Ejército de Camerún contra cazadores de elefantes
Los militares deberán frenar la matanza de la población de paquidermos a manos de cazadores furtivos de Sudán.
El gobierno de Yaoundé dispuso desplegar el ejército contra la masacre de elefantes en curso en el Parque Nacional de Bouba N’Djida, en Camerún.
Se dispuso destinar 600 soldados y helicópteros militares para frenar la matanza, después de la muerte de unos 300 elefantes de parte de cazadores furtivos a caballo armados con ametralladoras, procedentes de Sudán.
Los militares deberán frenar la matanza que redujo un 80 por ciento la población de paquidermos en la reserva natural en el término de pocas semanas. Dos presidios diferentes fueron ubicados a lo largo de la frontera con Chad y la República Centroafricana. «Todo cazador furtivo que se encuentre aquí será simplemente destruido», dijo a los medios locales el general de brigada que encabeza las operaciones militares, Tumenta Martin.
«Está claro que se trata de un grupo de hombres armados hasta los dientes con ametralladoras y morteros», dijo Tumenta, para quien los soldados gubernamentales en diversas operaciones de control del área el año pasado ya habían secuestrado decenas de armas y hallado importantes cargas de marfil en los bosques aledaños al Parque Nacional.
La masacre del pasado invierno boreal siguió a un año negro para la caza furtiva de elefantes en Camerún y otros países de Africa central y subsahariana: la entidad mundial de monitoreo de especies en vías de extinción refirió que decenas de miles de elefantes fueron abatidos ilegalmente en 2011.
El pasado septiembre, en Kenia se secuestraron 350 colmillos de elefante custodiados dentro de un contenedor listo para salir rumbo a Sri Lanka.
Una matanza alimentada por la floreciente industria ilegal de colmillos de Africa hacia China y otros países asiáticos, donde crece año tras año la demanda de ornamentos de marfil.
Pero los colmillos de elefante se usan también en muchos países del continente asiático en el ámbito de la medicina tradicional, y así en pocos años los precios del marfil aumentaron notablemente.
Según refieren las asociaciones activistas internacionales, un kilo se vende a unos 250 euros, y así en promedio un colmillo de elefantes de unos siete kilos puede reportar en el mercado negro hasta 1.500 euros.
«El comercio ilegal está aumentando vertiginosamente y amenaza con provocar la extinción de esta especie de animales», refirió tiempo atrás al Comité del Senado de Estados Unidos John Scanlon, secretario general de la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies en Peligro de Extinción.
Camerún es uno de los países donde el fenómeno registra mayor aumento. «La extinción podría completarse ya para la próxima generación», concluyó Scanlon.
El envío del ejército fue recibido favorablemente también por Jim Leape, director general de WWF Internacional, según el cual representa «un medida audaz y valiente, y establece un nuevo estándar para los otros gobiernos en primera línea contra la caza furtiva y el tráfico de fauna selvática».