Agar Delós: ‘Mostré la chola como el ser humano que es’
Homenaje. Hoy el Espacio Patiño reconocerá la carrera de la actriz
«Yo no hice parodia, yo mostré la chola como el ser humano que es, con sus virtudes y sus defectos», explica la actriz Agar Delós, quien recibirá un homenaje esta noche a las 20.00 en el auditorio del espacio Simón I. Patiño por sus 57 años de carrera en las artes escénicas.
«Tuve que estudiar mucho para poder interpretar a estas mujeres en todas sus dimensiones y diferencias. Descubrí que ellas tienen categorías bien definidas; como la chola de clase alta, la que se ganó un lugar en la comunidad gracias a su trabajo y al dinero que obtuvo, o la migrante campesina, que recién comienza a vestir las polleras de seda de la ciudad», cuenta Delós, para quien la sobreactuación sólo consigue deformar al personaje.
Nacida como Agar Antequera Maldonado, en 1937, la actriz se inició en el teatro social a los 16 años, en una época en la que la chola era «aún más discriminada de lo que es ahora». Delós asegura que ella nunca sintió rechazo por especializarse en este tipo de personajes y obras, aunque reconoce que hubo quien criticó directamente sus preferencias o profetizó la muerte temprana del género.
«Mi abuela se enojó mucho cuando se enteró de que yo era actriz. Ella me dijo: ‘Cómo es posible que siendo hija de quien sois te disfraces de chola’. Pero el resto de mi familia siempre me apoyó y la gente también», recuerda.
Según Delós, las presentaciones que realizó atraían tanto al público de la clase popular como al de la media y la alta. «Todos nos iban a ver y la razón es que ofrecíamos un mensaje directo. Era lo que más nos criticaban algunos expertos y periodistas.
Reclamaban que ‘todo es muy simple en el teatro popular’». Pese a las críticas, Delós nunca lamentó su decisión. Es más, ella considera que gracias a su trabajo artístico y a las obras de Raúl Salmón y de otros se inspiró a la mujer de pollera a «estudiar y superarse, de integrarse mejor en la sociedad».
Su voz se quiebra y sus ojos se llenan de lágrimas cuando habla del dramaturgo paceño. «Fue como mi padre», asegura. Fue Salmón quien la bautizó como Agar Delós, en homenaje a una maestra suya y, aún más importante, quien le dio la oportunidad de ser actriz. «Tras las pruebas que hice en una audición, Raúl Salmón me dijo ‘jamás te faltará un papel en mis obras’», recuerda.
Fue también Salmón quien logró que la actriz interpretase a un personaje que no le gustaba y, al mismo tiempo, tomara conciencia del objetivo del teatro social. «En Conde Huyo, la calle del pecado, actué de doña Julia, la dueña de un lenocinio de mala muerte, un personaje abyecto y monstruoso. No me gustaba y no quería interpretarlo. Pero don Raúl me dijo: ‘Claro que no te gusta, es un personaje que debe sacudir y tú lo puedes encarnar como yo lo imaginé’. Y así lo hice», cuenta.
Agar disfruta mucho del teatro costumbrista, pero también participa de lo que denomina «el teatro de élite», más «restrictivo en lo que se refiere al libreto, pero igual de satisfactorio»; el teatro contemporáneo; la radio, comenzó en radio Nueva América de Raúl Salmón; la televisión y el cine.
Para ella, cada uno de los medios cuenta con su propio encanto, aunque el trabajo que requiere es diferente y algunos precisan mayor concentración de su parte. «Cuando estoy filmando una película me sumerjo en mi parte y, de pronto, el director anuncia el corte. Debemos parar y para reanudar tengo que trabajar intensamente dentro de mí para recuperar la emoción del papel», describe.
Esta dificultad no la desanima. Es más, después de su última experiencia en Escríbeme postales a Copacabana, su interés en el cine se incrementó. «Quiero actuar de un personaje como Juana Azurduy de Padilla. Sé montar y sé disparar, aprendí en 1983 en Amargo mar y quisiera hacer de una mujer fuerte, guerrera», confiesa.
Respecto al teatro contemporáneo, Delós considera que los nuevos autores, actores y actrices, así como eventos como el Fitaz, están definiendo su propia dramaturgia en el mundo. «Estas nuevas generaciones están dando a conocer nuestro talento».
La actriz también produjo dos obras de teatro social y tiene en la cabeza una puesta en escena de denuncia, que aún no llega a concretarse. «Tengo miedo de terminar en la cárcel con esta ley contra el racismo, si es que produzco esta obra. Esta norma nos coarta la libertad de expresión. No importa si lo que hacemos está destinado a educar», lamenta la actriz que pasó su vida enseñando a Bolivia.
La actriz de teatro social
Agar Antequera de Murillo nació en La Paz en 1937. Su primer papel fue de una chola en la obra de Raúl Salmón, Los hijos del alcohol, en 1953. Se especializó en el teatro social y también trabajó en radio, televisión y cine. Tiene seis hijos (cinco mujeres y un varón) y seis nietos. Es una actriz independiente y reside en La Paz.