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Los juegos de video activos, más sanos para los niños que los juegos pasivos

Los juegos de video activos, que promueven la danza y el ejercicio, son más sanos para los niños que los pasivos y sedentarios, según un estudio hecho en Inglaterra y que publica hoy la revista Archives of Pediatrics & Adolescent Medicine.

Los niveles bajos de actividad física están vinculados con la obesidad, añadió el artículo.

Los juegos de video activos entusiasman a los niños para que bailen, imiten los movimientos de deportes como el tenis, el baloncesto o el boxeo y de esa manera fomentan la actividad física.

Stephen Smallwood y sus colegas de la Universidad de Chester, en Inglaterra, examinaron las respuestas fisiológicas y el gasto de energía de los niños que participan en juegos de video activos.

Para ello usaron un juego de video con un artefacto sensor parecido a una cámara de computadora y una tecnología de programación que permite que el jugador interactúe directamente sin la necesidad de un control manual del juego.

El estudio incluyó a diez varones y ocho niñas con edades de 11 a 15 años.

«Se observaron incrementos significativos en el ritmo cardiaco, la ingesta de oxígeno y el gasto de energía durante todas las condiciones de juego en comparación con los juegos de video que son sedentarios», señalan los autores.

Los juegos «Dance Central» y «Kinect Sports Boxing», aumentaron el gasto de energía de los niños entre un 1050 y un 263 por ciento, respectivamente, por sobre los niveles de reposo.

Comparados con los juegos de video más tradicionales, en los cuales los jugadores permanecen sentados o recostados, los valores obtenidos por los juegos más activos fueron de 103 y 194 por ciento más altos, respectivamente.

«Es poco probable que un juego de video activo proporcione, por sí solo, la cantidad de actividad física recomendada para los niños, o que gaste el número de calorías que se requiere para impedir o revertir la epidemia de obesidad», agregaron los investigadores.

Sin embargo «sí parece, a partir de los resultados de este estudio que un juego activo» puede «contribuir a los niveles de actividad física y de gasto de energía del niño, al menos a corto plazo», añadieron.