Consecuencias económicas de la Guerra en Gaza
El conflicto bélico en la franja de Gaza sigue cobrando víctimas. Foto: AFP
El conflicto desde la perspectiva del economista Gabriel Loza Tellería
INFORME
A más de un mes de iniciado el conflicto de Gaza, los análisis son cautos sobre los posibles efectos en la economía mundial o a nivel países. El problema es que no se sabe la profundidad, duración y extensión del conflicto israelí-palestino.
Analistas políticos señalan que es una crisis geopolítica más profunda que la guerra de Ucrania y que constituye una disrupción de las relaciones de Israel con el mundo árabe. Si el conflicto se extiende regionalmente al Medio Oriente, la guerra de Ucrania aparecería como un conflicto local, la Unión Europea no tiene una posición unánime, Estados Unidos pone en el mismo paquete la ayuda militar a Ucrania e Israel y China ha mostrado apoyo por Palestina. Para Naciones Unidas no solo es una crisis humanitaria sino una crisis de la humanidad y ha demandado el cese del fuego ya.
Los mercados reaccionaron inicialmente, pero después se fueron moderando. Las bolsas de valores bajaron al principio y se recuperaron, como el Dow Jones a su nivel de abril de 2023 pero por debajo del máximo. Los precios del petróleo inicialmente subieron de $us 83 el barril a $us 93 para después bajar en torno a $us 83. La cotización del WTI, que interesa al país, está por debajo de media o promedio móvil de 200 días, que es una señal de debilidad, según Bloomberg Línea.
El problema es que ha aumentado la incertidumbre política y económica debido a que los acontecimientos pueden derivar en la expansión del conflicto hacia la Cisjordania ocupada, incluido Jerusalén oriental, el Líbano, Siria, Irak y Yemen. Por tanto, los efectos económicos y en particular en los precios de los commodities estarán en función de la extensión del conflicto. Bolivia es un exportador de commodities, un 94% de sus exportaciones totales, que son productos primarios estandarizados que se cotizan en las bolsas internacionales (Gráfico 1).
Concluye el Banco Mundial que es probable que los efectos del conflicto sean limitados, suponiendo que no se amplíe, bajo ese supuesto, el pronóstico de referencia prevé que los precios de las materias primas, después de la fuerte caída en 2023, disminuyan ligeramente en los próximos dos años (Gráfico 2).
Así, en su informe sobre las Perspectivas del mercado de productos básicos si no hay una escalada del conflicto, el petróleo después de llegar a $us 90 en el último trimestre del 2023 bajará a un promedio de $us 81 en 2024. Estima los efectos de las pequeñas, moderadas y grandes interrupciones en el suministro mundial de petróleo. Así, por ejemplo, en un escenario de interrupción media, el precio del petróleo estaría entre $us 109 y $us 121, pero en un escenario donde es considerable la interrupción, el petróleo llegaría a costar entre $us 140 y $us 157.
Antes, en los buenos tiempos, cuando subía el precio del petróleo nos alegrábamos puesto que aumentaba el volumen y el valor de las exportaciones de gas, lo que implicaba mayores ingresos fiscales, mayor renta de hidrocarburos para repartir y el aumento de financiamiento para la inversión pública. Ahora, en los tiempos actuales de vacas flacas, con la producción declinante y también del volumen de las exportaciones, el gas natural ha caído al segundo lugar de importancia de las exportaciones y el país ha pasado de ser un exportador neto de combustibles a un importador neto de combustibles (Gráfico 3).
Con datos del INE, la balanza comercial de combustibles muestra un superávit entre enero-agosto de 2022 de $us 243 millones debido a que las exportaciones ($us 2.037,3 millones) apenas ya superaban a las importaciones ($us 1.797 millones), mientras que ahora, entre enero y agosto de 2023, se revirtió la situación puesto que las importaciones se mantienen altas ($us 1.774,6) ya superaron a las exportaciones que declinaron ($us 1.403 millones). Sin querer ser agorero ni falso analista, se puede inferir que si se mantiene la tendencia cerraremos el año 2023 con un déficit comercial en los combustibles (Gráfico 3).
Por suerte, los efectos no son todos adversos puesto que, si aumenta la incertidumbre financiera, en un entorno de altas tasa de interés, se beneficia el oro y algunos minerales como la plata como está pasando actualmente. El oro está rondando los $us 2.000 la onza troy fina y la plata en $us 22 la onza troy. Las exportaciones de oro ocupan el primer lugar en el ranking de productos de exportación con un 24,3%, mientras que la plata ocupa el quinto lugar con un 8,9% (Cuadro 1). Los precios de los minerales y metales según el Banco Mundial en 2023 caerán en 11,8% y en 2024 seguirán disminuyendo en 4,7%.
El efecto en los alimentos es más complicado, dependiendo de sus características de oferta y demanda. En 2023 el Banco Mundial estima una caída en los precios de 7,1% y que para 2024 se estabilizarían. El problema es que la crisis de alimentos acompaña la crisis energética como sucedió la primera mitad de 2022 y los precios de los alimentos al consumidor suben especulativamente. Las exportaciones de soya y sus derivados, sumadas la exportación de girasol y derivados ya están por alcanzar las exportaciones de gas natural: $us 1.323 millones frente a 1.410 millones (Cuadro 1).
Entre enero y agosto de 2023 la balanza comercial acumulada registra un déficit de $us 47,3 millones frente al superávit de 2.226,1 millones entre enero y agosto de 2022. Lo que significa a estas alturas del año que estaremos lejos del récord histórico comercial de 2022, situación que debería hacernos reflexionar y preocupar.
El país cuenta con una canasta relativamente diversificada de productos básicos: minerales y metales 53%, hidrocarburos 19%, agropecuarios y alimentos 22%, mientras que las manufacturas propiamente tan solo un 6%. Así como se pone excesivo énfasis en la sustitución de importaciones deberíamos tener una estrategia de aumento y diversificación de las exportaciones a corto y mediano plazo.
El producto que apareció como sustituto del gas es el oro con todos sus efectos ambientales, pero es el producto que por lo menos contribuye estadísticamente a que suban las exportaciones. Fue una exportación no programada, por suerte, al estilo del capitalismo salvaje y del país campamento que siempre quisimos superar, por lo menos como consigna. Pero el oro no es el gas, no da una renta como los hidrocarburos, sino que los cooperativistas son simples rentistas que tratan de maximizar como sea sus ganancias a costa de sus propios trabajadores y de la naturaleza. El litio es un proyecto desde 2010 y que sigue en proyecto. Las exportaciones de urea y carbonato de litio apenas superan los $us 50 millones hasta agosto de 2023. No esperemos un producto que nos salve, sino salvemos las exportaciones.