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Will Smith apadrina a Justin Bieber

Consciente de que el polémico comportamiento que ha mostrado Justin Bieber en los últimos meses podría poner en riesgo su carrera profesional, el actor Will Smith aprovechó el tiempo de descanso que se está tomando el ídolo juvenil tras el fin de su exitosa gira para acudir a su casa y expresarle personalmente su preocupación.

«Justin me comentó: ‘Tío, me parece increíble que Will [Smith] viniera a visitarme, me hizo sentir muy querido gracias a una conversación muy reconfortante. Me levanté de la cama, y ahí estaba él: Will Smith, probablemente el mejor actor del planeta. Aún no me creo que haya venido expresamente a hablar conmigo'», reveló Scooter Braun, mánager de la estrella del pop, a la revista The Hollywood Reporter.

Desde que el famoso intérprete decidiera mantener una profunda charla con el joven artista, ambos han forjado un estrecho lazo de amistad similar al que Justin mantiene con Jaden Smith, primogénito del actor, una relación caracterizada por el apoyo incondicional que Will Smith ha ofrecido al controvertido artista canadiense.

«[Will] me dice que Justin tiene que tener mucho cuidado, pero que no debe renunciar a su forma de ser porque eso es lo que le hace especial como artista. Justin es la viva imagen de la juventud y a veces debe dejarse llevar por sus impulsos. Si no lo hace, acabará siendo una especie de robot», comentó Scooter Braun al mismo medio.

Will Smith no es la única estrella internacional que trata de encauzar el camino de Justin Bieber, ya que la presentadora Oprah Winfrey, el cantante Adam Levine y el rapero Drake también han mostrado su interés en ayudar al problemático cantante a superar las adversidades.

«Drake está constantemente preocupado por Justin. Cuando Justin aparece en los medios por algún tipo de escándalo, Drake me manda mensajes en los que me pregunta: ‘¿Qué está pasando? Le voy a llamar ahora mismo’. Es como una especie de hermano mayor y Justin le considera como tal. Tienen una relación muy íntima», apuntó el agente de artistas.

Sin embargo, parece que ni siquiera los consejos de otros miembros del mundo del espectáculo son capaces de mantener a Justin alejado de los escándalos, como demostró al dejarse fotografiar cuando abandonaba un prostíbulo en Brasil y, poco después, al organizar una ruidosa fiesta en su exclusiva vivienda de Calabasas (Los Ángeles).

Un grupo de investigadores informa en la edición digital de la revista ‘Nature Geosciene’ del descubrimiento de un nuevo volcán humeante a un kilómetro bajo el hielo de la Antártida Occidental, al que todavía no han dado nombre. Los científicos, que no estaban trabajando para descubrirlo, sino que estudiaban otras cuestiones cuando lo hallaron, hablan de la posibilidad de que su calor aumente la tasa de pérdida de hielo de una de las principales corrientes de agua helada del continente.En enero de 2010, un equipo de expertos diseñó dos líneas de investigación con distintos sismógrafos en la Tierra de Marie Byrd, en la Antártida Occidental, siendo la primera vez que los expertos desplegaban diversos instrumentos en el interior del continente para poder operar durante todo el año, incluso en las partes más frías de la Antártida.La máquina se encontró con dos ráfagas de eventos sísmicosEl sismógrafo matriz usó perturbaciones creadas por terremotos distantes para obtener imágenes de hielo y roca en lo profundo de la Antártida Occidental. El objetivo, según explica Doug Wiens, profesor de Ciencias Terrestres y Planetarias en la Universidad de Washington en St. Louis, Estados Unidos, y uno de los investigadores principales del proyecto, era esencialmente medir la capa de hielo para ayudar a reconstruir la historia climática de la Antártida.Para hacer esto con precisión, los científicos tenían que saber cómo respondería el manto terrestre a una carga de hielo y dependía de si estaba caliente o frío y líquido o viscoso, por lo que analizaron los datos sísmicos para comprobar las propiedades del manto. Así, el software automatizado de detección de eventos se puso a trabajar para identificar los datos de cualquier suceso inusual.Cuando la máquina se encontró con dos ráfagas de eventos sísmicos entre enero de 2010 y marzo de 2011, la estudiante de doctorado Amanda Lough, miró detalladamente para ver qué estaba sacudiendo. Cuanto más observaron, los investigadores se mostraron más convencidos de que se trataba de un nuevo volcán que se estaba formando a un kilómetro bajo el hielo.Para investigar más a fondo, Lough utilizó un modelo informático mundial de velocidades sísmicas, que mostró que casi la totalidad de los hechos habían ocurrido a una profundidad de entre 25 a 40 kilómetros, bastante profundo para estar cerca del límite entre la corteza terrestre y el manto, llamado Moho, lo que posiblemente descarta un origen glacial y pone en duda uno tectónico. Un colega sugirió que por la forma de las ondas de las sacudidas parecían terremotos ‘Deep Long Period’, que se producen en las zonas volcánicas y tienen las mismas características de frecuencia y son igual de profundos.Ceniza enterrada bajo el hieloLos sismólogos contactaron con Duncan Young y Don Blankenship, de la Universidad de Texas, en Estados Unidos, que vuelan aerotransportando un radar sobre la Antártida para obtener mapas topográficos de la roca madre. «En estos mapas, se puede ver que hay La mayoría de las montañas en la Antártida no son de origen volcánicoelevación de la topografía del manto en la misma ubicación donde se producen los eventos sísmicos», dice Lough, quien añade que las imágenes de radar también revelan una capa de ceniza enterrada bajo el hielo.Su mejor conjetura fue que provenía de Monte Waesche, un volcán existente cerca del Monte Sidley, pero los científicos no saben cuándo estuvo activo y la capa de ceniza establece la edad de la erupción en hace 8.000 años. «La mayoría de las montañas en la Antártida no son de origen volcánico, pero la mayor parte de esta zona lo son», señala Wiens, añadiendo que es probable que haya un punto caliente en el manto que produce magma muy por debajo de la superficie.»No hay una seguridad total de qué causa los terremotos ‘Deep Long Period’, subraya Lough. «Creo que varía según el complejo volcánico, pero la mayoría de la gente piensa que es el movimiento de magma y otros fluidos lo que conduce a las vibraciones inducidas por la presión en las grietas dentro de los sistemas volcánicos e hidrotermales».Según Lough, como el radar muestra una montaña bajo el hielo, es posible que haya habido una erupción en el pasado. Los investigadores calculan que se necesitaría una gran erupción, una que libere un millar de veces más energía que una erupción típica, para romper el hielo sobre el volcán. Una erupción subglacial y el flujo de calor del que va acompañada fundirán una gran cantidad de hielo.»El volcán creará millones de galones de agua bajo el hielo», dice Wiens. Este agua se precipitará bajo el hielo hacia el mar y alimentará la cuenca hidrológica de la corriente de hielo MacAyeal, una de las varias corrientes principales que drenan hielo de la Tierra de Marie Byrd en la plataforma de hielo de Ross.

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Un grupo de investigadores informa en la edición digital de la revista ‘Nature Geosciene’ del descubrimiento de un nuevo volcán humeante a un kilómetro bajo el hielo de la Antártida Occidental, al que todavía no han dado nombre. Los científicos, que no estaban trabajando para descubrirlo, sino que estudiaban otras cuestiones cuando lo hallaron, hablan de la posibilidad de que su calor aumente la tasa de pérdida de hielo de una de las principales corrientes de agua helada del continente. En enero de 2010, un equipo de expertos diseñó dos líneas de investigación con distintos sismógrafos en la Tierra de Marie Byrd, en la Antártida Occidental, siendo la primera vez que los expertos desplegaban diversos instrumentos en el interior del continente para poder operar durante todo el año, incluso en las partes más frías de la Antártida. La máquina se encontró con dos ráfagas de eventos sísmicosEl sismógrafo matriz usó perturbaciones creadas por terremotos distantes para obtener imágenes de hielo y roca en lo profundo de la Antártida Occidental. El objetivo, según explica Doug Wiens, profesor de Ciencias Terrestres y Planetarias en la Universidad de Washington en St. Louis, Estados Unidos, y uno de los investigadores principales del proyecto, era esencialmente medir la capa de hielo para ayudar a reconstruir la historia climática de la Antártida. Para hacer esto con precisión, los científicos tenían que saber cómo respondería el manto terrestre a una carga de hielo y dependía de si estaba caliente o frío y líquido o viscoso, por lo que analizaron los datos sísmicos para comprobar las propiedades del manto. Así, el software automatizado de detección de eventos se puso a trabajar para identificar los datos de cualquier suceso inusual. Cuando la máquina se encontró con dos ráfagas de eventos sísmicos entre enero de 2010 y marzo de 2011, la estudiante de doctorado Amanda Lough, miró detalladamente para ver qué estaba sacudiendo. Cuanto más observaron, los investigadores se mostraron más convencidos de que se trataba de un nuevo volcán que se estaba formando a un kilómetro bajo el hielo. Para investigar más a fondo, Lough utilizó un modelo informático mundial de velocidades sísmicas, que mostró que casi la totalidad de los hechos habían ocurrido a una profundidad de entre 25 a 40 kilómetros, bastante profundo para estar cerca del límite entre la corteza terrestre y el manto, llamado Moho, lo que posiblemente descarta un origen glacial y pone en duda uno tectónico. Un colega sugirió que por la forma de las ondas de las sacudidas parecían terremotos ‘Deep Long Period’, que se producen en las zonas volcánicas y tienen las mismas características de frecuencia y son igual de profundos. Ceniza enterrada bajo el hielo Los sismólogos contactaron con Duncan Young y Don Blankenship, de la Universidad de Texas, en Estados Unidos, que vuelan aerotransportando un radar sobre la Antártida para obtener mapas topográficos de la roca madre. «En estos mapas, se puede ver que hay La mayoría de las montañas en la Antártida no son de origen volcánicoelevación de la topografía del manto en la misma ubicación donde se producen los eventos sísmicos», dice Lough, quien añade que las imágenes de radar también revelan una capa de ceniza enterrada bajo el hielo. Su mejor conjetura fue que provenía de Monte Waesche, un volcán existente cerca del Monte Sidley, pero los científicos no saben cuándo estuvo activo y la capa de ceniza establece la edad de la erupción en hace 8.000 años. «La mayoría de las montañas en la Antártida no son de origen volcánico, pero la mayor parte de esta zona lo son», señala Wiens, añadiendo que es probable que haya un punto caliente en el manto que produce magma muy por debajo de la superficie. «No hay una seguridad total de qué causa los terremotos ‘Deep Long Period’, subraya Lough. «Creo que varía según el complejo volcánico, pero la mayoría de la gente piensa que es el movimiento de magma y otros fluidos lo que conduce a las vibraciones inducidas por la presión en las grietas dentro de los sistemas volcánicos e hidrotermales». Según Lough, como el radar muestra una montaña bajo el hielo, es posible que haya habido una erupción en el pasado. Los investigadores calculan que se necesitaría una gran erupción, una que libere un millar de veces más energía que una erupción típica, para romper el hielo sobre el volcán. Una erupción subglacial y el flujo de calor del que va acompañada fundirán una gran cantidad de hielo. «El volcán creará millones de galones de agua bajo el hielo», dice Wiens. Este agua se precipitará bajo el hielo hacia el mar y alimentará la cuenca hidrológica de la corriente de hielo MacAyeal, una de las varias corrientes principales que drenan hielo de la Tierra de Marie Byrd en la plataforma de hielo de Ross.

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Descubren un volcán humeante bajo el hielo de la Antártida Antártida Las capas de hielo de la Antártida. (ARCHIVO) El calor de la erupción volcánica podría aumentar la tasa de pérdida de hielo. El hallazgo se produjo de forma casual, cuando un grupo de investigadores perseguía reconstruir la historia climática del continente antártico. ECO ® Actividad social ¿Qué es esto? 80% 23 Me gusta No me gusta +2 email Compartir EP. 18.11.2013 – 13:49h Un grupo de investigadores informa en la edición digital de la revista ‘Nature Geosciene’ del descubrimiento de un nuevo volcán humeante a un kilómetro bajo el hielo de la Antártida Occidental, al que todavía no han dado nombre. Los científicos, que no estaban trabajando para descubrirlo, sino que estudiaban otras cuestiones cuando lo hallaron, hablan de la posibilidad de que su calor aumente la tasa de pérdida de hielo de una de las principales corrientes de agua helada del continente. En enero de 2010, un equipo de expertos diseñó dos líneas de investigación con distintos sismógrafos en la Tierra de Marie Byrd, en la Antártida Occidental, siendo la primera vez que los expertos desplegaban diversos instrumentos en el interior del continente para poder operar durante todo el año, incluso en las partes más frías de la Antártida. La máquina se encontró con dos ráfagas de eventos sísmicosEl sismógrafo matriz usó perturbaciones creadas por terremotos distantes para obtener imágenes de hielo y roca en lo profundo de la Antártida Occidental. El objetivo, según explica Doug Wiens, profesor de Ciencias Terrestres y Planetarias en la Universidad de Washington en St. Louis, Estados Unidos, y uno de los investigadores principales del proyecto, era esencialmente medir la capa de hielo para ayudar a reconstruir la historia climática de la Antártida. Para hacer esto con precisión, los científicos tenían que saber cómo respondería el manto terrestre a una carga de hielo y dependía de si estaba caliente o frío y líquido o viscoso, por lo que analizaron los datos sísmicos para comprobar las propiedades del manto. Así, el software automatizado de detección de eventos se puso a trabajar para identificar los datos de cualquier suceso inusual. Cuando la máquina se encontró con dos ráfagas de eventos sísmicos entre enero de 2010 y marzo de 2011, la estudiante de doctorado Amanda Lough, miró detalladamente para ver qué estaba sacudiendo. Cuanto más observaron, los investigadores se mostraron más convencidos de que se trataba de un nuevo volcán que se estaba formando a un kilómetro bajo el hielo. Para investigar más a fondo, Lough utilizó un modelo informático mundial de velocidades sísmicas, que mostró que casi la totalidad de los hechos habían ocurrido a una profundidad de entre 25 a 40 kilómetros, bastante profundo para estar cerca del límite entre la corteza terrestre y el manto, llamado Moho, lo que posiblemente descarta un origen glacial y pone en duda uno tectónico. Un colega sugirió que por la forma de las ondas de las sacudidas parecían terremotos ‘Deep Long Period’, que se producen en las zonas volcánicas y tienen las mismas características de frecuencia y son igual de profundos. Ceniza enterrada bajo el hielo Los sismólogos contactaron con Duncan Young y Don Blankenship, de la Universidad de Texas, en Estados Unidos, que vuelan aerotransportando un radar sobre la Antártida para obtener mapas topográficos de la roca madre. «En estos mapas, se puede ver que hay La mayoría de las montañas en la Antártida no son de origen volcánicoelevación de la topografía del manto en la misma ubicación donde se producen los eventos sísmicos», dice Lough, quien añade que las imágenes de radar también revelan una capa de ceniza enterrada bajo el hielo. Su mejor conjetura fue que provenía de Monte Waesche, un volcán existente cerca del Monte Sidley, pero los científicos no saben cuándo estuvo activo y la capa de ceniza establece la edad de la erupción en hace 8.000 años. «La mayoría de las montañas en la Antártida no son de origen volcánico, pero la mayor parte de esta zona lo son», señala Wiens, añadiendo que es probable que haya un punto caliente en el manto que produce magma muy por debajo de la superficie. «No hay una seguridad total de qué causa los terremotos ‘Deep Long Period’, subraya Lough. «Creo que varía según el complejo volcánico, pero la mayoría de la gente piensa que es el movimiento de magma y otros fluidos lo que conduce a las vibraciones inducidas por la presión en las grietas dentro de los sistemas volcánicos e hidrotermales». Según Lough, como el radar muestra una montaña bajo el hielo, es posible que haya habido una erupción en el pasado. Los investigadores calculan que se necesitaría una gran erupción, una que libere un millar de veces más energía que una erupción típica, para romper el hielo sobre el volcán. Una erupción subglacial y el flujo de calor del que va acompañada fundirán una gran cantidad de hielo. «El volcán creará millones de galones de agua bajo el hielo», dice Wiens. Este agua se precipitará bajo el hielo hacia el mar y alimentará la cuenca hidrológica de la corriente de hielo MacAyeal, una de las varias corrientes principales que drenan hielo de la Tierra de Marie Byrd en la plataforma de hielo de Ross.

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Descubren un volcán humeante bajo el hielo de la Antártida Antártida Las capas de hielo de la Antártida. (ARCHIVO) El calor de la erupción volcánica podría aumentar la tasa de pérdida de hielo. El hallazgo se produjo de forma casual, cuando un grupo de investigadores perseguía reconstruir la historia climática del continente antártico. ECO ® Actividad social ¿Qué es esto? 80% 23 Me gusta No me gusta +2 email Compartir EP. 18.11.2013 – 13:49h Un grupo de investigadores informa en la edición digital de la revista ‘Nature Geosciene’ del descubrimiento de un nuevo volcán humeante a un kilómetro bajo el hielo de la Antártida Occidental, al que todavía no han dado nombre. Los científicos, que no estaban trabajando para descubrirlo, sino que estudiaban otras cuestiones cuando lo hallaron, hablan de la posibilidad de que su calor aumente la tasa de pérdida de hielo de una de las principales corrientes de agua helada del continente. En enero de 2010, un equipo de expertos diseñó dos líneas de investigación con distintos sismógrafos en la Tierra de Marie Byrd, en la Antártida Occidental, siendo la primera vez que los expertos desplegaban diversos instrumentos en el interior del continente para poder operar durante todo el año, incluso en las partes más frías de la Antártida. La máquina se encontró con dos ráfagas de eventos sísmicosEl sismógrafo matriz usó perturbaciones creadas por terremotos distantes para obtener imágenes de hielo y roca en lo profundo de la Antártida Occidental. El objetivo, según explica Doug Wiens, profesor de Ciencias Terrestres y Planetarias en la Universidad de Washington en St. Louis, Estados Unidos, y uno de los investigadores principales del proyecto, era esencialmente medir la capa de hielo para ayudar a reconstruir la historia climática de la Antártida. Para hacer esto con precisión, los científicos tenían que saber cómo respondería el manto terrestre a una carga de hielo y dependía de si estaba caliente o frío y líquido o viscoso, por lo que analizaron los datos sísmicos para comprobar las propiedades del manto. Así, el software automatizado de detección de eventos se puso a trabajar para identificar los datos de cualquier suceso inusual. Cuando la máquina se encontró con dos ráfagas de eventos sísmicos entre enero de 2010 y marzo de 2011, la estudiante de doctorado Amanda Lough, miró detalladamente para ver qué estaba sacudiendo. Cuanto más observaron, los investigadores se mostraron más convencidos de que se trataba de un nuevo volcán que se estaba formando a un kilómetro bajo el hielo. Para investigar más a fondo, Lough utilizó un modelo informático mundial de velocidades sísmicas, que mostró que casi la totalidad de los hechos habían ocurrido a una profundidad de entre 25 a 40 kilómetros, bastante profundo para estar cerca del límite entre la corteza terrestre y el manto, llamado Moho, lo que posiblemente descarta un origen glacial y pone en duda uno tectónico. Un colega sugirió que por la forma de las ondas de las sacudidas parecían terremotos ‘Deep Long Period’, que se producen en las zonas volcánicas y tienen las mismas características de frecuencia y son igual de profundos. Ceniza enterrada bajo el hielo Los sismólogos contactaron con Duncan Young y Don Blankenship, de la Universidad de Texas, en Estados Unidos, que vuelan aerotransportando un radar sobre la Antártida para obtener mapas topográficos de la roca madre. «En estos mapas, se puede ver que hay La mayoría de las montañas en la Antártida no son de origen volcánicoelevación de la topografía del manto en la misma ubicación donde se producen los eventos sísmicos», dice Lough, quien añade que las imágenes de radar también revelan una capa de ceniza enterrada bajo el hielo. Su mejor conjetura fue que provenía de Monte Waesche, un volcán existente cerca del Monte Sidley, pero los científicos no saben cuándo estuvo activo y la capa de ceniza establece la edad de la erupción en hace 8.000 años. «La mayoría de las montañas en la Antártida no son de origen volcánico, pero la mayor parte de esta zona lo son», señala Wiens, añadiendo que es probable que haya un punto caliente en el manto que produce magma muy por debajo de la superficie. «No hay una seguridad total de qué causa los terremotos ‘Deep Long Period’, subraya Lough. «Creo que varía según el complejo volcánico, pero la mayoría de la gente piensa que es el movimiento de magma y otros fluidos lo que conduce a las vibraciones inducidas por la presión en las grietas dentro de los sistemas volcánicos e hidrotermales». Según Lough, como el radar muestra una montaña bajo el hielo, es posible que haya habido una erupción en el pasado. Los investigadores calculan que se necesitaría una gran erupción, una que libere un millar de veces más energía que una erupción típica, para romper el hielo sobre el volcán. Una erupción subglacial y el flujo de calor del que va acompañada fundirán una gran cantidad de hielo. «El volcán creará millones de galones de agua bajo el hielo», dice Wiens. Este agua se precipitará bajo el hielo hacia el mar y alimentará la cuenca hidrológica de la corriente de hielo MacAyeal, una de las varias corrientes principales que drenan hielo de la Tierra de Marie Byrd en la plataforma de hielo de Ross.

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