Las ballenas jorobadas de Canadá ya no son especie amenazada
Activismo. Grupos ecologistas aseguran que hay intereses petrolíferos detrás de la decisión
El Gobierno canadiense anunció que las ballenas jorobadas ya no son especie “amenazada”, sino “de especial preocupación” por el “significativo” aumento de ejemplares, aunque ecologistas señalaron que la decisión es para facilitar la expansión petrolera.
El Gobierno canadiense publicó su recomendación de rebajar el nivel de amenaza que sufren las icónicas ballenas jorobadas en la Reserva Nacional de Conservación Marina Gwaii Haanas, en la costa del Pacífico, una región determinante para la especie. La recomendación no señala la población actual de ballenas jorobadas y se limita a decir que estimaciones de 2006 colocaban la población en unos 18.000 ejemplares.
Las ballenas jorobadas fueron declaradas por Canadá “especie en riesgo” en 2005, un año antes de la llegada al poder del Partido Conservador del primer ministro Stephen Harper. Desde entonces, el gobernante ha retirado a Canadá del Protocolo de Kioto, el único país del mundo que lo hace tras ratificar el acuerdo internacional, para desarrollar sin limitaciones las reservas petrolíferas del país en la provincia de Alberta.
Harper ha declarado que el desarrollo del petróleo de las arenas bituminosas de Alberta es “estratégico” para Canadá porque podrá exportar a países del Asia.
El Gobierno canadiense está considerando la construcción de un oleoducto que conecte las arenas bituminosas con la costa de la provincia de Columbia Británica, donde el crudo se cargaría en superpetroleros para su exportación a China y otros mercados asiáticos. La aprobación supondrá que decenas de naves circularán por las aguas que las ballenas jorobadas necesitan para garantizar su alimentación.
En enero, la organización ecologista Living Oceans (LO) ya advirtió que el gobierno Harper estaba preparándose para “influir” en favor del oleoducto y advirtió que la calificación de las ballenas jorobadas como especie amenazada hacía imposible, según las leyes canadienses, la aprobación de la terminal de carga en Kitimat.
La organización dijo que se prevé que entre 600 y 700 superpetroleros circulen cada año por las aguas en caso de aprobarse el oleoducto, denominado Northern Gateway. La semana pasada, los habitantes de la población de Kitimat celebraron un referéndum en el que la mayoría rechazó la construcción de la terminal de carga en la localidad. Decenas de grupos indígenas cuyos territorios serán atravesados por el oleoducto también se oponen al proyecto.