La Revista

Monday 29 May 2023 | Actualizado a 14:38 PM

El público recrea film de terror

Promoción. El equipo de la cinta ‘Casting’ habilitó un espacio creativo en el Multicine

Por La Razón

/ 25 de diciembre de 2010 / 05:00

La sangre tiñe el piso del Multicine. Allí, Michelle Baldivieso (18 años) yace con una sierra en el cuello. La risa de su amiga, a unos cuantos pasos, revela que más que la escena de un crimen, se trata de la oportunidad para ganar entradas para el filme ‘Casting’. 

«El concurso nos llamó la atención y pensamos que sería divertido», comenta la nueva «víctima» de los creadores de la primera cinta de terror boliviana. «Queremos que la gente sepa que vamos a estrenar Casting y que vaya a verla. Ésta es una excelente forma de promocionar nuestro trabajo», explica una de las directoras y escritoras del filme, Denisse Arancibia.

En el piso intermedio del Multicine, entre la plaza de comida y las salas, los realizadores colocaron un afiche, una silla desvencijada y un reflector. Al lado del asiento, en cajas o en el piso, están desparramadas las herramientas de tortura que puede utilizar el público para protagonizar su propia y sangrienta escena de terror.

Todas las participaciones son fotografiadas por los miembros del elenco o de la producción de Casting para posteriormente ser publicadas en la página de la cinta en Facebook y Twitter.

La escena, que es lo suficientemente sangrienta y original, amerita que sus creadores se ganen una entrada para la premier de la película, el martes 28 de diciembre. «Cada día anunciamos a los ganadores. Queremos regalar alrededor de unas 30 entradas», aclara Arancibia.

Éxito. Juan Pablo Richter, el otro director de Casting, explica que entre el domingo 19 y el miércoles 23 tenían en la red más de 120 fotografías y que, por día, subían un promedio de 20. «Hay que tener en cuenta que en la mayoría de las imágenes participan varias personas, en promedio tres. Por lo que llegamos a muchos», añadió.

La «matanza» se inicia todos los días a partir de las 16.00. Al principio las víctimas llegan de forma esporádica. Generalmente son grupos de tres o más amigos que primero se acercan a ver cuál es el motivo de la aglomeración de personas.

Poco a poco la gente se va animando a embadurnarse el cuerpo con la sangre falsa, hecha a base de glicerina líquida y tinte vegetal. En algunos casos, el interesado tiene que convencer a sus amigos a participar. «Vamos, sólo yo voy a salir», propone Boris Pardo a sus amigos que no se muestran interesados.

Al final, tras insistir, Boris consigue su objetivo y logra que sus compañeros le ayuden en transformarse en una víctima. Alambres alrededor de la boca, cadenas, cuchillos, sierras en el cuello y la obligatoria sangre cerca de los instrumentos de tortura forman parte del cuadro que este adolescente interpretó.

Edades. «Mayormente los que participan son adolescentes entre los 14 y 17 años, hombres y mujeres. No faltan los padres que se entusiasman y hacen que participen los hijos, aunque éstos no quieran», cuenta el asistente de dirección, Alejo Torrico.

Los más pequeños también buscan la sangre. «Han venido chicos de ocho y nueve años, con mucha creatividad. Es una pena, pero tenemos que decirles que no pueden ver la película, que es para mayores de 14 años», cuenta Arancibia. Las mujeres también demuestran su talento para imaginar escenas de una cinta de terror. Algunas, como Cristina Chávez (16 años), necesitan ser convencidas por sus amigos o sus parejas. «No me gusta mucho el género, pero mis amigos querían, y bueno…». Otras, como Maricruz Arcani (24), Luciana Linares (24) y Tanica Uluri (24) no requieren de aliento para sentarse en la silla y recrear las más extrañas torturas.

«Ellas son muy creativas y originales», asegura Torrico mientras ve cómo Maricruz Arcani es maniatada por sus amigas en la silla, en tanto que una de sus amigas se cubre la cara con un  pasamontañas y empuña un cuchillo algo oxidado.

Unos 20 minutos después, Kelly Saavedra (20) se aleja del género gore y se convierte en una vampiresa que observa un sangrante corazón en su mano. «Encontré posibles directores de fotografía, guionistas o maquilladores», comenta Arancibia.

El público podrá probar su talento hasta mañana, último día de la campaña más terrorífica para promocionar una cinta boliviana en La Paz.

Ficha de la película de terror

-Casting es dirigida por Denisse Arancibia y Juan Pablo Richter. Actúan Daniela Lema Pabón, Bernardo Arancibia Flores, Carmencita Guillén, Diego Revollo y Vanessa Vargas.

-La premier es el martes 28 de diciembre. Los ganadores de las entradas deben confirmar su premio mediante la página de Facebook. El estreno oficial en el Multicine es el jueves 30 de diciembre.

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Mejorar la Constitución

Se requiere un amplio proceso deliberativo, que sea plural y con participación ciudadana y de las organizaciones.

Por La Razón

/ 28 de mayo de 2023 / 00:59

El expresidente Evo Morales planteó, como agenda de futuro, la necesidad de mejorar la Constitución Política del Estado. El propósito es “blindar y fortalecer los grandes logros del Estado Plurinacional”. Dice que hay varias propuestas, pero no precisa ninguna. Desde la oposición también quisieran reformar la Constitución, pero en clave de retroceso: “volver a la República”.

La nueva Constitución entró en vigencia en febrero de 2009, luego de una difícil Asamblea Constituyente y su aprobación en un referéndum. Fue el resultado de un largo proceso de demanda y construcción desde las organizaciones sociales e indígenas. Estableció un nuevo modelo de Estado Plurinacional con autonomías y un amplio catálogo de derechos individuales y colectivos. Entre otros avances sustantivos, reconoció diferentes formas de democracia, el pluralismo jurídico, la economía plural y el vivir bien.

Transcurridos más de 14 años, el balance de su implementación muestra un importante desarrollo legislativo, heterogeneidad institucional, innegables avances de inclusión (en especial de las mujeres y de las naciones y pueblos indígenas), nuevas prácticas, esbozos de interculturalidad. Muestra también lentitud, diferentes obstáculos, normas congeladas (como la Ley de Consulta Previa), abandonos desde el propio Estado e incluso distorsiones y retrocesos. Es un proceso de refundación en ritmo incremental.

¿Es necesario reformar la Constitución? ¿Para qué? ¿Se requiere mejorarla? ¿En qué? Como suele decirse, ningún texto constitucional está escrito en piedra y por supuesto debe irse afinando y consolidando. La propia Constitución establece los mecanismos para su reforma. Claro que una cosa es alentar cambios para profundizar, por ejemplo, la plurinacionalidad y las autonomías; y otra distinta es plantear reformas regresivas (“retorno a la República”), desde la nostalgia de quienes no entendieron nada.

En sus años de vigencia, hubo dos intentos fallidos de reforma constitucional parcial, vía referéndum. El primero fue el malogrado empeño del expresidente Morales de cambiar un artículo para viabilizar su reelección. La mayoría rechazó la reforma ( febrero de 2006), que luego fue forzada mediante una sentencia constitucional. El segundo intento de reforma surgió hace poco como iniciativa de juristas opositores para cambiar la Justicia. Se quedaron en el camino por falta de adhesiones.

Diferentes voces han ido planteando la necesidad de evaluar la Constitución y, en su caso, “abrirla” para su reforma. Es importante hacerlo. Pero no desde el interés particular o partidario. No desde la imposición o el voluntarismo. Se requiere un amplio proceso deliberativo, que sea plural y con participación ciudadana y de las organizaciones, a fin de identificar los cambios requeridos, las mejores, aquello que debe fortalecerse. La reforma solo será viable con un gran acuerdo nacional que la haga posible.

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Racismo

Hoy tenemos un país enfermo de racismo y una sociedad con muy poca voluntad de resolver el problema

Por La Razón

/ 25 de mayo de 2023 / 07:53

Ayer se ha conmemorado el Día Nacional de Lucha Contra el Racismo, ocasión propicia para reflexionar sobre este grave flagelo que, a pesar de los discursos de optimismo de las autoridades gubernamentales, no ha hecho más que incrementar, particularmente desde 2020, cuando se dio rienda suelta a una mezcla de odio político y racial, abiertamente estimulado desde varios medios de comunicación.

Que Bolivia tiene el racismo, e innumerables formas de discriminación y exclusión asociadas, como elemento constitutivo de su historia no es novedad, sino un dato inocultable desde, literalmente, el día de la creación de la República. Con el ascenso de un indígena a la presidencia en 2006 se creyó, por un lado, que la sociedad estaba preparada para superar esta tara decimonónica y que la prueba era la votación mayoritaria por el personaje.

Por el otro lado, también se pensó que las condiciones estaban dadas para imaginar y construir una nueva relación entre identidades étnicas (hay una extendida confusión entre identidad étnica y etiquetación racial, que dificulta el debate público); de ahí que Bolivia cambió su nombre de República a Estado Plurinacional (que no es lo mismo que cambiar el modo republicano de gobierno), como una forma de reconocer las identidades existentes para integrarlas en un solo proyecto de país.

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Ambas ideas resultaron descartadas por la realidad. Las clases privilegiadas (que deliberadamente confunden identidad con clase, para seguir reforzando estereotipos y estigmas) demostraron no estar dispuestas a cambiar y más bien reclamaron activamente por la pérdida de sus privilegios y el incremento de derechos de aquellas personas a quienes hasta hoy consideran subalternas.

Por su parte, muchas autoridades gubernamentales, comenzando por los viceministros de Descolonización, lejos de luchar contra el racismo utilizaron la Ley 45, de Lucha contra Toda Forma de Racismo y Discriminación, de manera instrumental, racializaron al adversario político, y se mostraron incapaces de implementar todas las medidas educativas y de transformación establecidas en la norma.

La reacción a ese estado de cosas tuvo sus más horribles manifestaciones luego del inconstitucional cambio de gobierno en noviembre de 2019, incluyendo, además de las matanzas en Senkata y Sacaba, indisimuladamente celebradas por los sectores más conservadores de la sociedad, la racialización de todas aquellas personas que comulgaban con el depuesto gobierno o con su partido político. Muchos medios de comunicación fueron parte activa de este proceso, lo cual explica su feroz oposición al proyecto de Ley 305, que endurece las sanciones por promover y difundir discursos racistas.

Hoy tenemos un país enfermo de racismo y una sociedad con muy poca voluntad de resolver el problema. Quienes están en posición de liderazgo, dentro y fuera del Estado, tienen la obligación de ponerle freno a la polarización e implementar las medidas de transformación que dispone la norma. No hacerlo es condenar al país a seguir repitiendo errores que se arrastran desde la colonia.

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The Rasmus vuelve a La Paz con su más reciente álbum

Luego de cinco años, la agrupación volverá al país como parte del tour Live… And Never Die, en la que presenta su más reciente álbum ‘Rise’ (2022).

La banda presentará su más reciente producción discográfica. Foto: EL CUARTEL DEL METAL.

Por La Razón

/ 23 de mayo de 2023 / 23:16

La banda finlandesa de rock alternativo The Rasmus está a poco de regresar a Bolivia para ofrecer un concierto en La Paz. Luego de cinco años, la agrupación volverá al país como parte del tour Live… And Never Die, en la que presenta su más reciente álbum ‘Rise’ (2022).

El show en la sede de gobierno se realizará este miércoles 24 de mayo en Fábula (Av. Costanera, entre 33 y 34 de Cota Cota), desde las 19.00.

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Organizado por FM Rock Producciones, el concierto fue confirmado en la página web y redes sociales oficiales de la banda.

El pasado lunes 22, The Rasmus actuó en Argentina, donde agotaron entradas; mientras que el sábado 20 se presentó en Chile, donde se vio un “emotivo espectáculo, en que la pasión fue la estrella de la noche, entregada tanto por el público y los músicos”, según rockaxis.com

En 2024, el grupo cumplirá 30 años de trayectoria, en los que marcó a toda una generación con temas como In The Shadows, Guilty y Sail Away. La primera visita de la banda al país fue en noviembre de 2018, cuando ofreció un concierto también en La Paz como parte de una gira mundial.

La Paz es la penúltima parada de The Rasmus en su recorrido por Latinoamérica, donde además del nuevo disco interpretarán sus grandes éxitos.

El grupo está conformado por Lauri Ylönen (vocalista y compositor), Aki Hakala (baterista), Eero Heinonen (bajista) y Emilia Suhonen (guitarrista).

“Estamos muy felices de volver. Sabemos que mucha gente nos ha estado esperando, nos escriben a través de las redes sociales todo el tiempo. Así que estamos muy emocionados de volver”, dijo el líder de The Rasmus a La Razón en abril pasado.

Las entradas están disponibles a través del portal www.todotix.com

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El factor biométrico

El nuevo padrón electoral redujo el subregistro que había de personas en edad de votar.

Por La Razón

/ 21 de mayo de 2023 / 06:00

El año 2009, la democracia electoral boliviana dio un salto cualitativo con la conformación de un padrón biométrico. Ello implicó la adquisición de equipamiento que, además de los datos biográficos, permitía registrar la información biométrica (facial, dactilar y firma) de las y los ciudadanos con derecho al voto. La plataforma tecnológica adoptada en ese momento correspondió a la solución NEC Corporation. El nuevo padrón electoral redujo el subregistro que había de personas en edad de votar.

Con ese padrón biométrico se votó en el país en las elecciones generales 2009, 2014, las fallidas 2019 y 2020; en las elecciones subnacionales 2010, 2015 y 2021; en las elecciones judiciales 2011 y 2017; en el referéndum constitucional 2016; y en decenas de referéndums autonómicos. El año 2017, una auditoría integral y externa de la OEA certificó la confiabilidad del registro electoral boliviano, recomendando acciones de saneamiento permanente y la actualización de la plataforma biométrica.

Como parte de la disputa política, algunos actores de la oposición –usualmente los que pierden elecciones y gritan “fraude”– procuran descalificar el padrón y sembrar dudas sobre su solidez y confiabilidad. Así se tejen mitos: que tuvo un crecimiento inusual, que los muertos votan, que está contaminado, que registra personas inexistentes, en fin, que hay “un bloque de data alterno, restringido y secreto” (sic). Cada uno de estos mitos ha sido amplia y técnicamente refutado por el organismo electoral.

Ahora, ante la noticia de que finalmente se realizará la necesaria actualización de la plataforma biométrica del registro electoral, surgen voces, más bien marginales, con su renovado ataque. Dicen falsamente que se licitó “la limpieza del padrón y la conformación de un nuevo padrón”; que la empresa adjudicada “ocasionó el fraude electoral de 2019-2020 y de las elecciones venideras”; que “es una estrategia del gobierno para anular el derecho al voto”. Extraña mezcla de maledicencia y de ignorancia.

Los mitos y las mentiras se asientan en la falta de información. En este caso, no basta que el TSE comunique la adjudicación del proceso de contratación. Es fundamental que explique con claridad y transparencia el alcance del servicio, la solución tecnológica adoptada, la experiencia de la empresa contratada, el vínculo con NEC, los plazos y, claro, los resultados esperados. Es fundamental también que la actualización de la plataforma biométrica se haga con acompañamiento de actores políticos y sociales.

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Corrupción

Del lado del Gobierno urge pasar de las promesas heroicas a las acciones eficaces, aunque sean modestas al principio

Por La Razón

/ 18 de mayo de 2023 / 08:20

La corrupción, que es asociada con el mal gobierno y con la pérdida de valores en la sociedad, parece haberse convertido en cosa cotidiana en Bolivia, con el previsible costo que eso tiene en la credibilidad de autoridades, líderes e instituciones. Quien crea que es un asunto que solo afecta a autoridades y servidores públicos, puede mirar el caso del banco cruceño intervenido hace poco.

La renuncia, arresto e imputación del exministro de Medio Ambiente y Agua, acusado por una de sus colaboradoras de haber cobrado millonarios sobornos a su paso por esa cartera del Estado, es el más reciente escándalo, pero ciertamente no el primero, aunque sí sea la primera vez que el acusado, en lugar de defenderse apelando a discursos partidarios e ideológicos, tuvo la iniciativa de presentarse ante el Ministerio Público.

Una larga lista de denuncias, la mayoría difundidas sin presentar evidencia y mucho menos formalizadas ante la Fiscalía, inevitablemente echa sombra sobre el Gobierno, que una y otra vez anuncia “tolerancia cero”, pero parece no encontrar los mecanismos para identificar, sancionar y expulsar a quienes cometen actos ilícitos amparados en el cargo o los contactos con quienes tienen poder.

Junto con el caso del ahora exministro está la denuncia hecha por dos exministros de la última gestión de Evo Morales, quienes presentaron denuncia ante la Fiscalía afirmando que en YPFB hubo un millonario sobreprecio en la compra de diésel durante más de un año; las declaraciones del titular de la petrolera estatal parecen no ser suficientes para demostrar la falsedad de la acusación y solo queda esperar a que el Ministerio Público haga su trabajo con eficacia y transparencia.

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Pero no solo en el Gobierno hay acusaciones de corrupción: la caída, intervención y liquidación del banco Fassil es evidencia de que en el sector privado, particularmente entre algunas élites económicas, la honestidad tampoco es moneda común. La diferencia está en que muchos medios de comunicación, siempre afectos a la denuncia y el escándalo opositor, prefieren no tocar ni investigar el tema, ayudando de esta manera a mantener el caso en las sombras, lo cual también puede ser visto como evidencia de la pérdida de valores, esta vez entre periodistas.

Previsiblemente, el ala opositora, incluyendo al expresidente y sus afines, se regodea acusando al oficialismo por sus errores, defectos y hasta delitos, pero es incapaz de reconocer que en su vereda las cosas no están mucho mejor. Una parte importante de la sociedad, que no se inclina ni justifica a uno u otro bando, mira azorada cómo se van perdiendo las certezas y desapareciendo las instituciones confiables.

Del lado del Gobierno urge pasar de las promesas heroicas a las acciones eficaces, aunque sean modestas al principio, pues es la única manera de dotarse de legitimidad para afrontar la lucha contra un flagelo que no por extendido o común a todos los gobiernos es menos intolerable, especialmente en tiempos de crisis económica.

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