La vuelta de Sir Ridley Scott a la gran pantalla era uno de los momentos álgidos de la temporada. Regresó con una “nueva” saga, Prometeo, con debates existencialistas sobre el miedo a la muerte y sobre nuestros orígenes. Prometeo no defrauda y atrapa durante dos horas alrededor de la pregunta en combo: quiénes somos, de dónde venimos, a dónde vamos. Para darle emoción y suspenso —el final es abierto y deja la chance para nuevos capítulos— Scott y sus guionistas (John Spaihts y Damon Lindelof, este último creador de Lost) ignoran a Darwin. Así se inició un viaje por el universo para buscar a nuestros “verdaderos” padres. La sabiduría de Scott a la hora de manejar tiempos y el oficio consigue un producto de calidad, brillando montaje, arte y fotografía.
Aparecen dos actores que repuntan sobre los demás: Michael Fassbender —en el rol del misterioso robot David— y la actriz sueca —de padre español— Noomi Rapace (la cautivadora Lisbeth Salander en la trilogía de Millenium).
Muchos extrañan a Sigourney Weaver pues Prometeo está relacionada con la saga de Alien, pero las nuevas generaciones amarán a Rapace sobre todas las cosas; una heroína más vulnerable. Y si todavía no estás convencido de ver este thriller espacial, por ahí camina envuelta en traje ceñido la espectacular Charlize Theron. Ah, no merece pagar más por verla en 3D.
Ricardo Bajo H es periodista.