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‘Quiero pintar la geografía del país con la guitarra’

– ¿Cómo ve el nivel de la guitarra clásica en Bolivia?
– Va creciendo. Cuando yo quise estudiar guitarra clásica, hace 20  años, no existía la carrera. Asistía, como estudiante, a Festivales como éste y tenía la impresión de que, en una semana de ver a artistas tan importantes, aprendía lo que en un año no podía. Ayer (miércoles) en la apertura del Festival —pese al desbarajuste porque tenemos que ser desde directores ejecutivos, jurados y boleteros— escuché el recital de Marcos Socías y me gustó tanto que siento que este esfuerzo vale la pena.
– En estos años de estudios y conciertos, ¿ha cambiado su relación con la guitarra?
– No y es que mi enamoramiento con la guitarra no fue a primera vista. Cuando aprendí a tocarla, durante mi adolescencia, apenas tenía ciertas habilidades. A mis 22 años me di cuenta de que había crecido con la guitarra y que ésta había crecido conmigo. Fue más producto del trabajo que le dediqué. Fue como el amor de El Principito por su rosa, él la amaba porque se había dedicado a ella.
– ¿Qué interpretará hoy en su reencuentro con La Paz?
-Presentaré un repertorio con música de diferentes países. Interpretaré obras paraguayas de Agustín Barrios; también, tres piezas bolivianas: Alma cruceña, Guadalquivir y Feria, que, creo, ilustran la geografía del país. De  España voy a tocar Serenata española, Asturias, Confesión y otras.
– Ha vuelto al estudio de grabación, ¿cuál es el proyecto?
Estoy grabando un nuevo disco que se llamará Latino, en el que incluiré piezas como Las cuatro estaciones de Astor Piazolla; además, composiciones de México, Chile y Cuba. La placa podría salir a fin de año. Después de esta producción, quiero presentar otro álbum que se llamará Clásico y con obras del género. Todo es parte de una búsqueda.
– En esa búsqueda artística, ¿qué papel toca lo espiritual?
A veces decimos que estamos en busca de lo espiritual y damos toda una vuelta para luego darnos cuenta de que eso que buscábamos ya lo teníamos. En mi caso, la música es una vía, no un fin. La música, la guitarra,  tienen un poder extraordinario sobre el ser humano, quizás sobre mí especialmente, porque tienen el poder de transformarme.
– ¿No ha pensado en retornar al país definitivamente?
Estoy en un año en el que me he separado de mi esposa. Hace tres años que quiero regresar a Bolivia porque siento la necesidad de estar aquí y las cosas se están acomodando para ello. Mi intención es quedarme para enseñar, hasta hace unos años no tenía tiempo. Me gustaría dar clases en La Paz y Santa Cruz.