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El alma de ‘Inside Llewyn Davis’ en su banda sonora

La banda sonora de una película, en esencia, debe facilitar la narración de una trama y, en cierta medida, proveer un elemento capaz de contribuir a la dinámica. Es cada vez más frecuente encontrar bandas sonoras que, no obstante la calidad de los participantes, asemejan más a un compilado de tendencias del momento que a un componente que es indisoluble del objeto central: El largometraje.

En el caso de la banda sonora para la estupenda Inside Llewyn Davis de los Coen, nos encontramos con una colección de canciones folk perfectamente ensambladas en correspondencia con la película.

T-Bone Burnett, un solvente productor musical, fue el responsable de coleccionar 14 canciones, cuatro de ellas provenientes de la tradición folk estadounidense (sin autor), seis canciones representativas del género en la época anterior a 1960, una canción expresamente compuesta para uno de los pasajes y, dado el contexto de la historia, una de Bob Dylan.

Cada canción halla su lugar a lo largo de la evolución narrativa. De igual manera, cada tema fue interpretado por el elenco y registrado en vivo, tal como se hubiera hecho en esa época. Los arreglos no son pretenciosos y apelan a una producción austera, fresca y orgánica en sintonía con la esencia del género.

La emotiva interpretación musical de Oscar Isaac (protagonista) logra empatía inmediata y desde ese contacto configura la reacción del espectador ante las vicisitudes que enfrenta a lo largo de la trama. “Nunca es nueva y nunca envejece, es una canción folk”, comenta Llewyn ante un escueto público reunido en el mítico Gaslight de West Village. Su repertorio encuentra eje en Fare Thee Well, Hang Me, Oh Hang Me y The death of Queen Jane, un trío de canciones que de alguna manera conectan con el atribulado personaje y explican lo subyacente en cada una de sus acciones. En oposición, The Last Thing on My Mind, 5 Hundred Miles y The Auld Triangle representan el statu quo del folk. Finalmente, Farewell, de Bob Dylan, aparece como el anuncio de su llegada a la Villa y la revolución que provocaría.

Esta banda sonora no es una captura histórica, no es una reproducción fiel de las versiones originales; se trata de un grupo de canciones que, en concordancia con la película, confluyen en la escena folk de West Village en el 61. Recomendable para quienes disfrutaron la película y también para quienes buscan un pretexto para introducirse al género.