La fe al ‘Tata’ milagroso hizo madrugar a Chijini
La imagen de Jesús del Gran Poder salió del templo. Flores y sahumerios iniciaron la fiesta
A las 7.40, María Eugenia Ramírez, una de la devotas y colaboradoras del templo del Señor del Gran Poder, anunció a voz en cuello: «El Tata está saliendo, abran paso». En las puertas de la iglesia de la zona Chijini, decenas de devotos y algunos bailarines esperaban persignándose y orando en silencio.
Las puertas del templo se cerraron a la salida de la santa imagen. Jesús del Gran Poder atravesó el portón de la iglesia en brazos de cuatro hombres, que lo colocaron en un palco especial, mirando hacia la calle. Inmediatamente, los vecinos lo rodearon de flores.
Vestidos con sus trajes tradicionales y llevando sahumerios, los primeros en llegar a los pies del Señor fueron diez hombres y mujeres que se identificaron como Los Amautas del Tahuantinsuyo. Saludaron en aymara al Tata, mientras la fragancia del incienso llenaba la vía.
A las 8.00, la banda municipal Eduardo Cava anunció la llegada de la comitiva oficial. «Ya vienen, ya vienen», gritaba una vecina emocionada señalando, de lejos, al alcalde Juan del Granado, al futuro burgomaestre Luis Revilla; la directiva de la
Asociación de Conjuntos Folklóricos; los prestes mayores de la fiesta y las «Pallas» del Gran Poder.
«Es para mí un honor ser parte de la comitiva que inaugura la entrada; lo hago por varios años», dijo Del Granado. «Es muy lindo empezar una gestión con la bendición del Señor del Gran Poder», aseguró su sucesor, Luis Revilla.
El preste mayor, Octavio Condori, compartió su emoción: «La fe hacia el Señor es muy grande y yo soy preste porque él me ha elegido y eso me hace feliz», dijo; mientras su compadre Víctor Hugo Cárdenas, ex vicepresidente de la República, era requerido como invitado especial. «Esta fiesta es una simbiosis entre devoción y cultura», opinó.
El padre Juan Pedro Smetser, párroco de la iglesia del Gran Poder nuevo, salió apresurado para dar su bendición a la comitiva. «Que el Señor del Gran Poder los bendiga y los acompañe», oró el sacerdote, mientras derramaba agua bendita sobre los devotos que se santiguaban. Inmediatamente, las primeras fraternidades comenzaron a hacer su paso ante la imagen del «Tata».
Con las trenzas recién hechas, Andrea Guzmán, fraterna de la morenada Comercial Eloy Salmón, se abrió paso entre la multitud de gente que bailaba hasta llegar a los pies del Señor. Tocó su manto, se persignó y luego retomó su trote rumbo al encuentro de su comparsa. La fiesta había empezado.
El tata hizo un milagro a una niña
Según los devotos del Gran Poder, el año pasado el Señor hizo un nuevo milagro. «Una niña salía del templo con sus padres luego de misa y quedó encandilada con un prendedor que llevaba la imagen del Señor que estaba a la venta. El padre Smetser le obsequió el prendedor. La familia de la niña quedó sorprendida al oírla agradecer, porque ella era muda», cuenta María Eugenia Ramírez.
Aplausos para las Cebras
Las Cebras concientizaron al público y a los fraternos en la entrada con carteles que tenían leyendas como: «Devoción y precaución». Sin dejar a un lado la simpatía que las caracteriza, las Cebras no vacilaron en bailar junto a los fraternos e igualar las coreografías, mientras cumplían su labor. «Son una alegría estas Cebras» dijo Maziel Pozo, una de las espectadoras. Organizadas en bloques de cuatro, las Cebras se ganaron aplausos del público.
Un camión, un palco
Desde muy temprano, camiones se apostaron en ciertos puntos del recorrido de la entrada. El objetivo era albergar en su interior al público que se volcó a ver la Fiesta Grande de La Paz. El precio para subir a este palco era de entre Bs 30 y 40, monto que si la gente regateaba, con suerte, lograba un descuento de cinco bolivianos. La gente se dio formas para acomodarse en las improvisadas butacas de este palco movible.
Fernando Valencia
«Nos falta el apoyo del Estado»
«Estamos trabajando para que la fiesta del Gran Poder sea declarada como Patrimonio Intangible de la Humanidad, pero nos falta el apoyo del Estado. Hasta ahora se hacen pequeños esfuerzos de parte del Ministerio de Culturas; pero esperamos iniciativas que tengan incidencia como nosotros hacemos como sociedad junto a actores civiles. Un ejemplo es el convenio suscrito con el Musef para construir las carpetas que vamos a enviar a Unesco, además investigadores ya escriben del Gran Poder».
Ellen Larsson
«Que declaren a todas las danzas patrimonio»
«Estoy en Bolivia hace tres años y ésta es la primera vez que bailo thinku, pero me gusta mucho y me gustaría que declaren a todas las danzas boliviana como Patrimonio de la Humanidad, primero porque así se conservarán los bailes, y segundo porque quisiera bailar thinku en cualquier lugar sin tener que escuchar que eso no es boliviano sino de otro país. Creo que también la gente tiene que unirse más y debe ponerse en campaña para alcanzar lo que todos quieren», dijo Ellen, ciudadana sueca.