Inician trabajos en la Estación pese a la protesta de los artistas
Debate. Una movida ciudadana exige la preservación del predio
La firma austriaca Doppelmayr Garaventa inició ayer la construcción de una de las paradas del teleférico en los predios de la Estación Central, declarada en 2012 monumento histórico de la ciudad. Un grupo de artistas exige respeto a esta obra patrimonial.
Los trabajos comenzaron con la demolición de uno de los galpones que, en criterio de los participantes de la movida cívico cultural Estación de las Culturas, también corresponden al monumento histórico, un título otorgado por la Alcaldía.
El movimiento, que agrupa a ciudadanos y artistas, se reunirá hoy. Mónica Navia, una de las organizadoras de la plataforma, informó a La Razón que se evaluarán posibles medidas para detener estas obras. “No nos oponemos a la construcción del teleférico. Lo que queremos es evitar la destrucción de un predio que es patrimonio cultural del país por parte de una empresa extranjera”, explicó Navia.
Meses atrás, los representantes de la firma austriaca anticiparon a los medios que los trabajos no afectarán al edificio principal de la Estación. Los integrantes de la plataforma consideran que todo el predio —el edificio construido en 1930, los galpones, rieles, vagones y otros— son parte inseparable del patrimonio.
Navia afirmó que las obras no deberían comenzar hasta que se determine exactamente la propiedad legal del lugar. Anunció que el miércoles 20 de marzo se realizará “una gran movida” cultural en la Plaza del Estudiante desde las 11.00. El objetivo será recolectar firmas para las cartas que el movimiento enviará al Presidente del Estado, el Ministro de Culturas, el Gobernador y el Alcalde. En las notas manifestarán su petición de “recuperar” la Estación para convertirla en un centro cultural y que tome en cuenta la memoria colectiva. No es la única propuesta existente. La Oficialía de Culturas también planteó la necesidad de emplear el área de la parada del teleférico para la realización de actividades artísticas y culturales.
Por su parte, la Dirección de Deportes de la Gobernación de La Paz planteó convertir el lugar en un estadio alternativo con capacidad para 8.000 personas. Este centro deportivo incluiría varios tipos de canchas, espacios para deportes de contacto y un centro comercial. El director de Deportes, Alberto Alvarado, sostuvo ayer que la propuesta recibió el apoyo de diversos sectores de la población.
Sin embargo, todos estos proyectos aún no pasan de ser ideas. Aunque ya no cumpla con sus funciones, la Estación paceña continúa siendo propiedad de la estatal Empresa Nacional de Ferrocarriles (Enfe). Así, la venta de este inmueble requiere que la Asamblea Legislativa sancione una ley específica de enajenación o transferencia, indicó Fidel Aguilar, director administrativo de la firma estatal.
Aguilar expresó que Enfe no recibe dinero del Tesoro General para el mantenimiento del lugar, pese a ser patrimonio. Esto significa que la Estación depende del alquiler de sus instalaciones para poder sobrevivir. Son tres las opciones. La primera, y regular, es el alquiler de espacios de estacionamiento, aunque no se especificó cuántos ni qué monto representa.
También están los galpones, que pueden servir de depósitos. Finalmente, el patio de la Estación, cerca de los edificios de administración, son escenario de fiestas como las de las fraternidades del Gran Poder.
La Estación Central es obra del arquitecto Julio Mariaca Pinto y se edificó en 1930. En 1994 Enfe fue capitalizada y un año después la terminal ferroviaria dejó de recibir trenes. En 1997, en el gobierno de Gonzalo Sánchez de Lozada, se promulgó el Decreto Supremo 24752 que determina que “los bienes ferroviarios son “inembargables, imprescriptibles y no susceptibles de apropiación”.