El primero de los tres recitales que el artista ofrecerá en el país asiático tuvo lugar en la localidad de Prune, y se caracterizó por una gran expectación mediática y un lleno absoluto en el estadio, pero también por una sonada pelea entre los guardias de seguridad del recinto y un famoso comisario de la policía local de la ciudad.
Aunque el incidente no alteró en ningún momento la exitosa presentación del cantante español, a pocos metros de su escenario se produjo un intercambio de golpes cuyo origen se encuentra en las actividades ilegales que cometía el alto cargo policial. Una vez dentro del recinto, el oficial no dudó en aprovecharse de su reputación para dejar entrar gratis a varios acompañantes, y estalló en ira cuando el personal de seguridad trató de impedírselo y expulsarle de las instalaciones. El individuo comenzó entonces a agredir físicamente a los guardias y estos le respondieron de la misma forma.
Tras el escándalo, un portavoz del departamento de policía acusó a los organizadores del concierto de permitir que el comisario terminara siendo golpeado por el mero hecho de «criticar la gestión de la seguridad» del evento, mientras que la empresa promotora replicó que fue el agente quien atacó al personal de seguridad por no darle un trato privilegiado y exigirle que se ajustara a la normativa.
Por su parte, y ajeno a toda polémica, Enrique Iglesias agradeció en su perfil de Twitter la gran afluencia que tuvo su espectáculo, lo que le da ánimos para afrontar las otras dos paradas de su recorrido por la India, primero en Nueva Delhi y después en Bangalore.