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Los astronautas chinos celebran 10 años en el espacio con una nueva misión

La quinta nave tripulada china al cosmos, «Shenzhou X», partió hoy con tres astronautas a bordo desde la base de lanzamiento de Jiuquan, en el noroeste del país, en el año en que China celebra el décimo aniversario de estos viajes espaciales.

Wang Yaping, la segunda mujer china que viaja al espacio, Zhang Xiaoguang y Nie Haisheng partieron a las 17.38 locales (09.38 GMT) según el horario previsto, mientras el lanzamiento era retransmitido a todo el país por la televisión estatal CCTV y seguido en la base por el presidente chino, Xi Jinping.

No hubo contratiempos en la operación, y a los cinco minutos la nave Shenzhou, que en mandarín significa «Barco Divino», se desprendió de los cohetes propulsores «Larga Marcha».

Poco después apagaba su motor principal y a los 20 minutos del lanzamiento ya entraba en la órbita terrestre, alimentada desde entonces por energía solar gracias a los paneles desplegados en ese momento.

Las imágenes televisivas mostraron durante el proceso escenas de los astronautas en la cabina, que realizaron un saludo militar a la cámara para mostrar que todo se desarrollaba bien, mientras los altos cargos del Gobierno comunista aplaudían el éxito del lanzamiento desde los centros de control en Jiuquan y Pekín.

Wang, de 33 años, Zhang (47) y Nie (48) permanecerán en el espacio 15 días -la misión china de mayor duración- y su principal cometido es llevar a cabo dos acoplamientos con el laboratorio chino que también órbita alrededor de nuestro planeta, el «Tiangong I» («Palacio Celestial»).

En el laboratorio realizarán varios experimentos y llevarán a cabo las primeras reparaciones chinas en el cosmos, ya que el «Tiangong» sufrió durante la anterior misión tripulada, hace un año, algunos problemas en su cableado y en los sistemas de apertura de compuertas.

En todo caso, se trata de unas operaciones de mero entrenamiento para los cosmonautas chinos, popularmente apodados «taikonautas» («taikong» es espacio en mandarín), ya que el actual laboratorio espacial pronto dejará de estar activo y caerá a la Tierra en breve (buena parte se quemará por fricción con la atmósfera y el resto irá a parar al mar).

Un nuevo laboratorio más avanzado será enviado al espacio en el futuro por el país asiático, de cara a la creación, hacia 2020, de la primera estación espacial permanente de China en el espacio.

Ese año, precisamente, dejará de funcionar la Estación Espacial Internacional, en la que Pekín intentó participar sin éxito debido a la oposición de Estados Unidos, por lo que en la próxima década el gigante asiático podría ser el único en contar con esta infraestructura.

Otra gran novedad del viaje que comienza hoy es que Wang dará por videoconferencia una clase interactiva de física a los estudiantes de primaria y secundaria del país asiático, lo que promete ser uno de los momentos más recordados de la misión.

Con esta clase, señalan los analistas, el Gobierno busca acercar su programa espacial al ciudadano chino y responder a quienes critican el carácter militar y a veces secreto de estas misiones.

El programa espacial chino se convirtió hace 10 años en el tercero capaz de lanzar astronautas al espacio exterior, tras el estadounidense y el ruso, y aunque lo hizo con cuatro décadas de retraso con respecto a Washington y Moscú, está desarrollándose con notable rapidez.

El primer astronauta chino, Yang Liwei, viajó al cosmos el 16 de octubre de 2003 a bordo de la «Shenzhou V» y orbitó 14 veces alrededor de la Tierra, en un viaje que duró menos de un día.

La segunda misión tripulada de China se produjo en octubre de 2005, cuando Fei Junlong y Nie Haisheng, quien hoy se convirtió en el primer cosmonauta en repetir el viaje, permanecieron cuatro días en el espacio.

En septiembre de 2008 fue lanzada la «Shenzhou VII» con tres tripulantes, que llevaron a cabo el primer «paseo espacial» de un astronauta chino fuera de la nave.

En junio de 2012 otros tres chinos viajaron al espacio, entre ellos la primera mujer del país, Liu Yang, y llevaron a cabo el primer acoplamiento con el «Tiangong I».