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Subastan en precio récord collar con piedras de jade

El récord se alcanzó ayer en la casa de subastas Sotheby's que vendió el collar de jade por 27,44 millones de dólares

/ 9 de abril de 2014 / 17:14

El «Hutton-Madivani», un collar de 27 piedras pulidas de jade de la dinastía china Qing y que en 1933 la prestigiosa casa de joyas de Cartier se encargó de engarzarlas con un cierre hecho de rubíes y diamantes, se ha convertido en la pieza de joyería de esta piedra preciosa verde más cara del mundo.

El récord se alcanzó ayer en la casa de subastas Sotheby’s que vendió el collar de jade por 27,44 millones de dólares.

La pieza de joyería fue diseñada para una rica heredera estadounidense, Barbara Woolworth Hutton, que lució por primera vez el día de su boda, en 1933, con el príncipe Alexis Mdivani, miembro de una familia aristócrata de Georgia.

Su padre, el magnate comercial Frank Winfield Woolworth, pagó 55 mil dólares de la época por el collar como regalo de bodas para su hija que, con 21 años, estaba entre las jóvenes herederas más ricas del mundo.

Woolworth Hutton se dejó fotografiar con la codiciada pieza de joyería meses después de su boda, en el Metropolitan Opera House de Nueva York, un año antes de que se divorciara.

Alexis Mdivani falleció en 1935 en un accidente de tráfico en la Costa Brava, en España.

El collar estuvo en manos de la familia durante cuatro décadas hasta que fue vendido por primera vez en una subasta en 1988, por el que se llegó a pagar dos millones de dólares, algo que ya en aquel momento hizo que el collar Hutton-Mdivani se coronara como la pieza de joya en jade más cara del mundo.

El Hutton-Mdivani, que ayer pasó a manos de un coleccionista que ganó una puja que duró cerca de veinte minutos, esperaba alcanzar al menos los doce millones de dólares durante la subasta, explicó a Efe Quek Chin Yeow, vicepresidente del departamento de Joyas de Sotheby’s.

Estamos antes una pieza de joyería única, de una calidad exquisita y con un trasfondo histórico importante, señaló Chin Yeow.

El jade, la piedra preciosa más reverenciada en Oriente y la distinción que le otorga su confección y sus dueños -distinguidos personajes de la vida aristócrata y social europea y americana- hacen de este collar una pieza codiciada para los coleccionistas mundiales pero en especial para los asiáticos, añadió.

En la misma subasta en la que se vendió el Hutton-Mdivani se pujó por el Emperador Rojo, un collar de diamantes y 60 rubíes, de más de cien años de antigüedad, y cuya confección llevó más de ocho años tras cortar y pulir cada piedra preciosa a mano y por el que se pagó 9,9 millones de dólares.

Además, el anillo de casi 30 quilates de rubí birmano de Cartier que acompañó al Emperador Rojo se vendió por 7,3 millones de dólares, un solitario que cuenta también con más de cien años de historia.

Otro collar de diamantes de más de diez quilates, creado por el joyero indio Nirav Modi, que cuenta con 17 gemas de talla brillante -el primero en una subasta en Asia que cuenta con diamantes de la más alta clasificación por su simetría y corte- se subastó por 6,5 millones de dólares.

Sotheby’s Hong Kong, la tercera mayor casa de subastas de joyas del mundo después de Nueva York y Ginebra recaudó en la sesión del lunes más de 106 millones de dólares y continúa trayendo joyas caras a Asia, un mercado con una constante demanda creciente por los artículos de lujo.

Durante el pasado fin de semana, Sotheby’s vendió más de 125 millones de dólares en piezas de arte moderno y contemporáneo asiático, correspondiente a la primera temporada de subastas del año de la casa londinense en Hong Kong.

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Monopoly celebra sus ocho décadas con un campeonato mundial en Macao

El Monopoly fue creado en 1935 por el estadounidense Charles Darrow en Nueva Jersey. El juego de mesa se ha traducido a 47 idiomas y cuenta con incontables ediciones y anécdotas, entre ellas, la del récord de duración de una partida, fijado en 70 días seguidos.

/ 8 de septiembre de 2015 / 13:30

Amasando un imperio de calles y edificaciones, en menos de dos horas el italiano Nicoló Falcone se alzó vencedor del torneo mundial de Monopoly celebrado hoy en Macao para conmemorar el 80 cumpleaños de este popular juego de mesa.

Hasbro, la empresa con los derechos de uno de los juegos de mesa más longevos, homenajeó las ocho décadas de vida del Monopoly en la ciudad meca del juego de Asia con este particular torneo y la edición especial del juego.

A lo largo de toda la jornada, los 28 contendientes trataron de sacar la máxima rentabilidad a los 20.580 dólares de «dinero» que contiene el juego, comprando, vendiendo e hipotecando calles, estaciones y propiedades inmobiliarias.

Falcone se hizo con la victoria tras una final en la que dejó en bancarrota a sus rivales de Noruega, Japón y Estados Unidos.

«La popularidad y perdurabilidad del Monopoly está en que los jugadores se creen que realmente están haciéndose ricos y que están jugando con su propio patrimonio», explicó a Efe Phillip Orbanes, juez del torneo y autor de varias publicaciones sobre el Monopoly.

La estrategia y cualidades como la negociación o la sociabilidad puntualizan como herramientas de éxito, pero no son las únicas.

«El 75 % del éxito está en la suerte de los dados y otro 75 % en las habilidades del jugador», añade irónicamente Orbanes para insistir en que, si bien el poder de los dados es clave, la estrategia también lo es.

«El jugador debe conocer las matemáticas que esconde ese juego y debe saber meditar cada movimiento que haga conociendo la rentabilidad potencial y real de cada compra que realiza», aclaró el juez del certamen.

Las estadísticas también funcionan: «siempre hay más probabilidades de que los concursantes caigan en las casillas naranjas, junto a la cárcel, por lo que es bueno tener esas en propiedad», señaló a Efe la concursante española María Neus Alonso Gil.

Esta valenciana llegó casi por casualidad a Macao, «a comienzos de año estuve un par de meses sin trabajar y empecé a jugar al Monopoly a través de Facebook, de ahí me llamaron para competir en el concurso nacional en mayo y, al ganarlo, me invitaron al de China», explica.

Alonso Gil no pudo compartir la sensación de victoria con su compatriota Antonio Zafra, quien ganó el torneo disputado en Tokio en 2004, ya que quedó en bancarrota durante una de las sesiones del juego.

Tampoco pudo así llevarse los 20.580 dólares «reales», la misma cantidad en billetes que dispone el Monopoly en su versión clásica, que esperaban para agasajar al ganador de esta decimocuarta edición.

Entre eliminatorias, los concursantes compartían secretos, trucos y lamentaban sus fallos a golpe de un «mala suerte», todo ello en una sala distendida a la que añadieron un circuito televisado para poder seguir el torneo en toda las áreas del recinto.

«Cada jugada es una sorpresa, puedes comenzar con buen pie, comprando muchos inmuebles pero también puedes ver cómo todo se tambalea dos tiradas después», dijo el jugador estadounidense Brian Valentine, después de dejar en bancarrota a la jugadora española.

«Para mí no hay una estrategia general, depende de la actitud del jugador con el que estés compitiendo en el momento», explica el chileno Ángel Ninccodemi, que quedó eliminado en las semifinales.

El de Macao, era el segundo torneo mundial para Ninccodemi, tras participar en 2009 en Las Vegas, a los que llegó tras incontables partidas junto a su hermano antes de convertirse en el número uno en su país.

«Para sacar el máximo rendimiento a las inversiones es importante que, una vez que se posea una calle se construya en ella al menos tres casas», señaló Orbanes como una de las estrategias más sólidas para garantizar el triunfo de la partida.

El Monopoly fue creado en 1935 por el estadounidense Charles Darrow en Nueva Jersey.

Según datos de la organización del evento, el juego de mesa se ha traducido a 47 idiomas y cuenta con incontables ediciones y anécdotas, entre ellas, la del récord de duración de una partida, fijado en 70 días seguidos.

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