SOBOCE: produce cementos amigables con el medioambiente
Imagen: SOBOCE
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En los últimos cuatro años, la Sociedad Boliviana de Cemento (Soboce S.A.) ha realizado importantes inversiones que alcanzan a más de $us 100 millones en la modernización de sus plantas en La Paz y Santa Cruz para producir cementos amigables con el medioambiente.
“Desde 2014 que el Grupo Gloria se hace cargo de la gestión de la empresa, se han realizado inversiones muy importantes: la primera es el LP12, parte de nuestro Proyecto Illimani que incluye la instalación de un molino vertical de última tecnología en la producción de cemento”, expresó Juan Mario Ríos, gerente general de Soboce.
Las inversiones llevadas a cabo en estas modernizaciones han permitido conseguir una reducción sostenida de las emisiones, la eficiencia energética y eficiencia en el uso de los recursos naturales. Según Ríos, este molino vertical tiene mucha eficiencia en el consumo de energía y permite también producir cementos con mayor adición y, en consecuencia, cementos más ecológicos. Además del molino, está la instalación de los hilos, de un domo para la materia prima y de un sistema de despachos que incluyen una secadora y un robot que tiene 16 boquillas que despacha una bolsa de cemento en menos de un segundo.
El Gerente General de Soboce también explicó que el molino vertical de La Paz, que se encuentra en la Planta de Cemento Viacha, es de tecnología danesa y produce 170 toneladas/hora, mientras que el de Santa Cruz, que está en la Planta de Cemento Warnes, es de tecnología alemana y, por ser un poco más pequeño, produce 100 toneladas/hora.
Aparte de esas dos plantas, está la de Cemento El Puente, de Tarija, que junto con la de La Paz son las denominadas plantas integrales porque producen cemento y también Clinker.
Ríos remarcó que Soboce es la principal empresa cementera en la composición del mercado, ya que vende el 44% que se consume en Bolivia, por lo que facturan alrededor de $us 250 millones al año. En 2019 llegaron a 265 millones y cree que este año van a alcanzar alrededor de 260 millones.
Desafío. Según un reporte del panel intergubernamental, “el cambio climático de los últimos 100 años es un hecho inequívoco y es causado principalmente por las emisiones de gases de efecto invernadero generadas por la actividad humana, lo que se denomina como cambio climático antropogénico”, aseguró Marcos López, gerente Nacional de Comercialización de la empresa cementera.
La industria del cemento y de la construcción es una de las principales emisoras de dióxido de carbono. Es por ello que a nivel mundial se han definido iniciativas en la industria del cemento para reducir este CO2, pues el mundo no puede dejar de producir cemento, tomando en cuenta de que éste es el segundo material, después del agua, más consumido en el mundo, dijo López.
“En la industria del cemento hay buenas noticias que son acciones para un futuro sin emisiones de carbono en el sector, ahí está el desafío, por lo que se está trabajando en varias cosas, cada una con su nivel de importancia. La más relevante es la captura, utilización y almacenamiento de carbono, es decir, capturar en las plantas de cemento el CO2 y evitar que se propague. Gracias a las inversiones, se puede lograr el ahorro en la producción de Clinker a través de la eficiencia térmica, la producción de combustibles alternativos en lo que también estamos trabajando, el uso de materias primas descarbonatadas, el uso de hidrógeno como combustible, el aumento de las adiciones en el cemento, entre otras acciones. Con esta optimización de recursos estamos contribuyendo al cuidado del medioambiente”.
Asimismo, el hormigón que produce Soboce es utilizado en vías y en la construcción de pavimento rígido, el cual es priorizado en un decreto de Bolivia porque actúa como una especie de coladera de hormigón de CO2, es decir, que contribuye a la captura de carbono.
“Nuestro cemento es ecológico porque utiliza IP30 en lugar de IP40, lo que permite reducir la huella de carbono hasta en un 22% y eso es muy importante porque es un cemento de IP30 de mayor adición y 11% en emisiones menos de hormigón”, enfatizó López.
Gestión. La responsabilidad sobre el medioambiente y el impacto sobre el CO2 equivalente tiene como entrada uno de los temas principales que es la energía eléctrica, mencionó Dante Estévez, gerente nacional de Operaciones de Soboce.
“En Bolivia el consumo energético es de 103 kilowatts/hora por tonelada de cemento, mientras que Soboce está en 94 kilowatts/ hora. Esto se logra a partir de la introducción de nuevas tecnologías más eficientes en el consumo de energía eléctrica, en el consumo de materiales, todo lo que puede realizarse en función de la prevención y reconocimiento del tema medioambiental”.
Estévez resaltó, además, la adición que realizan de ciertos materiales naturales al cemento, que justamente va en la línea de utilizar un menor grado de procesamiento, que en este caso está relacionado al Clinker.
“La puzolana es un elemento natural que ingresa al proceso de molienda y que su mayor adición determina el menor consumo de Clinker y de ahí se relaciona con una menor emisión de toneladas de CO2 por tonelada de cemento. Toda esta bajada que se puede notar en los consumos energéticos está dada por el grado de inversión en tecnologías modernas, como es el caso de la molienda vertical que es equiparable a lo que antiguamente era la molienda en molinos horizontales con cuerpos moledores de bolas (conocido como molinos de bolas). Los molinos verticales consumen menor energía, menor cantidad de agua, y eso origina moliendas más eficientes”.
El Gerente Nacional de Operaciones también aseguró que el cuidado del medioambiente tiene que ver con el consumo de agua. Es por eso que este ahorro es llevado a cabo en las plantas de La Paz, Santa Cruz y Tarija. “Hemos ido reduciendo nuestro consumo de agua, por ejemplo, en la Planta de Warnes a partir de la introducción del sistema moderno de molienda y a partir de proyectos específicos como la recirculación de agua. Esto nos ha dado una pauta para que nuestros consumos se vean mitigados hasta llegar a esta gran diferencia de 400 litros por tonelada de cemento a 8,5 que es como hemos concluido la gestión 2021”, indicó.
Ecoamigable. Para Oswaldo Muñoz, gerente de Planta Viacha, las inversiones ejecutadas en las plantas de cemento han permitido conseguir una reducción sostenida de las emisiones y una eficiencia energética, además de un mayor cuidado de los recursos naturales.
Muñoz señaló que el proyecto de implementación del molino LP12, nombre con el que se ha denominado en su momento al molino de Viacha que entró en operación en 2018 y que representó una inversión de más de $us 85 millones, es muy relevante para el país y para el grupo.
“Esta inversión trajo consigo una producción más limpia y sin emisiones para el medioambiente, se han instalado equipos de última generación, sistemas de control ambiental para producir un cemento más amigable y el proceso como tal aprovecha al máximo el potencial de las materias primas y la eficiencia energética”.
Explicó, asimismo, que actualmente todas las emisiones que son propias del proceso de fabricación del cemento y del Clinker cuentan con procesos de colección de polvo y de recirculación que permiten que estos productos y que estos materiales (tanto el polvo como el agua) se vuelvan a reintroducir al proceso.
“Hemos implementado depósitos cerrados de materias primas de producto terminado también, sistemas automáticos encapsulados de transportes de materiales y gracias a eso hemos podido minimizar enormemente las emisiones de partículas al medioambiente”, dijo.
Las instalaciones productivas de Soboce permiten aprovechar al máximo el potencial de las materias primas optimizando el uso de puzolana y Clinker para producir cemento con excelentes características técnicas.
“El molino vertical de Viacha y de Warnes han sido cuidadosamente diseñados y pensados para usar puzolana húmeda, es decir, no necesitamos, como anteriormente se hacía, secar la puzolana en algún horno o secador para quitarle la humedad, sino la podemos procesar de manera natural. Eso elimina la necesidad de un proceso adicional de secado que consume gas natural, genera más emisiones, etc., y para poder hacer eso ha sido todo un reto porque la humedad que tenemos en Viacha en la puzolana es una de las más altas en toda Latinoamérica”.
Como un dato extra, Muñoz señaló que la puzolana en los molinos de bolas se usaba con casi 1% o 2% de humedad y la puzolana húmeda llega con casi 20% de humedad. Entonces, para manejar ese nivel de humedad, los equipos y los sistemas de molino tuvieron que ser pensados y diseñados desde el proveedor danés para que no se atoren, para que no se genere una especie de barro con la puzolana y pueda fluir de manera natural hacia el proceso.
“El hecho de poder alimentar puzolana húmeda al proceso de fabricación del cemento nos permite tener niveles de adición que hacen todo el proceso de fabricación mucho más amigable con el medioambiente. La tendencia mundial en la fabricación del cemento es ir optimizando el uso de Clinker y generando un tanto más de adiciones, y es justamente eso que se hace en la Planta de Cemento Viacha”.
El gerente de la planta explicó que sus cementos, al ser producidos en los molinos verticales, tienen ciertas características muy importantes referidas a su concepción física: tienen mejores características de granulometría en sus partículas que permite obtener mayores resistencias en todas las aplicaciones de morteros y hormigones, tienen una mayor resistencia a los sulfatos y un menor calor de hidratación, ya que al tener el cemento mayor adición de puzolana, es más resistente a los sulfatos y esto es muy atractivo cuando se trata de aplicaciones de hormigón que tienen mucho contacto con el agua, como por ejemplo en lagos, ríos y represas donde es muy importante controlar la reacción a los sulfatos y el calor de hidratación del hormigón para minimizar o eliminar el riesgo de fisuras que pueda generarse en las obras.
“El cemento ecoamigable que producimos acá con mayor adición de puzolana justamente previene en excelente medida estos posibles defectos que puedan darse en el hormigón y es justamente gracias a que la puzolana es un elemento natural que es logrado con cierto grado de contenido de silicio (que) ayuda enormemente a mitigar estos defectos”.
Muñoz concluyó resaltando que algo que los distingue en Viacha es la flexibilidad de poder producir ciertos cementos que se adecúen a exigencias mucho más elevadas que puedan tener los clientes con relación a la tolerancia a los sulfatos y reducción del calor de hidratación del hormigón. Por ello, actualmente, se encuentran realizando investigaciones en estos rubros para generar algunos productos especiales diseñados a pedido del cliente que requieren aplicaciones de ciertas características del hormigón para que sean instalados ya sea en represas o en obras que estén en contacto con el agua. Estas adiciones activas también otorgan al mortero y al hormigón propiedades de mejor trabajabilidad, mejor impermeabilidad, mayor durabilidad y resistencia a agentes agresivos, remarcó.