Eyeball tattoo, el peligroso arte de tatuar los ojos
Técnica. Los médicos advierten que puede causar ceguera total
Seis meses después de que su esposo se “pintara” los ojos de negro, Leticia Dias de Carvalho resolvió hacer lo mismo a través de un riesgoso procedimiento invasivo conocido como Eyeball tattoo, que —según los expertos— puede provocar ceguera total.
La mujer, de 35 años, se sometió al método conocido como Eyeball tattoo, que consiste en inyectar tinta entre las capas conjuntiva y esclerótica que protegen el ojo. “Creí que parecería más atemorizante. Mi intención era impresionar”, dijo Dias de Carvalho al diario brasileño Globo.
Para la Sociedad Brasileña de Oftalmología, el procedimiento “irreversible” no es aconsejable y puede causar, además de inflamación, varias infecciones que pueden derivar en la ceguera total.
El tatuador Rafael Leão Dias explicó que la tinta usada para este tipo de arte no es la misma que se emplea en los tatuajes convencionales. Para “colorear” los ojos, detalló, son necesarias tres aplicaciones en cada ojo con una aguja especial que se inyecta entre las dos capas protectoras del órgano.
tinta. Según Globo, fue Leão Dias quien también hizo la transformación al marido de Leticia, el cirquero Rodrigo Fernando Santos, conocido en la ciudad de San Carlos como Mosquito, quien tras la intervención lloró tinta por dos días.
La nueva, y relativamente poco frecuente, práctica del Eyeball tattoo sólo puede ser realizada por un puñado de artistas de tatuaje en el mundo, pero a pesar de ello se ha popularizado entre personas dedicadas al espectáculo y peleadores de artes marciales.
Esta técnica también se ha hecho famosa en las prisiones y para muestra está el terrible Jason Walter Barnum (de 37 años), un asesino estadounidense que sorprendió en 2012 por tener tatuado de negro el globo ocular derecho.
Los tatuajes en los ojos se practican desde finales del siglo XIX, pero antes solo servían para ocultar cicatrices corneales y leucomas. La inyección de tinta en los ojos con fines estéticos —que está aún en etapa experimental— fue practicado por primera vez el 1 de julio de 2007 al fallecido canadiense Shannon Larrat, pionero en la adopción de implantes subdérmicos, según e-consulta.com.