Una treintena de burros fueron elegidos en Mozambique para una misión especial, constituir el servicio de ambulancias de Chibabawa, un distrito del centro del país africano, golpeado por enfrentamientos armados.
Los asnos están ayudando a suplir la escasez de vehículos de emergencias, facilitando el traslado de enfermos de las zonas más remotas y con pésimas vías de acceso hasta los centros sanitarios de Panja, Muxúnguè y Chibabawa.
La comarca de Chibabawa, con al menos 100.000 habitantes, sólo dispone de 13 dispensarios y un hospital rural y, para recibir atención médica, muchos vecinos tienen que caminar más de 20 kilómetros o acudir a los abundantes sanadores tradicionales. A pesar de esta difícil situación, la comunidad ha podido comprar en Tete 30 burros por unos $us 540 cada uno, que se han reproducido y ya suman más de 40.
Al mal estado de las carreteras se le suma que la región es escenario de los últimos enfrentamientos armados entre el Ejército de Mozambique y los exguerrilleros de la Renamo (Resistencia Nacional Mozambiqueña), que controlan buena parte de esa región.
El temor al conflicto y los controles militares impuestos en muchas carreteras y caminos han disuadido a vehículos de transporte de pasajeros y ambulancias de internarse en ciertas zonas. Así, la acción de los pollinos está paliando esa falta de transporte médico.
Costo. Además, “una ambulancia motorizada no es rentable”, asegura María Mboana, coordinadora de la asociación de mujeres ComuSanas. “Necesita un conductor, gasolina y mantenimiento. La comunidad no puede hacer frente a esos altos costes”. “El servicio de asno-ambulancia es para todos, aunque tienen prioridad los del área materno infantil”.
Dispuestos por parejas, los burros —que reciben cuidado veterinario de los servicios municipales— han sido entrenados para tirar de una carreta habilitada al uso donde los pacientes (en su mayoría, parturientas) se tumban mientras son conducidos hasta el centro de salud más próximo.