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Fiebre de compras en Japón antes del alza del impuesto al consumo

Los japoneses tomaron por asalto en los últimos días las tiendas de electrodomésticos, alimentación o ropa antes de que el 1 de abril suba tres puntos un impuesto sobre el consumo.

«Hoy solamente he comprado ropa pero el otro día me llevé una nevera» asegura Reiko Oguma, un ama de casa de unos 40 años. «Ahora es más barato, hay que comprar. En total, he gastado unos 200.000 yenes [1.400 euros] y creo que he ahorrado unos 6.000 yenes [42 euros]», se felicita.

Yukako Murakami, una estudiante de 19 años, hace el mismo cálculo y quiere llenar su armario antes de la fecha fatídica.

Lo mismo ocurre en las tiendas de informática. «Están tomadas por asalto antes de la subida» confirma Masanari Matsumoto, un portavoz de la tienda de electrónica y electrodomésticos Bic Camera.

Según una ley votada por el anterior gobierno de centro izquierda, el gobierno del primer ministro conservador Shinzo Abe decidió subir el 1 de abril del 5% al 8% el impuesto sobre el consumo, equivalente al IVA, para salvar el sistema de protección social de Japón sin endeudar aún más al país.

La deuda pública supera ya el 200% del Producto Interior Bruto (PIB), un récord entre los países industrializados. Además, los gastos de salud suben de forma imparable, a medida que aumenta la población japonesa de más edad.

El resultado es que, antes de la fecha fatídica, «las neveras y las lavadoras de gran tamaño al precio unitario de 200.000 yenes [1.400 euros] se venden muy bien, es algo excepcional» explica el portavoz de la tienda.

«íNo esperen!»

Los propios comercios alientan el consumo colocando carteles que invitan a comprar: » íNo espere! íSolo quedan siete días para el aumento general de los precios!»  La última subida de esta tasa se produjo en 1997, y pasó de 3% a 5%. Pero muchos de los consumidores permanecen sin embargo cautos antes de la subida de precios, porque nada les garantiza que al mismo tiempo suban sus salarios.

Por ello, son reacios a gastar, sobre todo en período de incertidumbre, cada vez más frecuentes desde que Japón está sometido a los vaivenes de la economía mundial.

«Los últimos indicadores […] muestran que las perspectivas de aumento de salario no anulan esa reticencia a gastar» de muchos de los japoneses, explica Hiromichi Shirakawa, de Credit Suisse.

Además, la decisión de subir ese impuesto por parte del gobierno de Shinzo Abe corre el riesgo de lastrar la recuperación económica observada desde su llegada al poder, a fines de 2012.

Abe ha acompañado la subida de la tasa con promesas de medidas para atenuar sus efectos negativos en el consumo, pero según los analistas podrían revelarse insuficientes.

Según Credit Suisse, el PIB de Japón podría crecer en términos anuales en 5% durante el trimestre enero-marzo, pero caer en 3,9% en el siguiente trimestre.

El resultado es que el banco central -que ya ha tenido que flexibilizar su política monetaria para ayudar a las medidas de Shinzo Abe, conocidas como «abenomics»- tendría que proseguir con su contribución para sostener la recuperación del país.