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El mosquito es la clave para mejorar fármacos

El descubrimiento de una forma usada por el mosquito de la malaria para alimentarse puede abrir la puerta al diseño de una nueva generación de fármacos anticoagulantes.

La investigación, liderada por científicos portugueses, descifró por primera vez el mecanismo por el que una sustancia llamada anophelina se une a una enzima, la trombina, implicada en el proceso de   coagulación sanguínea.

Este hallazgo abre la puerta al diseño de una nueva generación de fármacos anticoagulantes con un funcionamiento totalmente diferente al actual y a la lucha contra la propagación de la malaria diseñando inhibidores de esta sustancia.

La anophelina juega un papel esencial en la nutrición de un número importante de parásitos como los mosquitos Anopheles, los causantes de la malaria, o los murciélagos vampiro. Éstos necesitan alimentarse de sangre fresca e impedir que se coagule durante su ingesta y, para ello, usan potentes inhibidores del proceso de coagulación que afectan principalmente a la trombina.

“La anophelina bloquea la trombina de una forma novedosa y distinta a otras sustancias: es como la llave que entra en la cerradura de una puerta salvo que en este caso la llave entra por el otro lado”, indican.

La formación de coágulos es un mecanismo complejo que tiene como finalidad prevenir el sangrado tras sufrir un daño, pero también puede de-sencadenar un infarto de miocardio o cerebral, y en estos casos la administración de anticoagulantes es fundamental.