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Ricardo Bajo H: El extraño éxito de la película ‘No’

La primera película chilena que logró meterse en los Oscar (en 2012 compitió a mejor filme de habla no inglesa) está en nuestros cines. Se llama No y es la cuarta película de un director irregular llamado Pablo Larraín (basada en una obra teatral  inédita de Antonio Skármeta).

No nos presenta la típica obra “bonita” donde David vence a Goliat (comercial y for export). El talentoso mexicano Gael García Bernal es el héroe “solitario” y “desideologizado”; el publicista que consigue a través de “spots” poner fin a la era Pinochet en el referéndum de 1988. Un “jingle” pegadizo terminó con el tirano, pero no con su modelo socioeconómico. Larraín —en una decisión acertada— filmó en video de los 80 (U-matic 3:4) y logró así un rostro sucio de documental con texturas de la época.

El “extraño” éxito de No no me cierra, pues el filme acaba cayendo en una confusión de géneros (comedia negra, thriller político, docuficción de época…) y termina sucumbiendo a una receta demasiado previsible de ingredientes para triunfar: actor de gancho, guión basado en obra teatral de famoso y final feliz hegemónico y políticamente correcto a estas alturas. No es la melancolía vaciada, exagerada como toda publicidad, tediosa, consumida como mercancía. La alegría nunca llegó.

Ricardo Bajo H. es periodista.