El complejo papel que el actor estadounidense interpreta en su última película, ‘Behind the Candelabra’, ha sido el primer trabajo en el que se sumergió el intérprete tras su exitosa batalla contra el cáncer que le diagnosticaron en 2010, una cinta que le devolvió el entusiasmo incluso mucho antes de que el proyecto viera la luz verde.
«Acababa de terminar mi tratamiento cuando me llegó este proyecto, que fue un auténtico regalo. Me sentí muy feliz por estar curado y por la oportunidad de volver al trabajo. Empecé a preparar mi papel pero, de pronto, Steven Soderbergh [el director del filme] y Matt Damon [compañero de reparto] me dijeron que iban a descartar la idea porque tenían otras propuestas más interesantes», reveló la estrella al portal de noticias The Hollywood Reporter.
Aunque el inicial cambio de opinión de sus compañeros supuso una profunda decepción para Michael, en la actualidad el intérprete comprende a la perfección por qué los dos artistas tomaron tan repentina decisión. En realidad solo querían posponer los preparativos del rodaje hasta que el actor hubiera recuperado completamente sus fuerzas.
«[Matt Damon y Steven Soderbergh] tenían miedo de que pudiera sufrir una recaída. Nunca lo han querido reconocer y, además, es cierto que tenían otros proyectos que les estaban esperando, pero creo que se dieron cuenta del estado físico en que me encontraba y pensaron que todavía no estaba listo para enfrentarme a un rodaje. Y tenían mucha razón. Todavía me quedaba por lo menos un año para recuperar la fuerza y mi peso ideal. Fue un momento bastante agobiante pero, por fin, esa época quedó definitivamente atrás. Y estoy orgulloso de haber cumplido finalmente con mi sueño de hacer la película», se sinceró.