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Gafas, relojes o pulseras: los complementos se revisten de tecnología móvil

Según los analistas, su uso parece aún reservado a los apasionados de la tecnología y a ciertos profesionales.

/ 24 de febrero de 2014 / 22:56

Pulseras conectadas a internet para medir nuestra actividad deportiva o relojes y gafas donde leer nuestro correo: los ‘wearable’ o tecnología ponible y sus prometedores beneficios arrasan en el Congreso Mundial de la Telefonía Móvil de Barcelona.

«2013 ha sido el año donde los productos de electrónica ponibles han empezado a ser viables comercialmente (…) en 2014, empezarán a llegar al gran público», explica David Sovie, director general de la división electrónica y tecnológica de Accenture.

Según un estudio de este grupo basado en 23.000 consumidores de 23 países, estos artilugios llaman la atención del usuario: un 46% de los encuestados se mostró interesado por un reloj inteligente y un 42% por unas gafas.

El primer blanco son los aficionados al deporte, cortejados por unas pulseras que registran el número de pasos realizados, las distancias recorridas o las calorías quemadas.

La estadounidense Fitbit, líder del sector con más del 60% del mercado, propone un desafío lúdico a los visitantes del congreso, a quienes invita a ponerse una pulsera que contará sus pasos durante su estancia en Barcelona. El ganador, evidentemente, será el que más haya andado.  

«Tendremos 1.000 participantes de aquí a final de semana», calcula Benoit Raimbault, director de marketing en Europa, quien señala que este dispositivo «anima a moverse más, comer mejor y dormir mejor».

«Actualmente, el mercado de pulseras de fitness progresa bien y es un sector que explotará en los próximos años», pronostica Annette Zimermann, analista en la compañía Gartner. Es el nicho de mercado escogido en este congreso por Sony Mobile, que ha presentado varios modelos.

 Relojes y gafas

Más evolucionados, los relojes inteligentes, conectados por Bluetooth (tecnología inalámbrica) a un smartphone, sufren aun para encontrar su público, según Zimermann.

«Carecen todavía de un diseño bonito y de una funcionalidad correcta, por lo que su despegue es muy lento», afirma.

Pero esto no amedrenta al gabinete de estudios Canalys para predecir un boom para las pulseras y los relojes inteligentes: según este, las ventas mundiales de estos artilugios sobrepasarán los 17 millones este año y se acercarán a los 45 en 2017.

«La cuestión es tener un producto independiente que funcione solo, sin tener que conectarlo al teléfono inteligente», explica Archana Vidyasekar, especialista del tema en la consultoría Frost & Sullivan.

Samsung fue uno de los primeros gigantes del sector a explotar este mercado, en septiembre, con su reloj Galaxy Gear, cuya gran pantalla negra permite visualizar los mensajes y los correos, acceder a ciertos servicios en línea como la previsión meteorológica y responder llamadas a través de un altavoz integrado.

Con unas ventas que habrían sido decepcionantes, según los medios, este domingo desveló la segunda oleada: Gear 2 y Gear 2 Neo, más adaptados a la moda.

Otros fabricantes le pisan los talones: Huawei presentó su TalkBand, que combina también un podómetro y un dispositivo de control del ritmo del sueño.

Con gran popularidad pese a no haber salido a la venta, las Google Glass ilustran la tercera categoría de ‘wearable’: las gafas conectadas para, por ejemplo, consultar el correo con un simple vistazo.

«Son muy intuitivas. Yo se las pasé a mi hija de seis años y en pocos minutos ya sabía utilizarlas», recuerda con entusiasmo Cameron Green, director de negocio móvil de GS1, que lleva con ellas un mes de prueba.

Su sociedad, que creó los códigos de barras, quiere utilizar estas gafas para permitir a los clientes ver toda la información de un producto.

Según los analistas, su uso parece aún reservado a los apasionados de la tecnología y a ciertos profesionales.

Como explica Carolina Milanesi, analista en Kantar WorldPanel: «para muchos fabricantes, estos accesorios son un peaje obligado porque el crecimiento de las ventas de smartphone se estanca».

Pero «aún tengo la impresión que 2014 será un año de ensayo y error para convencer al consumidor que la tecnología ‘wearable’ es algo necesario y no algo que está bien tener».

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Adiós Fidel: Cuba ante una nueva era

Las cenizas serán inhumadas en una ceremonia privada que iniciará hacia las 70.00 locales (12H00 GMT).

/ 4 de diciembre de 2016 / 11:09

Cuba inicia la era pos-Fidel Castro, el líder de la revolución que desafió a Estados Unidos y convulsionó a América Latina y cuyas cenizas serán despedidas este domingo tras una semana de emocionados homenajes.

Los restos de uno de los protagonistas del último siglo, que gobernó con mano de hierro por casi 50 años, serán llevados al cementerio Santa Ifigenia, donde está el mausoleo del héroe independentista José Martí, en la ciudad de Santiago.

Las cenizas serán inhumadas en una ceremonia privada que iniciará hacia las 70.00 locales (12H00 GMT).

De esta forma, finalizará una semana de multitudinarios tributos al exguerrillero barbudo que montó un régimen comunista a menos de 200 km de Estados Unidos y fue implacable con los opositores.

Al grito de «Yo soy Fidel», millones de cubanos rindieron homenaje a su líder en plazas y calles o al borde de las carreteras por donde pasó la caravana con las cenizas, que recorrió la isla de La Habana a Santiago.

A partir de ahora Cuba abre una nueva página sin Fidel Castro, quien falleció el 25 de noviembre a los 90 años dejando un legado que desató odios y amores.

«El duelo termina, lo que no termina es lo que dijo (Fidel), lo que nos enseñó. A partir de mañana es otra Cuba, pero que sigue por lo mismo», señaló José Luis Soria, un reciclador de 42 años.

¿Un futuro sin cambios?

Raúl Castro, que gobierna desde 2006, cuando Fidel cayó enfermo, estará al frente del gobierno hasta febrero de 2018, aunque seguirá con su máximo cargo en el Partido Comunista de Cuba.

El sábado, durante el último acto de masas en memoria de Fidel, el presidente cubano juró que defenderá la revolución socialista.

«Ante los restos de Fidel (…) juramos defender la patria y el socialismo», proclamó emocionado el dirigente de 85 años.

Sin apartarse del régimen de partido único, Raúl Castro está empeñado en una serie de reformas para oxigenar el modelo de corte soviético mientras avanza en el proceso de acercamiento con Estados Unidos iniciado en diciembre de 2015.

La cauta y lenta apertura ha permitido que los cubanos trabajen por cuenta propia en algunas actividades, viajen fuera del país libremente (a excepción de los médicos), y llegue más inversión extranjera.

«A corto plazo, probablemente no habrá muchos cambios en Cuba, tras la muerte de Fidel. Habrá mucha cautela, especialmente con el próximo gobierno de (Donald) Trump en Washington», opinó Michael Shifter, presidente del Diálogo Interamericano en Washington.

Sin Fidel, «Raúl tendrá más margen de maniobra para tomar decisiones. Ya no necesitará la aprobación de su hermano mayor», añadió.

En lo inmediato deberá enfrentar la desaceleración de la economía golpeada en gran parte por la crisis en Venezuela, su mayor aliado.

«Este año no ha sido precisamente favorable» para las reformas porque «al ser incompletas han potenciado los aspectos negativos de las mismas, por ejemplo, la profundización de la desigualdad»,  según Mauricio de Miranda, economista cubano que enseña en la Universidad Javeriana de Colombia.

Sin monumentos

El sábado los mandatarios de Venezuela, Hugo Chávez; de Bolivia, Evo Morales, y de Nicaragua, asistieron al último acto de masas en memoria del padre de la revolución cubana.

También participaron los brasileños Lula da Silva y la exmandataria Dilma Rousseff.

Sin embargo, fueron notorias las ausencias de líderes de otras partes del mundo.

«La participación internacional para los funerales de Fidel Castro no estuvo al nivel que uno hubiera esperado», observa Paul Webster, exembajador británico en Cuba.

En su opinión, esto «significa que el atractivo de la (revolución) cubana ha mermado. Entonces uno puede esperar que Rusia y China urjan a Raúl que se deje de vieja revolución y ponga en marcha reformas de la economía».

Mientras el presidente despeja las dudas sobre el futuro sin Fidel, convertirá en ley el último deseo de su hermano: prohibir las estatuas o monumentos en su memoria.

Fidel «rechazaba cualquier manifestación de culto a la personalidad y fue consecuente con esa actitud hasta las últimas horas de vida», dijo Raúl Castro. (04/12/2016)

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Raúl Castro promete que seguirá la revolución socialista en Cuba

Los presidentes de Venezuela, Nicolás Maduro; de Bolivia, Evo Morales, y de Nicaragua, Daniel Ortega, hijos espirituales de la Revolución cubana, asistieron al homenaje junto a los exgobernantes brasileños Lula da Silva y Dilma Rousseff.

/ 4 de diciembre de 2016 / 04:14

El presidente Raúl Castro juró que defenderá la revolución socialista en Cuba ante decenas de miles de personas que gritaban «Fidel, Fidel», en el último acto antes de que las cenizas del líder cubano sean llevadas al cementerio de Santiago.

«Ante los restos de Fidel (…) juramos defender la patria y el socialismo», declaró emocionado Raúl Castro, de 85 años, en el homenaje a su hermano en la plaza de Santiago, cuna de la revolución cubana, la noche de este sábado.  

Por pedido de su hermano a quien sucedió en el poder en 2006, cuando cayó enfermo, Raúl Castro anticipó que prohibirá por ley las estatuas o monumentos al histórico líder, o que su nombre sea empleado «para denominar instituciones, plazas, parques, avenidas, calles».

Seguido en coro por la multitud, el presidente también proclamó la sentencia del héroe independentista cubano Antonio Maceo: «Quien intente apropiarse de Cuba, recogerá el polvo de su suelo anegado en sangre, si no perece en la lucha».

«!Fidel, Fidel! Hasta la victoria siempre», con esas palabras el mandatario cerró el último acto de masas en memoria de su hermano, quien falleció el 25 de noviembre a los 90 años.

Los presidentes de Venezuela, Nicolás Maduro; de Bolivia, Evo Morales, y de Nicaragua, Daniel Ortega, hijos espirituales de la Revolución cubana, asistieron al homenaje junto a los exgobernantes brasileños Lula da Silva y Dilma Rousseff.

Durante el último homenaje de masas, los cubanos entonaban «Yo soy Fidel» casi en trance religioso.   Niria Rosales, una excombatiente de 77 años que lleva una medalla en el pecho y un brazalete del movimiento rebelde 26 de Julio, fundado por Castro, describe su encuentro con el líder máximo como si fuera un milagro. «Yo estaba en la Sierra con él. Me puso las manos aquí y me puso mi nombre de guerra», señala, tocándose los hombros.

Cubierta por la bandera cubana, la urna con los restos de Fidel cruzó la isla antes de llegar a su destino final, en el sentido inverso a la ruta que siguió el líder de la revolución en 1959.   Los restos del «Comandante en Jefe» serán enterrados en una ceremonia privada el domingo en el cementerio de Santa Ifigenia de Santiago, donde yace el héroe de la independencia nacional, José Martí.   Terminarán así nueve días de luto nacional en los que el legado de Fidel Castro despertó tanta pasión como odio.

Sin apartarse del régimen de partido único, Raúl Castro, que dejará el poder en febrero de 2018, lleva a cabo una cauta y lenta apertura al trabajo privado y a la inversión externa.   La muerte de Fidel Castro podría acelerar las reformas en medio de una desaceleración económica y ahora que Estados Unidos también se apresta a iniciar la era de Donald Trump, quien se muestra crítico con el proceso de normalización de relaciones con el pequeño país comunista.

«No es posible saber si las reformas se acelerarán o mantendrán el lento ritmo actual. La lentitud y la escasa profundidad de las reformas adoptadas en Cuba indica que no existe consenso en la dirección cubana respecto a este tema», dijo a la AFP Mauricio de Miranda, profesor cubano de la Universidad Javeriana de Colombia.

Enediel Rodríguez, de 50 años, está convencido de que hasta último momento se cumplió la voluntad de Fidel Castro.

«Reposa en Santiago de Cuba porque Martí es nuestro héroe nacional y porque fue su idea reposar a su lado», explica Enediel al tiempo que se ajusta el brazalete del 26 de julio, con fondo rojo y negro, en referencia al movimiento creado por Fidel Castro tras el fracasado asalto al cuartel Moncada, en Santiago de Cuba, en 1953.  

Tres años después del asalto, el 30 de noviembre de 1956, el héroe local Frank País dirigía una sublevación armada destinada a respaldar el desembarco en la región del yate Granma, que transportaba desde México a los hermanos Castro y al argentino Ernesto «Che» Guevara.

La insurrección de Frank País fracasó, el dirigente revolucionario fue asesinado por la policía y los pasajeros del Granma huyeron hacia las montañas vecinas de la Sierra Maestra, desde donde lanzaron una guerra de guerrillas que se extendió durante 25 meses.   El 1 de enero de 1959 Fidel anuncia desde Santiago la victoria de la revolución que ahora juró defender su hermano Raúl. (04-12-2016)

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