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Codicia, dolor y unas rayas

Esta reseña tenía que versar sobre Metegol, la película animada de Campanella, pero la absurda política de las distribuidoras de doblar filmes a un castellano neutro (con acento mexicano) en vez de traernos las copias argentinas me desanimó a la hora de escribir para no destilar bronca (perjudicial para mi salud).

Así que volví al cine y esta vez sí acerté. En nuestra cartelera hay una película estadounidense comercial de gran calidad. Sí, sí, no son antónimos. Esto pasa pocas veces al año. Se llama The counselor (para los lumbreras que titulan en una oficina, El abogado del crimen), dirigida por Ridley Scott (Blade Runner).

Y lo tiene absolutamente todo: un guión redondo de un gran escritor gringo (Cormac McCarthy); diálogos inteligentes, duros como puñetazos; y unas actuaciones seductoras para el recuerdo (Fassbender —sublime— Javier Bardem, Brad Pitt, Penélope Cruz, Cameron Díaz de femme fatale).

Con el telón de fondo del narcotráfico entre México y Estados Unidos, la última de Scott —violenta, pérfida y sensual— es un tratado sórdido sobre el mal, el dinero, el poder, la codicia y su primo lejano, el dolor; sobre cómo un par de rayas de cocaína puede destrozar cualquier plan, cualquier sociedad, cualquier amor.

Ricardo Bajo H, es  periodista.