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Hallan restos de último rey inglés que murió en batalla

El análisis de ADN permitió constatar que los restos localizados en septiembre en un aparcamiento de Leicester (centro de Inglaterra) pertenecen al perverso rey Ricardo III, el último monarca británico que murió en batalla (1485).

Según el responsable del equipo arqueológico de la Universidad de Leicester, Richard Buckley, las pruebas demuestran que el esqueleto encontrado es, “más allá de cualquier duda”, el del monarca que reinó de 1483 a 1485, el último de la casa de los York.

El estudio del esqueleto, que presentaba diez heridas (ocho de ellas en el cráneo), ya arrojaba pruebas “altamente convincentes” de que podía corresponder a Ricardo III, pero fueron los análisis de ADN los que finalmente confirmaron el descubrimiento.

Historia. Las labores de excavación en el aparcamiento comenzaron a finales de agosto de 2012 con el ánimo de encontrar la tumba del monarca que, según las reseñas históricas, fue enterrado en el antiguo templo tras morir en la batalla de Bosworth Field en 1485.

El esqueleto estaba bien conservado y casi completo, a excepción de los pies, con curvaturas en la espina dorsal que indican que el individuo padecía esclerosis, lo que coincide con las descripciones que se hicieron de rey en la época.

Tras su muerte, la corona pasó a Enrique VII y los reyes de la dinastía Tudor que, con ayuda de Shakespeare y otros dramaturgos, lo describieron como un villano brutal que no se detenía ante nada en su busca del poder, llegando a asesinar a sus dos jóvenes sobrinos para asegurarse el trono.

El alcalde de Leicester, Peter Soulsby, anunció que los restos de Ricardo III serán transportados a la catedral de esa localidad.