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El corazón de Inés dejó de latir

«El país pierde a una artista; yo pierdo a mi compañera». Así el artista Gil Imaná confirmó la muerte de Inés Córdova, su esposa durante 46 años. Los restos de la muralista, ceramista, pintora y maestra del collage en textil y madera se velan en La Paz.

Un fallo respiratorio segó anoche la vida de la creadora de 82 años. Sus restos se velan en la funeraria Santa María de la avenida Busch, luego serán cremados.

«Inés ha sido una artista múltiple; creadora imparable. El país pierde a una artista; yo pierdo a mi compañera», compartió ayer el esposo de Córdova, Gil Imaná. «Hemos estado juntos, inseparables, desde que nos casamos, el 4 de abril de 1964», recordó.

Nacida en la ciudad de Potosí en 1927, Inés Córdova fue artista innata. Radicaba en La Paz desde 1945, cuando llegó a la sede de gobierno para estudiar en la Academia de Bellas Artes Hernando Siles. Posteriormente se especializó en Montevideo y Barcelona.

En los años 60 innovó la técnica del collage con textiles y metales en obras que le valieron el Primer Premio de la Segunda Bienal del Arte INBO de La Paz. Desde 1946 ha expuesto su creación en galerías nacionales y extranjeras de Alemania, Argentina, Brasil, Colombia, España, Estados Unidos, Japón, Uruguay y Venezuela, entre otros países.

Sus murales enriquecidos con collages se conservan en la Facultad de Ingeniería de la UMSA, en la Mutual La Primera (Tránsito en el tiempo, 1980) de la ciudad de La Paz, y en la sede de la Organización de Estados Americanos (OEA) en Washington (EEUU). El 2004, Córdova obtuvo el «Premio Obra de Vida» del Salón Pedro Domingo Murillo. Ese mismo año, el Estado boliviano le confirió el Premio Nacional de Cultura.

Para el crítico de arte Mario Ríos, la artista «avivó su mente con el paisaje andino y la arcilla tomó forma en sus hábiles manos. La tierra, con sus ocres y matices, la consagró en una primera etapa, pues el tratamiento de la arcilla alcanzó un alto nivel al ser cubierta con esmaltes. Sus collages surgen del diestro movimiento de agujas, hilos y tijeras».

El curador Pedro Querejazu destacó, por su parte, que Inés Córdova «siempre, consciente o inconscientemente, ha recurrido a las raíces y a lo fundamental y ha partido de ahí para producir obras de gran sobriedad. Su mérito está —aseguró— en que nos ha devuelto el paisaje».

La artista
Alma creadora

La artista, miembro de la Generación del 52, innovó en varias técnicas. Lo andino fue su tema.

Sus obras
Internacional

El Museo de Arte de Washington y el Museo de la Cerámica de Barcelona lucen sus creaciones.

El Adiós
Velatorio

Los restos de Inés Córdova se velan en los salones de la funeraria Santa María de la Av. Busch (Miraflores).