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Yo (no) soy… el cuerpo de Chile

Una de las razones, por las cuales son muy importantes los festivales internacionales, es por la multiplicidad de lenguajes, propuestas y estéticas, porque a través de ellas, se abren ventanas hacia otras culturas y artes disímiles de las que estamos acostumbrados a ver.

Cruzando la imagen y la palabra, esta obra expone veinte cuerpos contenedores de historia, memoria e identidad. Pablo Zamorano y un violinista callejero dan cuerpo a esta obra creada bajo la idea de significar y retratar “el cuerpo de Chile”.

Cuerpo que se (des) compone luego de ser uno en el violín. Cuerpo y pies cansados de ser ese que mira y es mirado.

Un no ser ni siquiera, uno de todos esos que en algún momento fueron. O no fueron, pero ninguno de esos quisiera ser.

Una necesidad implacable, de no ser en cuotas, ni fiado, ni amanecido, ni borracho, ni desaparecido, ni curita, ni alcalde, ni condorito.

Un artista de elite y un violín callejero…

Un no quiero y un no soy.

“El cuerpo de chile suena rasgado, agudo, es como si no sonara ese cuerpo sin brazos que está aislado afuera desde afuera hacia la nada desde afuera hacia la nada desde afuera hacia la nada desde afuera hacia la nada”…