Puerto Quijarro: cerveza, delivery y contrabando sin control
Imagen: Rodwy Cazón
CONTRABANDO. Esta actividad ilegal parece no tener freno. En esta frontera, los precios bajos de la cerveza y la informalidad alientan el ilícito
Imagen: Rodwy Cazón
Negocio. Bajos precios, informalidad y desempleo incentivan el comercio ilegal de cerveza en la frontera entre Bolivia y Brasil. La Razón viajó al lugar.
ECONOMÍA
Puerto Quijarro, municipio fronterizo con Corumbá en Brasil, es la principal puerta de ingreso de cerveza de contrabando a Bolivia. Diferentes marcas de la bebida brasileña ingresan a territorio nacional inclusive por delivery. Su principal mercado es Santa Cruz.
Bajos precios de cervezas como Conti, Skol y Brahma; sumado al deficiente control aduanero en la frontera boliviana así como al comercio informal y la falta de fuentes de empleo incentivan el contrabando en el municipio de Puerto Quijarro, ubicado en la provincia de Germán Busch, a una distancia de 12 horas de la capital cruceña.
Este panorama fue verificado por La Razón, en una visita exclusiva al municipio boliviano así como a Corumbá, estado de Mato Grosso do Sul (Brasil), considerado polo de desarrollo de esa región y la ciudad más importante del Pantanal, próximo al río Paraguay.
VIAJE. Transportarse por vía terrestre desde la ciudad de Santa Cruz a Puerto Quijarro requiere al menos de 12 horas a una velocidad permitida (80 Km/h). En el trayecto existen contados puntos de control, entre estos el de Puerto Pailas, considerado el más riguroso por quienes se dedican al comercio, pero que no es obstáculo para aquellas personas que se dedican a contrabandear mercadería ilegal de Brasil a Bolivia.
En el lado boliviano está la zona de Arroyo Concepción que es la puerta de ingreso de lo legal e ilegal. En el lugar existen oficinas de migración, de la Aduana Nacional de Bolivia e innumerables negocios que se dedican a la venta de bebidas, herramientas, ropa y otros artículos importados desde el lado brasileño.
En la zona, de acuerdo con el relato de algunos vecinos, no son bienvenidos los policías, militares y aduaneros, en esta lista también aparecen los periodistas, porque “perturban” el movimiento económico que genera el contrabando.
COMERCIO. En Puerto Quijarro, este medio conversó con varios pobladores, que en su mayoría se dedican a la actividad comercial, quienes coincidieron que es “más rentable contrabandear cerveza”. El clima y los bajos precios también incentivan el ilícito.
En el lugar, el clima es bastante cálido, la temperatura puede sobrepasar los 30 grados y una cerveza bien fría puede tener un precio inferior al de una gaseosa.
Por ello, los dueños de tiendas y almacenes no dudan en cruzar al lado brasileño para comprar esta bebida para su comercialización en ese municipio.
En Corumbá, cruzando la frontera, los negocios de venta de cerveza están ubicados en la zona del cementerio Santa Cruz, donde el movimiento comercial es intenso.
Para la compra y venta de este producto, se usa la moneda de curso legal en el país vecino, como lo es el real brasileño. En la frontera un real equivale a Bs 1,42.
Un paquete de 15 latas de cerveza tiene un costo promedio de 32 reales, que convertidos a la moneda boliviana es Bs 45, o sea por unidad entre Bs 2 y Bs 3.
DELIVERY. La comercialización de ese producto no solo se lo efectúa por paquetes sino por pallet (armazón de madera, empleado para el movimiento de carga), que contiene 300 paquetes de cerveza. Por ejemplo, en el almacén Johan de Corumbá se cotiza un pallet con 300 paquetes de cerveza Skol de 15 unidades, en 9.540 reales (Bs 13.356). En el caso de la marca Conti, el pallet de 300 paquetes de 12 unidades tiene un costo de 7.050 reales (Bs 9.870).
El transporte de la cerveza de contrabando a territorio boliviano ya no es un problema, los comerciantes tienen convenios con transportistas de su confianza, quienes se encargan de trasladar el producto hasta Puerto Quijarro donde tienen garajes para su entrega al comprador.
Es un delivery para el contrabando, al cual se acccede cuando el comprador cierra el negocio con el vendedor brasileño.
Este servicio tiene un costo que oscila entre Bs 100 y Bs 300, dependiendo del número de viajes que deba realizar el delivery.
Para no alertar al control o despertar sospechas, los vehículos que se encargan del traslado de estos productos cuentan con vidrios polarizados. Algunos transportistas utilizan el paso autorizado, no obstante, la mayoría opta por un camino ilegal que no es más que una vía de ripio que está paralela a la carretera interoceánica, que conecta Corumbá con Puerto Quijarro.
Existen dos tipos de vehículos utilizados para el delivery del contrabando, las vagonetas modelo Noah y minibús modelo Hiace.
Las operaciones del contrabando, en su mayoría, se lo lleva adelante durante la noche por la citada vía de ripio que tiene aproximadamente 70 kilómetros, la cual también conecta a la población de Yacuse donde hacen el trasbordo hacia otros vehículos que se encargan de llevar la mercadería hasta Santa Cruz.
CONTROL. El alcalde de Puerto Quijarro, Luis Chambi, aseguró a La Razón que en ese municipio existe un riguroso control por parte de funcionarios de la Aduana Nacional, empero, los habitantes del lugar tienen identificado el camino por donde ingresa la mercadería ilegal a vista y paciencia de las autoridades.
“La verdad que hemos visto buen trabajo de la Aduana. La situación de estadísticas da a conocer que hay un buen porcentaje económico que entra por parte de la Aduana. El contrabando sabemos que existe, eso es difícil de parar. Esta es una frontera, sabemos que siempre hay fuga del sector del contrabando”, dijo de forma escueta el funcionario.
Asimismo, aclaró que no toda la población se dedica al comercio y que existen otras formas de generar recursos. “40% se dedica al comercio, 20% al transporte, también tenemos ahí muchas fábricas que dan fuentes de trabajo, empresas grandes como Gravetal, la fábrica de cemento y otros que ayudan en la parte económica con el tributo al municipio”, sostuvo Chambi sin dar mayores detalles y respuestas sobre el problema del contrabando que afronta esa región y su efecto en la producción nacional.
LA GRÁFICA
‘Chutos’ trabajan con autorización municipal
Aunque usted no lo crea. Los vehículos indocumentados, denominados “chutos”, circulan en Puerto Quijarro con una autorización del Municipio de Puerto Suárez en Santa Cruz.
La Razón observó que estos vehículos cuentan con placas que son tramitadas por los propietarios conforme a un acuerdo con la citada Alcaldía.
Es decir, el municipio de Puerto Suárez tiene un convenio con los transportistas del servicio público para que sus motorizados logren acceder a placas con las que pueden cargar combustible en las estaciones de servicio y trabajar, en muchos casos ofreciendo delivery para el contrabando, según pudo constatar La Razón.
Las citadas placas tienen dos categorías: Puerto Suárez Automóvil (PSA) y Puerto Suárez Vagoneta (PSV) seguido de una cifra numeral, con esa identificación circulan con normalidad entre las poblaciones de Roboré y Puerto Quijarro, conoció este medio.
“La Alcaldía nos da la placa, de a poco se paga a Diprove (Dirección de Prevención y Robo de Vehículos) a Tránsito y de ahí uno se va a la Alcaldía y nos otorgan la placa, los autos, los utilizamos como una herramienta de trabajo”, dijo un transportista que pidió no ser identificado.
En el municipio de Puerto Quijarro, el transporte en taxi tiene un costo entre Bs 10 y Bs 20.