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El mundo y la prensa esperan con impaciencia al bebé real

El ingreso de la duquesa Catalina en el hospital londinense donde dará a luz a su primer hijo ya ocupa el lugar más destacado en la crónica social de buena parte del planeta, que aguarda con especial interés la llegada de quien se convertirá en el tercero en la línea de sucesión al trono británico. Además de la exaltación y el entusiasmo que viene reflejando estos días la opinión pública del Reino Unido y sus medios, el revuelo que ha generado la inminente venida al mundo del primogénito de los duques de Cambridge también se siente ya en lugares tan alejados de las islas británicas como sus antiguas colonias de Canadá, Australia y Estados Unidos, e incluso en países como Alemania y Japón, menos vinculados a la historia imperial del Reino Unido.

Tan pronto como se ha conocido la noticia de que la duquesa de Cambridge había hecho acto de presencia en el hospital St. Mary de Paddington, la numerosa legación de periodistas internacionales que llevaba semanas acampando en los alrededores del centro médico se ha despertado de su letargo para iniciar la maquinaria de comentarios, quinielas y conjeturas sobre el sexo del futuro bebé y sobre la posibilidad de ver en escena a algún miembro destacado de la familia real. Por el momento se desconoce si, además del príncipe Guillermo, Carole y Pippa Middleton –madre y hermana pequeña de la duquesa, respectivamente– otras personalidades de la familia Windsor harán las delicias de los informadores con algún saludo rápido a su llegada a las instalaciones, pero el mero suspense sobre lo que ocurrirá ya tiene emocionados a los corresponsales japoneses que celebran con alegría el hecho de estar presenciando un nuevo capítulo de la historia europea.

«Nos está costando encontrar una buena posición desde la que tomar imágenes, pero no nos importa porque al menos somos capaces de captar el ambiente que se respira aquí, y trasladaremos a Japón la gran fiesta nacional que se vive hoy. El nacimiento del hijo de Guillermo y Catalina se está viviendo en Japón con mucha expectación también. Nosotros tenemos nuestra propia familia real, pero siempre hemos seguido con atención todo lo relacionado con las casas reales europeas, sobre todo con la británica por la popularidad que tenía la princesa Diana. Era todo un icono en nuestro país», aseguró Charlie Yoshilike –corresponsal del canal japonés Asahi– al diario británico The Guardian en un corrillo de periodistas que también incluía representantes de los canales estadounidenses NBC y Fox, así como corresponsales alemanes, franceses y australianos.

Pero es en Australia, Canadá y Nueva Zelanda donde los festejos por el nacimiento del tercer bisnieto de Isabel II serán tan multitudinarios como en el propio Reino Unido. La Torre Nacional de Canadá en Toronto se iluminará de un intenso color azul o rosa –dependiendo del sexo del recién nacido– tan pronto como se anuncie la llegada del primer nieto del príncipe Carlos, mientras que en Nueva Zelanda 30 de los monumentos más importantes del país también se vestirán de estos colores de forma simultánea al comunicado oficial sobre el nacimiento. Por si esto no fuera suficiente, hasta la republicana primera ministra de Australia –la laborista Julia Gillard– ha querido contagiar a sus compatriotas de la ilusión por el nacimiento tejiendo ella misma un canguro de peluche que, en nombre de todo el pueblo australiano, constituirá el primer regalo oficial del retoño de los duques de Cambridge.