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Amparo Miranda pide mayor seguridad para los museos nacionales

Las infraestructuras que resguardan el patrimonio en el país no están preparadas ante  robos, sismos, inundaciones o desastres como el posible colapso del edificio El Alcázar, que pone en riesgo al Museo Tiwanaku de La Paz. “Si hubiera algún riesgo de desastre natural, se debe poner en resguardo las piezas de los museos. Todo lo que es patrimonio se debe proteger”, dijo Amparo Miranda, galardonada con el premio nacional de Gestión Cultural Gunnar Mendoza 2012, por su vasta experiencia en museos.

El ministro de Culturas, Pablo Groux, indicó, por su parte, que con ayuda de la cooperación internacional se está trabajando para contar con protocolos de atención a espacios culturales, repositorios y museos.

“Es evidente que no sólo los museos, sino mucha de la arquitectura que tenemos en el país no es objeto de previsión para salvar emergencias sísmicas”, señaló la autoridad. Para la gestora cultural, el patrimonio invaluable de Bolivia aún tiene muchos desafíos porque está expuesto y no solamente a desastres naturales, sino también a robos, debido a la ausencia de tecnología adecuada para detectar ese tipo de riesgos.

“Hubo robos, por ejemplo, en Manquiri, Pumari y San Cristóbal, sitios que están expuestos (a delincuentes) que se llevan tantas obras en la misma ciudad de Potosí. Creo que, como tarea principal, habría que pensar en el resguardo de las obras”. Miranda agregó que “se necesita políticas de seguridad, sistemas de alarma y supervisión en el momento de construir edificios para evitar pérdidas”.

La experta, que tiene largos años de trabajo en repositorios potosinos, mencionó el caso de la localidad de Porco, donde “aún es difícil realizar un proceso de catalogación como es debido, ya que hay muchos prejuicios” entre los propios pobladores del lugar.

Es preciso “enseñar a la gente que es necesario hacer una buena catalogación para evitar la pérdida de piezas. Los problemas se presentan cuando los vecinos temen a los catalogadores, pues es frecuente pensar que ellos están viendo qué se puede robar”.

Están también los factores culturales. Si bien es positivo que una comunidad se apropie del patrimonio, hay costumbres que se convierten en problemas. En Porco “es una falta de respeto desvestir y medir la imagen de una Virgen; por ello no nos dejaron terminar el trabajo técnico”, rememoró Miranda. Ese tipo de obstáculos hace que los registros del patrimonio sean una falencia y que, al momento del robo de piezas, sea difícil hacer el seguimiento.