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Ricardo Bajo: ‘El gran Gatsby’, apenas fuegos de artificio

El gran Gatsby de Scott Fitzgerald es un clásico de la literatura estadounidense. Y ahí debería quedarse, pues los intentos del cine —ya son cuatro— por llevar esta compleja y gran obra han fracasado. El peor intento nos llega ahora a nuestras salas oscuras de la mano del director australiano Baz Luhrmann (Molin Rouge) y la interpretación estelar de Leonardo DiCaprio.

Luhrmann vuelve show hollywoodense-vacío (por supuesto con las distracciones falsas del 3D de yapa) todo lo que toca y es capaz de convertir los maravillosos años veinte del charlestón y el foxtrot en una fiesta absurda con música electrónica y hip hop.  Es capaz de reducir a una predecible y cursi historia de amor (adolescente) un novelón dramático como El gran Gatsby.

Con un reparto muy flojo (la pareja que acompaña a DiCaprio viene de la mano de una sosa Carey Mulligan y un insípido Tobey Maguire), la versión de Luhrmann aburre (dura casi dos horas y media), no llega al aprobado, quedándose en el puro efecto, en los fuegos de artificio que deslumbran para ser olvidados en cuanto las luces nos devuelven a la realidad. Otra superproducción agotadora, ampulosa y ostentosa más (estilo “blockbuster”) que no pasará a la historia. Perdón Fitzgerald por otro disparate repleto de artilugios.

Ricardo Bajo H. es periodista