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Vargas Llosa logra que el español se oiga en el Nobel

Luego de 20 años se escucharon otra vez palabras en español cuando el novelista peruano Mario Vargas Llosa recibió el viernes el Premio Nobel de Literatura de manos del rey Carlos Gustavo de Suecia.

Antes de recibir el galardón, Vargas Llosa —el primer Nobel de Literatura de lengua hispana desde el mexicano Octavio Paz, que lo recibió en 1990— fue presentado a la familia real y a la asistencia por el escritor Per Wastberg, miembro de la Academia Sueca, que leyó un texto.

«¡Estimado Mario Vargas Llosa! Usted ha encapsulado la historia de la sociedad del siglo XX en una burbuja de imaginación. Ésta se ha mantenido flotando en el aire durante 50 años y todavía reluce», declaró en un claro español el escritor sueco.

La alegría desbordó tanto en Arequipa como en Bolivia. Días antes, el 3 de diciembre, el escritor peruano se comunicó con el diplomático boliviano Carlos Antonio Carrasco, un antiguo compañero de colegio de Vargas Llosa cuando éste estudiaba en el colegio La Salle de Cochabamba el año 1945.

«Aunque han pasado cerca de 70 años, siempre recuerdo con enorme cariño y nostalgia a mis compañeros del colegio La Salle de Cochabamba, donde estudié los primeros cuatro años de primaria. Nada me alegraría tanto como volver a tomar contacto con ellos para intercambiar recuerdos y experiencias vividas en común. Aquí te envío las direcciones en las que me encuentro la mayor parte del tiempo. En ambas hay siempre gente amiga que me puede hacer seguir la correspondencia. Te envío un fuerte abrazo y te deseo lo mejor», escribió el flamante Nobel de Literatura.

En el acto, el monarca sueco entregó a Vargas Llosa la medalla de oro con el perfil del creador de los premios, Alfred Nobel, y el diploma que reciben los galardonados, que está acompañado de un premio equivalente a 1,4 millones de dólares.

Hacía 20 años que no se escuchaba español en una ceremonia del Nobel, desde el galardón al mexicano Octavio Paz, y un año antes, al español Camilo José Cela. Vargas Llosa es un escritor «difícil de clasificar», subrayó Wastberg en su presentación del Nobel de Literatura, que escuchaba muy serio, sentado en el escenario, al lado de los demás laureados:  los rusos premiados en Física, Andrei Geim Konstantin Novoselv;  de Química, Richard Heck, Ei-ichi Negishi y Akira Susuki, y Medicina, Robert Edwards, que no asistió por enfermad.

   Luego fue el turno de los galardonados en Economía, los estadounidenses Peter Diamond, Dale Mortensen y el griego Christopher Pisasarides.

Después de la ceremonia, los galardonados y sus invitados asistieron a un banquete en el que Vargas Llosa sedujo a la familia real y a los asistentes con un discurso en forma de cuento.

«Érase una vez un niño que a los cinco años aprendió a leer». Ese niño «gozaba tanto leyendo historias que un día, ya un joven, se dedicó también a inventarlas y escribirlas. Lo hacía con dificultad pero, al mismo tiempo, con felicidad, y gozaba cuando escribía», leyó el autor.

El escritor peruano que vivió en Bolivia

Mario Vargas Llosa nació en la ciudad de Arequipa en 1936. Pasó sus primeros años en Cochabamba y estudió en el colegio la Salle, donde aprendió a leer. Logró la fama en los 60 con novelas como La ciudad y los perros (1962), La casa verde (1965) y Conversación en la Catedral (1969). Ganó varios premios, entre ellos, el Cervantes.