: solo el 11% de mujeres se encuentra en un “nivel logrado” de inclusión financiera, mientras que, entre los hombres, esta cifra es casi el doble (21%).
Los países donde hay una mayor proporción de mujeres en el “nivel logrado” de inclusión financiera son Chile (33%) y Panamá (33%), seguidos por Ecuador (20%). En un segundo nivel se encuentran Colombia (12%), Bolivia (12%) y Perú (12%), mientras que México (6%) se ubica último.
El estudio establece que en las brechas de género por país existen importantes diferencias en el “nivel logrado” entre hombres y mujeres, siendo Ecuador el país con la brecha más grande (34%).
En México también se observa una diferencia notable, donde las mujeres apenas alcanzan un 6% de inclusión financiera, mientras los hombres triplican esta cifra. Bolivia es el único país de los evaluados en el cual no se encuentran diferencias significativas.
El uso de productos y servicios financieros es la dimensión donde se registran los resultados más críticos de las mujeres. En este caso, 62% tiene un nivel bajo, 25% en progreso y 13% logrado. Los hombres muestran resultados significativamente mejores con 53%, 26% y 21%, respectivamente.
En todos los países evaluados existen brechas de género en indicadores clave de las tres dimensiones (acceso, uso y calidad percibida). Así, se observan diferencias importantes en tenencia de cuenta de ahorros o corriente, de tarjeta de débito, de tarjeta de crédito, tenencia de productos en el sistema formal, en el uso y frecuencia de uso de medios bancarizados, así como en la confianza en el sistema financiero.
Todas estas brechas reafirmarían una mejor posición de los hombres frente a las mujeres en inclusión financiera.
El indicador que presenta una mayor diferencia es la tenencia de tarjeta de débito, donde existe una diferencia de 10 puntos porcentuales entre hombres y mujeres a nivel de los siete países participantes del estudio.
Respecto a los indicadores sobre acceso a servicios, se observa que mientras el 22% de mujeres posee una cuenta de ahorros o corriente en una institución financiera, la situación difiere en el resto de los casos. El 23% de mujeres que vive en zonas urbanas cuenta con este producto financiero versus el 16% de las mujeres que viven en el ámbito rural.
Esta situación se intensifica en naciones como Panamá, Bolivia y Colombia, en las cuales la diferencia es de 13, 12 y 10 puntos respectivamente, a favor de quienes viven en espacios urbanos.
Estas diferencias a favor de algunos grupos de mujeres tienden a replicarse en todas las variables relativas al acceso a productos financieros. De esa manera, las mujeres que viven en zonas urbanas, de nivel socioeconómico alto, menores de 43 años y con trabajos fuera del hogar son las que registran un mayor acceso en Bolivia, Chile, Colombia, Ecuador, México, Panamá y Perú.
BOLIVIA. Conforme a los resultados del estudio de Credicorp, en el país el 36% de las mujeres bolivianas confía en el sistema financiero; siete puntos porcentuales menos que los varones; y por debajo de los niveles de confianza que expresaron las ecuatorianas (37%) y panameñas (55%).
De igual manera, el 12% de las bolivianas llega al “nivel logrado” en inclusión financiera por género, tres puntos porcentuales menos que los bolivianos.
Respecto a la tenencia de cuenta de ahorros o corriente, el 41% de las mujeres tiene ese servicio financiero. (Ver infografía)
En lo referido a uso de medios bancarizados para realizar pagos de productos y servicios, el estudio de Credicorp señala que el 34% de las bolivianas los utiliza pero mucho menos que las chilenas (82%) o las panameñas.
Una baja inclusión limita las oportunidades
Tras conocerse que en Bolivia todavía existen brechas de género en inclusión financiera, el gran reto del Gobierno y del sector bancario es promover el uso cotidiano de los servicios y productos financieros.
Este criterio es compartido por Renzo Rossi, líder del programa de equidad de género del Grupo Credicorp, y Hugo Miranda, oficial de economía digital de la Fundación Internet Bolivia.
Para Rossi “el gran reto que tiene Bolivia es continuar impulsando la inclusión financiera de manera equitativa. No basta con bancarizar a las personas a través de una cuenta de ahorros o un crédito, sino de promover el uso cotidiano de los servicios y productos financieros. Esto ayudará a desarrollar una relación mucho más positiva con el sistema financiero formal”.
Como habilitadores de la inclusión financiera citó a la digitalización y la educación financiera. “La industria financiera viene lanzando al mercado soluciones digitales fáciles de usar y también impulsa iniciativas de educación financiera, que contribuyen a acercar el sistema financiero a las personas que no lo conocen”, sostuvo el ejecutivo.
En tanto, Miranda dijo que la respuesta para la inclusión financiera viene por el lado de la digitalización de los servicios financieros y que el Estado debe trabajar en disminuir la brecha digital que existe en el país.
Además, se debe “incentivar el uso de pagos digitales, como por ejemplo rebajas en los trámites que se cancelen a través de pagos digitales. Todos los servicios básicos se deberían poder pagar online y todos los bancos deberían estar habilitados para recibir el pago. La implementación de la facturación electrónica fue un buen paso, pero ésta tiene muchos fallos. El pago de impuestos a través de canales digitales tiene que ser intuitivo y automático, algo que en la actualidad no sucede”.
Asimismo, observó que la normativa en Bolivia es “bastante restrictiva” y debe abrirse a la innovación financiera, recurrir a “sandbox” para permitir nuevos productos financieros en el país.
Igualmente, sostiene que los bancos deben mejorar sus servicios de banca electrónica y banca móvil, deben ser de uso más intuitivo y dar mejor atención al cliente a través de herramientas digitales.
LIMITACIONES. Renzo Rossi, del Grupo Credicorp, también alerta que una baja inclusión financiera, en general, limita las oportunidades de desarrollo de las personas. “El estudio que hemos hecho evidencia que en inclusión financiera existen importantes brechas de género en la región. Por ello, concluimos que toda iniciativa a favor de la inclusión financiera también debe considerar un enfoque de género”.
Justifica que en la región las mujeres tienen menos acceso y uso de productos y servicios financieros y eso limita su desarrollo humano. “Una mirada interseccional permite identificar situaciones que deben atenderse, como que el 23% de mujeres de zonas urbanas tiene una cuenta de ahorros, mientras que solo el 16% de mujeres del ámbito rural la tiene”.
Otro tema que le parece relevante al ejecutivo es la edad. “Es un aspecto relevante: el 66% de las mujeres de 43 años o más se encuentra en el nivel más bajo de inclusión financiera y solo un 7% en el nivel logrado. Las mujeres jóvenes tienen mejores niveles de inclusión. También se puede ver que el 46% de las mujeres de zonas urbanas utiliza por lo menos un medio bancarizado para realizar pagos, mientras que el 26% de las que viven en zonas rurales lo hace”.
Finalmente, a manera de sugerencia, indica: “Todos debemos trabajar juntos para impulsar la inclusión financiera en Bolivia y la región”.