Inflación e incertidumbre económica
Imagen: RODWY CAZÓN
Efectos. Para reducir las presiones inflacionarias en el país se debe reducir gastos e impulsar la oferta.
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Indicador. Presiones internas y externas pueden afectar al comportamiento de la economía.
ECONOMÍA
El Gobierno espera que la inflación este año se sitúe en torno a 3,3%. Durante los primeros meses, el indicador presentará una trayectoria estable, pero la incertidumbre sobre el futuro continúa siendo elevada por la pandemia y los efectos climatológicos.
Según datos del Banco Central de Bolivia (BCB), el pronóstico de la inflación total se mantiene consistente con la dinámica de la actividad económica, la cual se verá impulsada significativamente por estímulos fiscales y monetarios durante 2022.
No obstante, “la incertidumbre sobre el pronóstico de inflación continúa siendo elevada, especialmente por la presencia de riesgos en ambos sentidos. De cara a 2022, los riesgos que pueden generar cambios en la trayectoria de la inflación se mantienen latentes”, alerta el ente regulador del país en su último Informe de Política Monetaria (IPM).
Por un lado, prevé que las presiones al alza pueden ser resultado de un impacto más adverso al esperado de los fenómenos naturales en el país. “Existe la probabilidad de ocurrencia del fenómeno de La Niña que, al generar intensas lluvias e inundaciones, afectaría las vías y/o cultivos mermando la oferta”, precisa.
Asimismo, observa una eventual mayor presión inflacionaria importada debido a la crisis climática global. “Las sequías, olas de calor extremo o, por el contrario, periodos de invierno más fríos y prolongados sin descartar la presencia de fenómenos climáticos que podrían menguar la oferta global de alimentos, adicionando presiones en la inflación externa vinculada a alimentos”, vuelve a alertar el BCB en su informe.
De igual manera calcula una mayor inflación externa a la esperada por el lado de la oferta global, principalmente por las disrupciones en la cadena global de suministros.
“Descontando el efecto climático, existen además otros factores relevantes que podrían originar un mayor avance de la inflación externa. Éstos están vinculados a la persistencia en la disrupción del comercio global que ha derivado en mayores costos de transporte, escasez de suministros y precios de materias primas elevados”, sostiene.
PREVISIONES.
Frente a riesgos que pueden derivar en presiones inflacionarias; aunque menores, el Banco Central de Bolivia identifica un eventual impacto por las nuevas variantes y olas de contagio de COVID-19.
En el informe prevé que los efectos de la pandemia se traduzcan en restricciones a la movilidad internacional y local, que pueden afectar al dinamismo de la actividad económica, especialmente en el sector de servicios. “Este choque podría ralentizar la recuperación económica afectando las intenciones de compra o modificando los patrones de consumo”.
También observa depreciaciones inesperadas de las monedas de los socios comerciales. “En un contexto en el que la inflación en las principales economías avanzadas continúe siendo elevada y el ritmo del retiro del impulso monetario deba ser más agresivo, la probabilidad de correcciones en los mercados financieros en desmedro de las economías emergentes y en desarrollo sería más elevada, pudiendo generar salidas de capital y ahondar las depreciaciones cambiarias en la región”.
Al mismo tiempo, la incertidumbre política y social que atraviesan las economías de América del Sur se constituye en un riesgo para los mercados financieros y cambiarios, pudiendo resultar en nuevos episodios de depreciación debido a factores puramente intrínsecos, dice.
No obstante, proyecta que los riesgos al alza sean algo más dominantes que aquellos que puedan originar correcciones a la baja. Dados los efectos previstos detrás de cada riesgo, el balance general para la inflación se inclina ligeramente sobre aquellos factores que pueden originar mayores presiones inflacionarias. De esta manera, el rango de proyección queda definido en 2,5% y 4,5%, para la presente gestión.
ESTÍMULOS.
En este contexto, las políticas monetarias y cambiarias continuarán coadyuvando con la recuperación de la actividad económica nacional, precautelando que los niveles de inflación se mantengan en niveles bajos y controlados, asegura el BCB.
La política monetaria continuará proveyendo de los estímulos necesarios para garantizar niveles de liquidez adecuados y dotar de certidumbre al mercado financiero local, sin dejar de lado el compromiso de mantener niveles de inflación bajos y controlados.
Por su parte, la política cambiaria mantendrá la orientación de estabilidad cambiaria, con la finalidad de brindar certidumbre a la población y mitigar las presiones inflacionarias externas.
No obstante, en caso de materializarse alguno de los riesgos descritos anteriormente, al igual que en otras oportunidades y en el marco de sus competencias, el BCB anuncia que aplicará los instrumentos de política a su disposición con el propósito de mantener la estabilidad del poder adquisitivo interno de la moneda para contribuir al desarrollo económico y social del país.
DATOS.
Según evaluación del BCB, para este 2022 se tiene previsto un crecimiento del PIB de 5,1% gracias al fortalecimiento de la inversión pública. Con una inversión programada de $us 5.015 millones se proyecta un mayor dinamismo de los sectores de construcción, transporte y comunicaciones, otros servicios, industria manufacturera, agricultura, silvicultura, caza y pesca.
No obstante, prevé un menor desempeño para el sector de petróleo crudo y gas natural en línea con la declinación natural en la producción de la mayoría de los campos hidrocarburíferos.
Además, la entidad reguladora destaca la estabilidad de las Reservas Internacionales Netas (RIN), que a diciembre de 2021 sumaron $us 4.764 millones. Al igual que las remesas recibidas en el país, el pasado año, subieron en un 28,7% llegando a $us 1.261 millones.
Sugieren políticas para activar la oferta
Para reducir las presiones inflacionarias en el país, se debe reducir los gastos en el aparato estatal, así como en los niveles de deuda interna y empezar a estimular la oferta en el mercado, recomienda el economista y experto en análisis financiero Jaime Dunn.
La crisis derivada por la pandemia del COVID-19 y el conflicto bélico entre Rusia y Ucrania, también generan presiones inflacionarias en los alimentos de primera necesidad.
Frente a ello, sugiere ajustes en los gastos del Gobierno pero sobre todo políticas para incentivar la oferta a través de fondos sociales para pymes.
“Si la inflación que cerró en 2021 (0,9%) sube al 3%, pese a que es razonable para el común de la gente, puede significar un incremento alto de precios. Y esto puede dar lugar a descontentos en ciertos grupos sociales”, alerta Dunn.
Complementa que “solo la posibilidad de que el pan suba de precio ya causa preocupación”.
Argumenta que esta situación se debe a que la población no está acostumbrada a cambios bruscos en los precios, más aún por efectos de una inflación interna.
El economista considera que el contrabando es responsable de los precios bajos en algunos productos de la canasta familiar. “En los últimos años (esta actividad ilícita) ha mantenido bajo los precios durante mucho tiempo, porque se han importado productos a precios bajos pero ahora los precios a nivel mundial están subiendo, entonces habrá presiones inflacionarias muy por encima de lo que el país está acostumbrado”.
Según datos del Banco Central de Bolivia (BCB), durante los primeros dos meses del año, la inflación se mantuvo estable y en niveles bajos acumulando un 0,43%, continuando con la trayectoria observada en la gestión 2021. Asimismo, las expectativas de la población acerca del comportamiento futuro de los precios, reflejadas en la Nueva Encuesta de Expectativas Económicas del Ente Emisor, señalan una trayectoria estable.