El Ensamble de Moxos llenó el auditorio de la Unesco en París
Concierto. Unas 1.200 personas escucharon el ‘Ichasi Awasare’
El “Ichasi Awasare” (Pueblo Viejo), concierto del Ensamble de Moxos, logró llenar el auditorio de la Unesco en París el miércoles 23 de octubre. Unas 1.200 personas, incluyendo invitados especiales y diplomáticos, disfrutaron de este espectáculo.
“Fue un éxito sin precedentes. La Sala I de la Unesco tiene capacidad para 1.300 personas y hemos logrado un público de 1.200. Ni Herbie Hanckock, Plácido Domingo o Tania Libertad lograron tanto público”, contó a La Razón Sergio Cáceres García, embajador de Bolivia en el ente internacional.
“Fue un logro. La comunidad boliviana residente en Francia se movilizó masivamente para venir al concierto. Y, a parte de llenar el auditorio, el espectáculo emocionó hasta las lágrimas al público. La Embajadora de Venezuela vino con lágrimas en los ojos a felicitarme, hoy mismo, recordando el concierto se le quebró la voz. Este concierto ha marcado al público”, agregó la autoridad.
El asistente de Conferencias de la organización, Yacine Abbas, manifestó que no es habitual un lleno de esta naturaleza en un concierto que se realiza en la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco). Otro rasgo fue la transmisión en vivo desde París a través Bolivia Tv.
Asistieron al evento, entre otros, el embajador de Bolivia en Francia, Jean-Paul Guevara; la jefa del Sector de Patrimonio Cultural Inmaterial de la Unesco, Cecile Duvelle; embajadores delegados permanentes acreditados ante la Unesco, la comunidad boliviana residente en Francia, residentes latinoamericanos, público francés y aficionados a la música barroca.
Antes del recital, Cáceres destacó ante la audiencia que la Ichapekene Piesta, Fiesta Mayor de San Ignacio de Moxos, fue inscrita por la Unesco en la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.
El concierto finalizó con una sostenida ovación que, debido a la cantidad de público, hizo retumbar las paredes de la Sala I de la Unesco. Hubo consenso general sobre la calidad musical del ensamble y del concierto organizado por la Delegación Permanente de Bolivia ante la Unesco.